Tecnología

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La Tecnología es el conjunto de técnicas, procesos, herramientas y materiales que permiten aplicar el conocimiento científico a fines prácticos y de utilidad inmediata.

La ciencia ficción ha estado siempre ligada a la ciencia, la tecnología y la ingeniería. No en vano, el carácter especulativo del género le permite imaginar usos prácticos para los descubrimientos científicos o implicaciones y posibilidades para tecnologías que se encuentran en sus primeras fases de desarrollo.

La ciencia ficción de mediados del siglo XX (primera ola de expansión del género) se centraba en tecnologías como las que permitían la exploración espacial o la robótica, imaginando un futuro optimista en el que el desarrollo científico traería ventajas y avances sociales.

Sin embargo, a partir de los años '70 y '80, la evolución de los ordenadores y sus posibilidades (como por ejemplo la conexión en redes o la inteligencia artificial) hicieron que el genero evolucionara hacia el ciberpunk y otros subgeneros en los que la tecnología no era ya una parte más del escenario, sino el elemento central cuyas implicaciones se exploraban en el relato. Es en esta ciencia ficción más madura (o quizá más práctica, pues mira al presente y no a un lejano futuro) donde el entrelazamiento entre ciencia ficción y tecnología se ha hecho más patente.

Tecnología en la ciencia ficción:

A lo largo de la historia de la ciencia ficción han habido numerosas obras que se han dedicado a explorar los campos del desarrollo tecnológico, despertando en el lector inquietud ante las nuevas tecnologías que van surgiendo, proyectando sus consecuencias y sus aplicaciones a corto y medio plazo.

Si en los primeros tiempos se exploraban las posibilidades de la energía atómica o los viajes espaciales, posteriormente se han tratado temas como la manipulación genética, la clonación, la informática, el ciberespacio...

De esta forma, la ciencia ficción ha ido evolucionando adaptándose a los intereses de su época.

Atómica:

La energía nuclear es aquella que se obtiene modificando los núcleos atómicos. Su enorme potencia, tanto como forma de obtención de energía como arma de destrucción masiva la convierten en un elemento cautivador al que el género de la ciencia ficción no ha sido capaz de resistirse.

Durante la edad de oro y la edad de plata todo era nuclear: los motores de propulsión de los cohetes, las centrales de energía... incluso las herramientas básicas como sierras y soldadores eran nucleares, tal y como podemos ver en Fundación, de Isaac Asimov.

Pero el principal interés de la ciencia ficción por la energía nuclear fue su potencial como arma de destrucción masiva. En este sentido, los autores de ciencia ficción imaginaron escenarios apocalípticos originados por contiendas nucleares hasta bien entrados los años '80.

Espacial:

Pareceria que la era espacial y los viajes interplanetarios van ineludíblemente unidos a la ciencia ficción. Desde luego, la primera imagen que nos viene a la mente cuando pensamos en ciencia ficción es la de un cohete surcando el espacio (probablemente con un planeta anillado de fondo).

Pero esto es mera apariencia. Estas naves espaciales suelen ser meros elementos del decorado, bien en aventuras de Space Opera o bien dentro de obras más serias como Crónicas marcianas. En realidad, no son muchos los autores que se hayan adentrado a especular de forma seria acerca de las implicaciones de la investigación espacial. Este marco exige unos conocimientos profundos de ciencia e ingeniería que lo limitan al entorno de ciencia ficción dura.

La exploración espacial se encuentra ligada ineludiblemente a la consecución de una fuente de energía poderosa. Este es un aspecto en el que los autores han sido muy imaginativos.

Ligados a la exploración espacial se encuentran también temas como la colonización o, incluso, la terraformación. Estos temas llevan aparejadas necesidades tecnológicas muy concretas como la consecución de espacios habitables en órbita o superficies planetarias, ecosistemas artificiales...

Electrónica e Informática:

Láser:

El láser es otro de los grandes tópicos de la ciencia ficción.

La primera referencia a algo similar a un láser es el "rayo ardiente" La guerra de los mundos de H.G. Wells. Si bien esta arma mortal no es exactamente un láser (no puede serlo ya que la novela de Wells es anterior en varias décadas a su invención) se trata de un arma que concentra una gran cantidad de energía en un punto.

