Ne de Drake

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La ne de Drake o "factor ecológico", representa, en la ecuación de Drake, el número de planetas de cada sistema ecológicamente adecuado para la aparición de la vida.

Esto es, dentro de cada sistema planetario, la fracción de planetas de ese sistema que está situado en la ecosfera. Planetas demasiado alejados serán planetas helados, demasiado cerca de la estrella serán excesivamente calurosos.

En nuestro Sistema Solar, por ejemplo, incluyendo a Plutón como planeta (recientemente esto ha sido discutido y se ha llegado a la conclusión de que no es un planeta), sólo la Tierra tiene vida, pero Marte y Venus podrían albergarla o haberla albergado. Eso nos daría un factor ecológico de tres.

Sin embargo, la ecosfera y sus implicaciones puede variar enormemente dependiendo del tipo de estrella que se trate. Una estrella azul tendría una ecosfera amplia, pero asimismo tiene una vida más corta, lo que incide en otros términos de la ecuación.

Hay que tener en cuanta la posibilidad de que estrellas con planetas no tengan ninguno de ellos dentro de la zona de la ecosfera, con lo que su factor ecológico sería cero. Una vez más, desconocemos cuál es la norma habitual en la galaxia y si nuestro sistema solar es un buen caracterizador o una excepción.

Estimaciones conservadoras de ne ofrecen valores entorno a la unidad: un único planeta (de media) situado en la ecosfera de una estrella con sistema planetario.

Otros cuerpos siderales fuera de la ecosfera son también susceptibles de proporcionar las condiciones adecuadas para la aparición de vida, como los satélites Titan y Europa en nuestro sistema solar, lo que quizás obligaría revisar el enfoque de la ecosfera.

En su día Drake estimo este factor en 2, es decir, por cada sistema con planetas, existirían dos cuerpos habitables (un 200% de probabilidades).

Concepto de habitabilidad:

Sin embargo, que un planeta se encuentre en la ecosfera de una estrella puede no ser suficiente para considerarlo habitable.

La Tierra en sí misma es un caso cuyas características concretas lo han convertido en candidato para la vida, no sólo por su distancia al Sol, que mantiene su rango de temperaturas entre los límites tolerables sino por muchos otros aspectos.

  • Su masa y gravedad: le han permitido retener la atmósfera. Marte, por contra, mucho más pequeño, perdió la suya hace tiempo. ¿un planeta sin atmósfera es habitable?
  • Una correcta proporción de elementos necesarios para la vida: carbono, oxígeno, nitrógeno... un planeta que hubiese perdido la mayor parte de estos elementos ligeros podría no ser un buen candidato.
  • Rotación e inclinación del eje: estas características producen el ciclo de día y noche, así como las estaciones. Un planeta sin rotación podría presentar una cara a su sol excesivamente cálida, mientras que su cara oculta sería gélida.

El estudio de organismos extremófilos, como los realizados en el entorno de Riotinto, o futuros estudios acerca de la posibilidad de vida en Marte o Venus proporcionarían datos más fiables.

En cualquier caso, es discutible si estas circunstancias afectan a la habitabilidad del cuerpo planetario o la probabilidad del propio surgimiento de vida, estimado en el siguiente factor: fl de Drake.

Un cuerpo inhóspito, sin atmósfera ni elementos esenciales, sin inclinación axial e incluso sin rotación podría sin embargo ser un buen objetivo para una colonia espacial con la tecnología adecuada para superar esos inconvenientes, aunque fuese un mundo estéril para el surgimiento espontáneo de la vida.


Ecuación de Drake

N = (R*) × (P) ×

(ne) × (fl) × (fi) × (fc) × (L)