El hombre subliminal
El hombre subliminal | |
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Autor: | J.G. Ballard |
Otros títulos: | ' |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | The Subliminal Man |
Revista o libro: | New Worlds Science Fiction |
Editorial: | Nova Publications Ltd. |
Fecha | Enero de 1963 |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | Playa terminal Zona de catástrofe Cuentos completos |
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Saga: | |
Premios obtenidos: | |
Otros datos: | Ficha en ISFDB |
Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | [{{{URL-3F}}} Ficha] |
ISFDB | [{{{URL-ISFDB}}} Ficha] |
Otras fuentes | {{{URL-OtrasFuentes}}} |
Notas: | |
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J.G. Ballard (1963)
El hombre subliminal es un relato de J.G. Ballard que aborda el tema de la manipulación mental.
Sinopsis:
El doctor Franklin tiene un paciente, Hathaway, que asegura que el gobierno está instalando unas antenas para controlar subliminalmente a la población. Por supuesto, Franklin no da ningún crédito a Hathaway, pero entonces empieza a observar que se están instalando un gran número de nuevas antenas en los cruces de autopista y junto a los supermercados. ¿Para qué son?
El relato:
A medio camino entre la fábula y un despiadado realismo, Ballard presenta un escenario plenamente distópico, si bien no lo parece en un principio. Detalle a detalle, el lector va acumulando un conjunto de extrañezas que delatan que nos encontramos en un mundo muy cambiado: el capitalismo basado en el perpetuo crecimiento de la economía de consumo ha puesto a la sociedad contra las cuerdas pero nadie parece percibir las contradicciones del sistema.
Poco a poco, Franklin llegará a entrever la posibilidad de que el gobierno, efectivamente, en un movimiento desesperado, esté tratando de manipular a la población para mantener el consumo alto, en una operación de lavado de cerebro masivo.
El relato se mueve en unos parajes urbanos -la autopista, los apartamentos, los supermercados- que marcarán una de las mayores destrezas de Ballard, el de plasmar una distopía que es de completa actualidad, en el sentido de que casi parece que se trata del mundo real en el que vivimos.
Es fácil tratar paralelismo entre este cuento y la novela de George Orwell, 1984 (1949); aunque realmente encuentre mejor acomodo entre la pléyade de obras herederas de esta, como Brazil (Terry Gilliam, 1985).