Discusión:Apocalipsis nuclear
Tabla de contenidos
Apocalipsis nucleares en la vida real:
De todos los escenarios apocalípticos, el del apocalipsis nuclear ha sido el más cercano a la realidad. De hecho, sin llegar a ser apocalipsis globales, ha habido ya episodios que permiten conocer las consecuencias de este tipo de desastres.
En concreto, se puede mencionar el bombardeo de las ciudades japonesas de Hirosima y Nagasaki por parte de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial como ejemplo de guerra nuclear. En ambos episodios, poblaciones civiles fueron bombardeadas por sendas bombas nucleares de fisión, con el resultado de entre ciento veinte mil y ciento setenta mil muertos y unos trescientos mil heridos.
Aún cuando estos artefactos están varios órdenes de magnitud por debajo de las actuales bombas termonucleares de fusión, gracias a ellos podemos hacer una estimación de cuáles serían los resultados de golpear a un país dañando sus principales poblaciones y provocándole un desastre civil y económico del que no podría recuperarse en años.
Se pueden mencionar también los accidentes nucleares de Chernobil y Fukushima. En ambos casos el número de muertos fue inferior al de un bombardeo sobre un núcleo urbano. Sin embargo, hubo que evacuar a cientos de miles de personas, abandonando ciudades enteras y perdiendo cientos de miles de kilómetros cuadrados de tierras fértiles y caladeros pesqueros.
Consecuencias de un desastre nuclear:
Cabe diferenciar dos fenómenos de naturaleza claramente distinta. Los primeros son debidos a la emisión en un lapso muy breve de tiempo (del orden de milisegundos) de enormes cantidades de energía (a modo de ejemplo, la mayor bomba termonuclear jamás detonada,la bomba Zar, emitió durante 39 nanosegundos energía con el 1,4% de la potencia de salida del Sol). Los segundos son los debidos la contaminación por elementos radiactivos, que emiten radiación de forma mucho menos intensa pero más prolongada en el tiempo.
Efectos inmediatos de una explosión atómica:
Por una parte, están los efectos inmediatos de una explosión en el caso de una bomba atómica. Cuando un artefacto atómico explota nivel de tierra hay una primera zona en la que la temperatura alcanza millones y hasta cientos de millones de grados. No existe materia bariónica capaz de soportar estas temperaturas. En esta primera zona (que alcanza cientos de metros en bombas nucleares y hasta kilómetros en las termonucleares) la aniquilación es total.
Tras esta viene una segunda zona mucho más extensa en la que se solapan la onda de choque inicial de la bomba con la onda de expansión de los gases dilatados a cientos de miles de grados. En esta zona, que abarca kilómetros, se produce una destrucción total. Los edificios son reducidos a escombros y los seres vivos son literalmente reventados, bien por la acción directa de la onda expansiva, bien por los miles de fragmentos de materia que vuelan despedidos.
Allí donde no llega la devastación en forma de ondas mecánicas se extiende otra zona en la que los efectos de la radiación producen graves daños toda forma de vida. Estos daños dependen del nivel de energía de la radiación, el tipo de radición y el tiempo de exposición. Los síntomas de la primera y más inmediata exposición a la radiación son las quemaduras que, en el caso de afectar a los ojos, pueden producir ceguera. La exposición a niveles intolerables de radiación produce daños graves a los tejidos, produciendo síntomas como fiebre, vómitos y diarrea. La muerte no es inmediata, sino que se prolonga a lo largo de horas o varios días.
Además de los efectos anteriores, hay otros efectos derivados de la exposición de la atmósfera a fuertes impulsos de neutrones y otras radiaciones ionizantes. La ionización del aire produce el efecto de blackout, un fenómeno poco conocido (al menos en lo que se ha hecho público) y que puede impedir la transmisión de ondas de radio durante horas y hasta días. Estos efectos son los buscados en bombas de neutrones y bombas arco iris. Estas bombas, al ser detonadas en las capas altas de la atmósfera no producen los daños devastadores descritos arriba, pero pueden causar graves daños a los seres vivos por radiación y la destrucción de todo componente electrónico en su radio de influencia.
