Diferencia entre revisiones de «Viajes espaciales»

Revisión de 18:45 23 nov 2007

Los viajes espaciales se asocian tradicionalmente a la ciencia ficción.

Ya desde Viaje a la Luna de Julio Verne el hombre ha soñado con viajar al espacio (mucho antes, si tomamos en serio Somnium de Johanes Kepler). Sin embargo, la imagen de los cohetes espaciales se relacionaría definitivamente con la ciencia ficción gracias a la Space Opera y a las portadas de las revistas pulp.

Es cierto que durante muchos años (desde antes de la edad de oro y hasta mucho después) los viajes espaciales han sido el argumento principal de muchos relatos. Es lógico: desde el lanzamiento del Sputnik en 1957 hasta la llegada a la Luna en 1969 o el aterrizaje en Marte de las sondas Viking en los años '70, parecía que el camino inevitable del ser humano era la pronta colonización de los planetas.

Todo esto ha cambiado. Los recortes presupuestarios del programa espacial y la caída del bloque soviético durante la década de los '90 supusieron un duro parón de la ingeniería aeroespacial. Pero ya antes se vaticinaban algunos cambios.

En los años '80 surgió el ciberpunk. Aunque en muchas novelas y películas de este subgénero seguían apareciendo vuelos espaciales, el grueso de la acción había dejado de ser la exploración de los planetas.

Esta nueva ciencia ficción exploraba las posibilidades y los peligros de la ciencia y la tecnología en relación a la sociedad y el individuo. Ya no importaba tanto especular sobre la colonización de Marte; era mucho más importante denunciar cómo el dominio de la economía por parte de las grandes compañías o un exceso de tecnología podían degradar nuestro nivel de vida o, incluso, deshumanizarnos por completo.

En este sentido, la trilogía de Marte de Kim Stanley Robinson es casi una rara avis, una vuelta a la exploración espacial pura y dura.

En todo caso, el tratamiento que la literatura a dado a la navegación espacial se puede enfocar, como cualquier otro tema, desde un punto de vista más o menos serio, según las conveniencias o intereses del autor.

La ciencia ficción dura se ha tomada bastante en serio el vuelo espacial y a lo largo de las décadas ha sugerido diversos métodos de propulsión que no carecían de fundamentación teórica y servían como elucubración técnica, a veces pareja a las sugerencias de los propios ingenieros que trabajaban para las muy reales agencias espaciales como la NASA o la ESA.

Categorías

Se puede dividir la exploración espacial en tres fases bien diferenciadas según el radio de alcance de dicha exploración.

• La primera consistiría la exploración del propio Sistema Solar. Es el ámbito de los viajes interplanetarios, cuya distancia puede ser medida en unidades astronómicas.

• La segunda llevaría hasta la exploración de otros sistemas, situados a años luz del nuestro. Es el ámbito de los viajes interestelares.

• La tercera supondría escapar de la Vía Láctea para explorar otras galaxias, dando lugar a los viajes intergalácticos.