Posteriormente, en la época de la Space Opera, todos, héroes y villanos, tenían armas de rayos de algún tipo que funcionaban de forma muy similar al rayo ardiente de Wells. Por esto, cuando en los años '60 surgió el láser, su semejanza con las armas imaginadas hasta entonces hizo que esta tecnología fuera adoptada como el arma oficial del género.

A lo largo de los años ha sufrido numerosas transformaciónes: ha sido de aplicación en pequeñas pistolas, se ha equipado a naves con una capacidad casi ilimitada y, por fin, en el ciberpunk, ha adoptado el aspecto, mucho más creíble, de un arma potente pero sumamente pesada.

Sin embargo, es curioso hacer notar que, si bien esta tecnología ha tenido una gran cantidad de aplicaciones en el mundo real, su uso como arma no haya resultado práctico cuando ha sido ésta su aplicación principal (casi la única) dentro del género.

Robótica:

Los robots son otro de los grandes tópicos de la ciencia ficción.

Los ha habido siempre, si bien al principio se llamaban androides. El término "robot" proviene del polaco "robota", significa y "esclavo" surge en 1924, cuando Karel Capek escribió su obra de teatro R.U.R. (Robots Universales de Rossum). Irónicamente, los robots de Capek no eran seres mecánicos: debajo de su cuerpo de metal había una sopa orgánica que les daba vida.

Sin embargo, quienes primeron abordaron el tema de forma serie fueron Isaac Asimov y John W. Campbell con sus historias de robots y las tres leyes de la robótica.

Desde entonces los ha habido de todo tipo: graciosos como los robots R2D2 o C3PO de La guerra de las galaxias, violentos como el robot policía de Robocop... en los relatos de Asimov hay un buen catálogo de ellos.

Inteligencia artificial:

La popularización de la informática en los años '60 y el sorprendente crecimiento de la potencia de cálculo de los ordenadores trajeron consigo la especulación acerca de la posibilidad de crear Inteligencias Artificiales.

Hoy en día, cuando somos bien conscientes de la estupidez de los ordenadores, presuntos computadores inteligentes como el de Juegos de guerra nos resultan ingenuos. Sin embargo, este ordenador no es tan diferente del HAL de 2001 que no tiene nada de ingenuo (más bien al revés: es terríblemente inquietante).

Redes de comunicación:

Aunque escritores como Arthur C. Clarke vaticinaron la existencia futura de redes de comunicación, no fue hasta la llegada del ciberpunk que éstas tomaron el protagonismo de la historia y surgió el concepto de ciberespacio.

Realidad virtual:

La realidad virtual es una tecnología que tuvo su importancia, llegando a ser el eje de historias como El cortador de césped o la protagonista de escenas tan espectaculares como las de Johnny Mnemonic.

Sin embargo, su estrella decayó cuando los autores descubrieron que los ordenadores, conectados en red, podían ser mucho más interesantes que el más interesante de sus periféricos.

Desde entonces, cuando aparece, la realidad virtual no es más que un accesorio, pudiendo adoptar formas tan toscas como las clásicas gafas y guantes de Johnny Mnemonic, hasta formas tan complejas como los trodos de Neuromante o la conexión en la nuca de Matrix. En el primer caso la realidad virtual se presenta al usuario a través de sus propios órganos, a los que se presentan estímulos artificiales; en el segundo se estimula directamente el cerebro generando una sensación de realidad perfecta.

Nanotecnología:

Nanomáquinas:

Nanomateriales:

Genética:

La genética es uno de los ámbitos de la ciencia en los que la ciencia ficción ha sido más influyente. En este campo la labor del género ha sido clara: dar a conocer al público conceptos como clonación e ingeniería genética.

Existen muchas obras que han tratado este tema. La primera de ellas sería Un mundo feliz, de Aldous Huxley, publicada en 1932. No es que en la novela se trate directamente la clonación, pero sí se aventura un futuro de seres genéticamente iguales a partir de la división de zigotos.

Hay otros ejemplos, como Las doce moradas del viento, Los niños del Brasil o Blade Runner. Sin embargo, la obra que mejor ha mostrado las implicaciones de esta ciencia es Gattaca.

Gracias a todas estas obras, cuando se publicó la noticia de la existencia de la oveja Dolly, la gente ya sabía qué era la clonación y tenía una serie de conocimientos básicos con los que poder comprender sus implicaciones.

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