Efectos a largo plazo de la contaminación atómica:
Además de los anteriores, existe otra serie de efectos a largo plazo que pueden darse tanto en el caso de bombas nucleares como en el de accidentes nucleares y que son debidos a la contaminación por elementos radiactivos. Esta contaminación emite energía de forma menos intensa pero mucho más prolongada en el tiempo y no están exenta de causar graves daños a largo plazo.
En un accidente nuclear se emiten a la atmósfera partículas (cenizas, polvo...) procedentes del núcleo del reactor. Además, tanto la central nuclear como la bomba atómica emiten altas dosis de radiación ionizante que, por definición, ioniza y vuelve radiactiva la materia a su alrededor. De esta forma, a los efectos inmediatos derivados de la acción directa de la energía emitida se suma una nube radioactiva formada por partículas en suspensión, átomos de los gases que componen el aire, agua... todos ellos radioactivos.
Esta nube es empujada y dispersada por los vientos reinantes en la zona y, eventualmente, se posa bien por acción de la lluvia, bien por simple decantación. De esta forma, millones de kilómetros cuadrados de tierra y mar pueden verse cubiertos por partículas radioactivas que pueden volver a levantarse (polvo que es arrastrado por el viento) o a filtrarse en los acuíferos.
Debido a su dispersión, estas partículas no son fuente de radiación intensa, pero en el caso de ser introducidas en el organismo (bien por inhalación de polvo y cenizas, o por ingestión de agua o alimentos contaminados) pueden fijarse a los tejidos, volviéndose una fuente débil pero constante de radiación dentro del organismo. Esta emisión de radiación puede afectar al ADN de las célular, produciendo cáncer.
Existen muchos tipos de isótopos radioactivos. Los más energéticos son aquellos que se desintegran de forma más rápida. Causan graves daños en los primeros instantes, pero su actividad decae rápidamente. Por ejemplo, el yodo 131 (131I) tiene un periodo de semidesintegración de apenas ocho días. Pese a ello, es uno de los isótopos más peligrosos, pues el yodo se fija a la glándula tiroides pudiendo provocar cáncer (por este motivo una de las medidas en caso de accidente nuclear es proporcionar altas dosis de yodo "normal" no radioactivo, a fin de saturar el oganismo de este elemento y evitar la fijación del yodo radioactivo al que eventualmente pudiera verse expuesto).
Otros isótopos menos energéticos son menos dañinos en exposiciones breves, pero sus tiempos de desintegración son más largos, pudiendo extenderse durante décadas o siglos. Por ejemplo, el cesio 137 (137Cs) con periodo de semidesintegración de treina años emite niveles peligrosos de radiación durante seiscientos años. De esta forma, grandes extensiones de terreno pueden volverse inútiles para la agricultura, ganadería o pesca.
Apocalipsis nucleares en la ciencia ficción:
Precisamente por su cercanía con la realidad, el apocalipsis nuclear ha sido uno de los más tratados en la ciencia ficción, especialmente durante la guerra fría, por lo que existe una multitud de relatos y películas ambientados en este contexto.
Antes de la guerra:
Aunque no son las más habituales, algunas de estas obras están ambientadas en la situación previa a la guerra o en sus comienzos, como Punto límite, ¿Teléfono rojo? volamos hacia Moscú (ambas de 1964), Juegos de guerra (1983)...
En estas obras se mostraban posibles situaciones y secuencias de acontecimientos imprevistos que ponían a prueba los aparentemente seguros protocolos militares de actuación y que podían desencadenar una guerra nuclear. En estas obras se mostraba cómo la naturaleza humana (en forma de comportamientos ilógicos, estupidez, incompetencia o locura) podía crear situaciones en las que los más serios procedimeintos fueran burlados con terribles consecuencias.
