Motor atómico
Existen dos tipos de propulsores atómicos:
- Motor de fisión atómica: basado en la fisión de elementos pesados como plutonio o uranio.
- Motor de fusión atómica: basado en la fusión de elementos ligeros como hidrógeno.
El motor Orión es así mismo un propulsor atómico de fisión que utiliza la detonación de una pequeña bomba atómica para producir impulso.
Estas reacciones liberan gran cantidad de energía que puede ser utilizada para calentar el propelente a altas temperaturas y producir impulso al liberar estas partículas a grandes velocidades.
La necesidad de la nave espacial de desarrollar ciertas aceleraciones es la que determina su dependencia de este propelente que puede ser agua (Destino, la Luna), amoniaco (la Discovery en 2001) o cualquier otro material susceptible de ser calentado y convertido en plasma, como es el caso del plástico en el mencionado motor Orión.
Por ejemplo, un cohete que despegase desde la superficie de la Tierra debería desarrollar una aceleración superior a g, lo que unido a la gran masa del vehículo implica un gasto enorme de propelente. Partiendo de bases orbitales y eludiendo así el despegue y aterrizaje en planetas o satélites, se ahorraría gran cantidad de propelente, las necesidades energéticas serían mucho menores y la nave, por ende, más ligera, barata y maniobrable.
Velocidad: | Baja (Velocidades no comparables a c) | Alta (Velocidades superiores a un décimo de c) | Supralumínica (Velocidades superiores a c) |
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