Paradojas temporales
Las paradojas temporales son absurdos lógicos o incongruencias que resultan de la hipótesis de que es posible viajar en el tiempo.
Según nuestra lógica, los eventos pasados están fijos y siguen una línea de causalidad en la que sólo han influido en ellos acontecimientos anteriores. Es decir, no es posible modificar o causar acontecimientos pasados. Sin embargo, si los viajes temporales son posibles, si fuera posible viajar al pasado (o volver del futuro después de haberlo observado), cabría la posibilidad de tomar decisiones o provocar situaciones que alteraran acontecimientos que suponemos inalterables. Estas situaciones, en tanto que desafían la lógica a la que estamos acostumbrados, reciben el nombre de "paradojas temporales".
Numerosos autores (y filósofos) han tratado de encontrar algún tipo de explicación a estos hechos, bien planteando soluciones que implican universos paralelos, bien siguiendo líneas argumentales en las que las aparentes paradojas se resuelven mediante acontecimientos no previstos (pero sin romper la línea de causalidad) o, simplemente, concluyendo que las paradojas temporales son la prueba de que el viaje al pasado es imposible.
Tabla de contenidos
Tipos de paradojas temporales:
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Existen dos tipos básicos de paradojas temporales, la paradoja abierta y la cerrada.
La primera (abierta) es es aquella en la que el viaje en el tiempo da lugar a un imposible, una situación incompatible con la realidad antes de iniciar el viaje. La segunda (cerrada) es aquella en la que el viaje es necesario, es decir, la situación incompatible con la realidad se da en el caso de no realizar el viaje.
Paradoja abierta:
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La paradoja temporal abierta es la más fácil de comprender.
El ejemplo clásico con el que se formula es la posibilidad de matar al propio abuelo. Si es posible viajar al pasado, un hombre podría hacer el viaje y matar a su abuelo antes de que hubiera concebido a su padre. Entonces, si su padre no nació, ¿cómo pudo nacer él mismo? Su nacimiento es incompatible con el hecho de matar a su abuelo y, sin embargo, su abuelo está muerto y él ha nacido, ¡puesto que es él quien lo ha matado!
Una forma de soslayar esta paradoja es suponer que existen universos paralelos. Es decir, el tiempo discurre de forma lineal pero, cuando el viajero temporal viaja al pasado, el universo se divide en dos ramas que circulan de forma paralela. En una de ellas, la original, el viajero temporal inicia el viaje, pero su abuelo nunca llegó a ser asesinado. En la otra rama, a la que arriba el viajero, sus padres no llegaron a conocerse (su padre murió) y él nunca nació. El viajero, al alterar el pasado lo que hace es crear una nueva línea temporal que se escinde de la suya en el momento en el que altera los acontecimientos del pasado. Así, existe un universo (aquel en el que nació) del que él desapareció para quedar atrapado en un segundo universo que él ha creado con su aparición y en el que su abuelo está muerto.
El problema para el viajero es que ha quedado atrapado en este segundo universo. Un segundo viaje al futuro, a la fecha del inicio de su viaje, se realizarí a lo largo de la línea temporal de este segundo universo, por lo que llegaría a un instante en el que sus padres no se habrían conocido, él no habría nacido y, por supuesto, nadie le conocería. Volver a su punto de partida original significaría no sólo viajar al futuro, sino viajar al futuro de un universo en el que él ya no se encuentra y en el que, si llega, su padre nunca habría muerto.
Esta paradoja, aunque se visualiza más fácilmente con el viaje al pasado, puede darse también con un viaje al futuro. Supongamos que el viajero del tiempo viaja al futuro y conoce a su propio nieto, que resulta ser un cruel tirano. De regreso al presente, el viajero puede decidir no concebir hijos a fin de no dar al mundo un dictador más. Sin embargo, entonces, ¿a qué futuro ha viajado? Si viajamos al futuro, ¿no son los acontecimientos que ahí vemos un presente tan seguro para los que los viven como nuestro presente lo es para nosotros?
Paradoja cerrada:
La paradoja temporal cerrada es algo menos intuitiva que la abierta. En esta paradoja el viajero espacial se dirige al pasado y, al hacerlo, provoca un suceso que ya era cierto en su presente cuando él inició el viaje. En este caso, el viaje en el tiempo no es aparentemente imposible, sino necesario.
El ejemplo clásico de esta paradoja es el del estudioso de Shakespeare que decide viajar a la Inglaterra del siglo XVII para investigar al autor en su entorno original. Durante el viaje lleva consigo, como material de consulta, un libro con las obras completas del bardo. Al volver descubre que olvidó en casa de Shakespeare dicho libro, de forma que Shakespeare nunca compuso nada, simplemente copió el libro. Ahora bien, Shakespeare compuso las obras antes de que él realizara el viaje. ¿Qué habría ocurrido si él no hubiera decidido viajar o si no hubiera descuidado su libro en el pasado?
Al igual que en la paradoja abierta, es posible formular la paradoja cerrada con un viaje al futuro, aunque resulta menos intuitivo. Supongamos que el viajero en el tiempo realiza su viaje al futuro. Cuando llega allí descubre que la Tierra ha sido arrasada por una plaga que ha acabado con la humanidad. Regresa al presente con la intención de alertar de lo que ha visto a fin de evitarlo (es decir, con la intención de crear una paradoja abierta) pero en el viaje de vuelta trae consigo la plaga. Dado que la ha comenzado él, ¿qué habría ocurrido si no llega a viajar? ¿Y si decide quedarse para no contaminar el presente? ¿Viviría entonces en un futuro imposible?
Paradojas temporales en la ciencia ficción:
La paradojas temporales son uno de los temas más interesantes de la ciencia ficción.
Obviamente, la idea de paradoja temporal no puede ser anterior a la idea de viaje en el tiempo. Aunque la paternidad de la idea del viaje en el tiempo se atribuye a H.G. Wells y su novela de 1895 La máquina del tiempo, una de las primeras obras conocidas que plantean la idea de un viaje en el tiempo es El reloj que marchaba hacia atrás de Edward Page Mitchell, catorce años anterior a la obra de Wells (1881) y que es también el primer relato conocido que plantea el tema de las paradojas temporales. El propio Wells escribiría en 1888 Los argonautas del tiempo, un relato de viajes en el tiempo y en el que también se plantea la idea de las paradojas temporales.
Si el origen de la idea del viaje en el tiempo parece recaer sobre La máquina del tiempo es porque ésta es la primera obra popular que trató el tema, si bien en ella no hay paradoja temporal alguna y que en este relato el viaje temporal no era más que una excusa para plantear el problema de las desigualdades sociales y la lucha de clases, mirando con preocupación hacia un futuro darwiniano.
En los primeros años del siglo XX Einstein publica su Teoría de la Relatividad (la Relatividad Especial en 1905 y la General en 1916) y, a raíz de los desarrollos de sus ecuaciones se llega a la conclusión de que el viaje en el tiempo es (al menos matemáticamente) posible. Comienza, pues, la especulación científica acerca del tema y, con ella, la necesidad de especular seriamente acerca de sus implicaciones y de las paradojas que de ello resultan.
Aunque la ciencia ficción enfoca estas paradojas de forma narrativa (la mayor parte de las veces con intenciones lúdicas y sin rigor, bien es cierto) el tema ha sido abordado por físicos y filósofos y, a menudo, los relatos de ciencia ficción son especulaciones serias basadas en ellas.
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