Los autores y guionistas planteaban así la duda acerca de si el ser humano era capaz de controlar de forma segura una fuerza tan devastadora.
El fin de la civilización:
- Nota: Seguir a partir de aquí.
- Nota: Este es el escenario más frecuente. En él las ciudades han sido reducidas a escombros y los supervivientes bla, bla, bla...
- En este escenario bienes de la época preapocalíptica (coches, bombas de agua, generadores...) eran sumamente valiosos al no existir una industria que pudiera proporcionar suministros o recambios bla, bla, bla...
Otras estaban ambientadas en épocas posteriores en las que la humanidad habría sucumbido a un estado de barbarie entre las ruinas, como La hora final (1959), Mad Max (1979), Un chico y su perro (1969), El planeta de los simios (1968)...
La humanidad se rehace:
Pero tampoco faltaron obras en las que la humanidad se habría rehecho de alguna forma, como ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968), Akira (1982), Neuromante (1984)...
Posibles influencias de la ciencia ficción:
Cabe suponer algún vestigio de inteligencia entre los gobernantes de las principales potencias nucleares que les impidió "pulsar el botón", pero cabe también suponer que los diferentes escenarios planteados por los autores de ciencia ficción ayudara a dichos gobernantes a comprender las consecuencias de dicha guerra y evitarla, o que ayudara al resto de la sociedad a ser conscientes de lo que sus líderes manejaban para que los presionaran (en la medida de sus posibilidades) para actuar en sentido contrario.
De esta forma, la ciencia ficción habría cumplido uno de sus principales papeles, ayudando a la sociedad a comprender los peligros de la ciencia empleada con fines puramente bélicos y destructivos.
Aunque hubo obras en las que se planteaba el escenario previo al estallido de la guerra, la mayor parte presentaban un escenario de Tierra devastada donde las ciudades habían sido reducidas a escombros, la mayor parte de la humanidad exterminada y los supervivientes tratan de sobrevivir entre las ruinas. En este contexto los artilugios antiguos (coches, armas, bombas de agua, generadores...) eran bienes extremadamente valiosos e irreemplazables, pues no existía industria capaz de proporcionar suministros o recambios.
Notas para ampliar el artículo:
Texto del artículo "Tercera Guerra Mundial:
Lo que sigue es el texto del artículo "Tercera Guerra Mundial" antes de que fuera modificado al rehacer los artículos de escenarios apocalípticos. Pasado al cuerpo de texto para ser ampliado.
--Vendetta 19:47 7 sep, 2011 (CEST)
== La Tercera Guerra Mundial en la ciencia ficción: ==
Dentro de la ciencia ficción, la preocupación por este escenario dio lugar a un elevado número de escenarios apocalípticos en los que se mostraban las posibles causas y consecuencias del enfrentamiento.
Otras notas:
¿Qué consecuencias tiene el uso de armamento nuclear? Hablar someramente de los efectos inmediatos de caracter destructivo y luego ampliar las consecuencas por las cuales su uso masivo podría hacer la Tierra inavitable. Basarse en lso ejemplos de las dos veces qu se ha utilizado la bomba sobre ciudades, y tambén el desastre de Chernobil, la nube radioctiva, los esfuerzos por impedir que el desastre fuera mayor y el hecho de que actualmente la zona aún tiene tanta radioactividad que hace poco saludables que el ser humano se asiente allí.
En definitiva, dos efectos fundamentales de la posible guerra nuclear: la destrución de lso grandes nucleos de civilización de manera inmediata, ruptura de comunicaciones (caída de la civilización) y un efecto a largo plazo que es la contaminación radiactiva y sus consecuencias.
-- De Venom
Nota: Los isótopos más radioactivos son los que más rápidamente decaen. Los menos radioactivos no causan tantas muertes inmediatas, pero sí una contaminación a más largo plazo.
--Vendetta 19:47 7 sep, 2011 (CEST)