Hielo 9
El hielo 9 es un material polimorfo ficticio propuesto por Kurt Vonnegut en su novela Cuna de gato (1960).
El polimorfismo es la característica de algunos materiales de poder adoptar diferentes estructuras cristalinas en estado sólido, algo bastante común. El hielo 9, en concreto, sería la estructura más estable del agua común, tal que su punto de fusión se encontraría a 45.8°C. Es decir, agua sólida a temperatura ambiente.
Cuando el hielo 9 entra en contacto con agua líquida a una temperatura inferior a 45.8°C, actúa entonces como patrón de cristalización para el resto del agua. Como resultado, todo el agua líquida se vuelve hielo 9, agua sólida.
La idea no es original de Vonnegut, y él mismo explica que la obtuvo durante el tiempo que trabajo en General Electric. Al parecer, el mérito correspondería a Irving Langmuir, Premio Nobel de Química en 1932, quien trabajo largo tiempo como investigador en la compañía. Durante una visita de H.G. Wells, Langmuir fue el encargado de entretenerle y comentó al escritor la ocurrencia de agua sólida estable a temperatura ambiente, con la esperanza de que sirviera a Wells como inspiración para un relato. Wells no utilizó la idea ni tampoco Langmuir, por lo que, ya tras la muerte de ambos, Vonnegut decidió tomarla prestada.
En la novela, el inventor o descubridor del hielo 9 es un científico de mente abstraída, Felix Hoenikker, quien la propone como solución a la petición que le hace un general del ejercito para solucionar el problema de que los soldados tengan que pelear en el barro. Frente a soluciones más convencionales, como coagulantes, Hoenikker piensa en la posibilidad de encontrar un estado de cristalización del agua desconocido en la Tierra, estable a altas temperaturas, que congelara el terreno.
Su manipulación es extremadamente peligrosa, pues su capacidad de servir de patrón de cristalización del agua líquida a temperatura ambiente hace que cualquier masa de agua o con alto contenido en agua se congele de manera instantánea al contacto con ella.
En la novela podemos contemplar los devastadores efectos de esta sustancia: cuando un ser humano se la lleva a labios, su cuerpo queda inmediatamente congelado, por lo que es un veneno instantáneo. Si la sustancia cayera en un lago, este se congelaría e un instante, matando toda vida en él. Y lo mismo ocurriría con un río, un mar, en incluso con la lluvia que cayera sobre el hielo 9 ya formado. En resumen, el hielo 9 es un aniquilador de la vida a nivel planetario.
Similitudes:
En El hombre iluminado (J.G. Ballard, 1964) encontramos descrito un fenómeno físico muy similar al producido por los efectos del hielo 9, si bien Ballard recurre a premisas menos sólidas aunque más poéticas, en concreto, la irrupción de unas antipartículas de tiempo que se aniquilarían con las partículas temporales, produciendo la animación suspendida de la materia, una especie de cristalización.
La radiación talaron, descrita en Star Trek X: Némesis (Stuart Baird, 2002) tiene también ciertas semejanzas con el hielo 9 en sus características de veneno imparable que esencialmente sólo ataca a lo vivo.
Referencia:
El hielo 9 inspira y da nombre a una famosa canción instrumental del guitarrista Joe Satriani, Ice 9, segundo corte del álbum Surfing With the Alien.
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