Cuánto se divertían
Cuánto se divertían | |
---|---|
Autor: | Isaac Asimov |
Otros títulos: | Cómo se divertían Lo bien que lo pasaban Lo bien que se lo pasaban Lo bien que se lo pasaron |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | The Fun They Had |
Revista o libro: | Periódico infantil |
Editorial: | Se desconoce |
Fecha | Fecha desconocida de 1951 |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | Con la Tierra nos basta |
Otros datos: | |
Saga: | |
Premios obtenidos: | |
Otros datos: | |
Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | Ficha |
ISFDB | Ficha |
Otras fuentes | |
Notas: | |
|
Isaac Asimov (1951)
Otra escena llena de ironía que relativiza las costumbres y muestra cómo cambia nuestra percepción del pasado. Dos niños del futuro (17 de mayo de 2157, dos siglos a partir de cuando fue escrito el relato) leen en un libro de papel (una antigualla) una descripción de cómo era la escuela en nuestros tiempos.
En el futuro imaginado (¿o temido?) por Asimov, la educación de los niños se realiza en cada casa particular a través de un profesor robótico que adapta las enseñanzas al niño de manera absolutamente personalizada. Los niños del relato no pueden evitar sentir envidia de los niños del pasado, que iban todos juntos a la escuela, con multitud de compañeros con quienes jugaban en los recreos, volvían a casa juntos e incluso a quienes podían pedir ayuda para realizar las tareas, ya que todos recibían las mismas lecciones en clase.
Parece sugerir que Asimov ya vislumbraba la posibilidad del aislamiento tecnológico que hoy en día empieza a ser un problema real. No en el contexto educativo, pero sí en el del ocio; un aspecto que seguramente hubiera sorprendido al joven Asimov.
La visión del aprendizaje en Asimov:
Varios otros relatos del Gran Maestro mencionan igualmente la temprana especialización académica de los niños. Por ejemplo, en Algún día (1956), donde dos niños de unos diez años ya estudian materias orientadas a futuros profesionales muy diferentes.
Asimov no parecía ver con buenos ojos esta creciente especialización, y en sus novelas es habitual encontrar protagonistas de intereses amplios, expertos en nada pero conocedores de muchos temas, con mentes flexibles para el aprendizaje de nuevas materias cuando es necesario. ¿Un trasunto de su propia personalidad?
A pesar de todo esto, tampoco parece correcto el suponer que el autor realice un alegato en favor de la manera tradicional de enseñar y aprender. En realidad, Asimov era contrario al adocenamiento que supone el impartir la misma clase a varias decenas de alumnos, desestimando en gran medida sus intereses y habilidades personales.
El relato, de hecho, fue escrito a petición de un amigo de Asimov para ser publicado en un periódico infantil. El éxito de este relato (incluido en numerosas antologías) fue totalmente inesperado.