Nueva York

Esta página debe ser ampliada o reestructurada

 

La ciudad de Nueva York es un icono importante dentro de la ciencia ficción.

No sólo ha sido escenario de numerosas obras, sino que fue en esta ciudad donde surgieron las publicaciones, autores y editores que conformaron la llamada edad de oro de la ciencia ficción. Éste fue una de las épocas más importantes dentro del género, pues marcó buena parte de lo que sería la ciencia ficción durante varias décadas.

La Nueva York Real:

Cultura y economía:

Nueva York ha sido desde el siglo XIX uno de los principales focos aconómicos y culturales del mundo.

Su auge económico se produce en pleno siglo XIX. Este auge la convierte en 1835 en la ciudad más pobñada de Estados Unidos. Buena prueba de su importancia económica es la construcción a finales el siglo XIX y principios del XX de grandes infraestructuras como el puente de Brooklyn (construido entre 1870 y 1883) el metro (inaugurado en 1904) o los rascacielos de Manhattan como el Singer Building (inaugurado en 1908 con 187 metros) o el Metropolitan Life Insurance Company Tower (inaugurado en 1909 con 213 metros).

Este crecimiento atrajo a una gran cantidad de inmigrantes, que trajeron con ellos sus propias culturas, convirtiéndo la ciudad en una metrópolis cosmopolita.

Por otra parte, Nueva York ha sido siempre una ciudad progresista, especialmente en comparación con las grandes áreas rurales del interior. Fue centro del abolicionismo en la década de 1830, numerosos miembros del Partido Socialista de Estados Unidos eran neoyorquinos y fue la sede del Partido Comunista de Estados Unidos.

Ha sido también notable el patronazgo que han recibido las artes ya desde el siglo XIX, tanto desde industriales privados como desde las instituciones públicas. Esto atrajo a muchos artistas de diferentes medios, con lo que Nueva York se convirtió en un foco para las nuevas ideas. Muchos movimientos culturales del siglo XX han tenido su origen en esta ciudad.

El nacimiento de la edad de oro:

Por todo lo expuesto anteriormente, no es extraño que las principales revistas pulp de los años '20 y '30, tales como Amazing Stories, Astounding o Thrilling Wonder Stories surgieran en esta ciudad.

El disponer de estas revistas en sus quioscos hizo que muchos jóvenes de la ciudad tuvieran acceso a los relatos de este nuevo género que se estaba forjando. Por este motivo, el fandom neoyorquino fue especialmente importante. Dentro de éste podemos destacar el grupo de los futurianos, muchos de cuyos miembros acabaron convirtiéndose en escritores o editores de ciencia ficción.

Fue en este entorno en el que se forjó la edad de oro, época que significó el estallido de la ciencia ficción, ligada a las revistas publicadas en esta ciudad así como a escritores nacidos en la ciudad como Donald A. Wollheim, L. Sprague de Camp o Frederik Pohl, o migrados a ella, como Isaac Asimov o Damon Knight.

Posteriormente a la edad de oro Nueva York ha dado un buen número de nombres a la ciencia ficción, tales como Robert Silverberg o Daniel Keyes.

Nueva York en la ciencia ficción:

La ciudad de Nueva York reune una gran cantidad de edificios y espacios emblemáticos: los rascacielos de Manhattan, la Estatua de la Libertad, Central Park... La enorme fuerza visual de estos edificios, convertidos en iconos, los hace fácilmente identificables. Por este motivo muchos directores de cine recurren a ellos para dar más énfasis a determinadas escenas.

Numerosas películas de catástrofes o invasiones muestran los efectos de éstas en la ciudad (Independence Day, Armageddon, Deep Impact...) o nos permiten contemplarla completamente devastada años después del desastre (Final Fantasy, Soy leyenda...). En ambos casos, bien mediante impactos y explosiones que destruyen los edificios, o bien mediante las imágenes de las calles y edificios vacíos y descuidados e invadidos por plantas y animales salvajes, el director consigue transmitir en un instante la imagen que desea, normalmente la de la fragilidad de de nuestros logros representados en la ciudad que es el paradigma de al civilización, tal y como en la antiguedad pudo serlo Roma.

La fuerza visual de los monumentos de esta ciudad es tal que, una de las escenas más recordadas del cine del género es, sin duda, la de la cabeza de la Estatua de la Libertad en El planeta de los simios