Arquitectura en la ciencia ficción
Aunque rara vez es parte fundamental de una obra, la Arquitectura toma un papel fundamental dentro de la ciencia ficción como escenario: los edificios, el transporte o el tipo de ciudad vienen determinados por el tipo de obra en el que se engloban.
Crítica a la arquitectura de la ciencia ficción: Según Marco Vitrubio en su tratado De Architectura (s. I adC) la arquitectura para ser tal tiene que englobar el uso, el proyecto y la construcción, entonces la arquitectura virtual, que es la que aparece en la ciencia-ficción, no es arquitectura ya que no se construye. Se proyecta para un uso, pero no para ser construida.
Tabla de contenidos
La arquitectura en la ciencia ficción:
Ciudades:
- Artículo principal: Ciudades en la ciencia ficción
Las ciudades son el escenario en el que tienen lugar muchas historias de ciencia ficción y son diseñadas por los autores para recrear el ambiente que requiere el argumento.
La variedad de ciudades es, pues, casi tan ilimitada como la de las historias que en ellas tienen lugar. De esta forma tenemos ciudades tan distintas como la Los Ángeles de Blade Runner, la Chicago de Yo, robot, las ciudades apocalípticas de 12 monos o Soy leyenda o las colonias de la trilogía de Marte o La Luna es una cruel amante.
Edificios:
- Artículo principal: Edificios en la ciencia ficción
Las ciudades están formadas por edificios, de forma que la forma de éstos está también influenciada por la historia que se desea narrar y por la ambientación que se desea darle. Tenemos así el destartalado edificio Bradbury (Blade Runner otra vez) o el Hotel Barato de Neuromante dentro del ciberpunk o los limpios edificios de Gattaca.
A veces la ciencia ficción imagina edificios singulares, a menudo tan desproporcionados que se pierde el límite entre ciudad y edificio: son las arcologías. Esta distición es todavía más sutil en las colonias espaciales; como la que aparece en Atmósfera cero.
Transporte urbano:
- Artículo principal: Transporte urbano en la ciencia ficción
El transporte urbano forma parte de las ciudades de forma tan indisoluble como los propios edificios. A fin de cuentas es imposible reunir a una gran población si no se le dota de un medio de transporte que les permita desplazarse hasta sus centros de trabajo, ocio o comercio.
Estas formas de transporte varían desde la simple evolución de nuestro tráfico actual (el escenario más habitual, aunque llega a adoptar formas tan espectaculares como las de Minority Report) hasta las formas de transporte de La fuga de Logan pasando por la diferenciaciación entre tráfico privado por el subsuelo, transporte público elevado y calles peatonales que se ve en Yo, robot.
La ciencia ficción en la arquitectura:
Aunque el enfoque resulte extraño, se puede hablar de ciencia ficción en la arquitectura.
Todo arquitecto ha soñado en construir una ciudad ideal, su ciudad ideal, y son muchos los que han realizado elaboradas fantasías arquitectónicas (muchas de ellas irrealizables aún hoy) que combinan elementos a menudo inexistentes en la realidad, pero no imposibles. Así, estas ciudades y edificios ideales, como ejercicios especulativos y plausibles, podrían ser considerados ciencia ficción.
Un buen ejemplo de ello es el arquitecto Lloyd Wright (1867 - 1959). Además de sus proyectos realmente ejecutados, entre los que cabría destacar la casa de la cascada o el edificio del museo Guggenheim de Nueva York, este arquitecto realizó numerosos estudios de ciudades y edificios ideales, algunos de los cuales podrían ser directamente clasificados de arcologías.
Tampoco puede dejar de mencionarse el movimiento futurista italiano y especialmente al arquitecto Antonio Sant'Elia y su proyecto "Città Nuova" (Ciudad Nueva), de 1913-1914. Su visión de la arquitectura estaba muy vinculada a la presencia de la ciencia y la tecnología en una ciudad "en movimiento". El objeto del arquitecto ya no era el edificio, sino la propia trama urbana, con especial énfasis en las estaciones de tren, aeropuertos, y edificios conectados por múltiples ascensores.
Richard Buckminster Fuller (1895 - 1983), no siendo arquitecto, sino un polifacético ingeniero y diseñador, aportó conceptos fundamentales que rápidamente fueron asumidos y absorbidos por los autores de ciencia ficción, como su desarrollo de las cúpulas geodésicas, estructuras capaces de soportar su propio peso sin importar el tamaño que alcanzaran, y construyó la primera de ellas en 1949. Pero ya anteriormente se había estado dedicando a la exploración de nuevas técnicas y materiales como su casa Dymaxion (1929) una casa autónoma que pretendía producir en serie, para cualquier ambiente y bajo los principios de eficiencia y sostenibilidad. Su optimista visión de las posibilidades futuras le llevó incluso a proponer la que es considerada la primera arcología, Nube nueve (1958).
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