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Revisión de 20:09 14 abr 2010
Ex Machina (Cómic) | |
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Datos de publicación: | |
Título original: | Ex Machina |
Fecha de publicación: | agosto 2004 |
Guión: | Brian K. Vaughan |
Dibujo/Tinta: | Tony Harris |
Color: | J.D. Mettler |
Editorial: | Wildstorm |
Otros datos: | |
Premios obtenidos: | Premio Eisner |
Otros datos: | Más de 4000 páginas |
Brian K. Vaughan y Tony Harris (2004 -)
Aunque el protagonista de Ex Machina, Mitchell Hundred, es una persona con poderes extraordinarios, este cómic se aleja sustancialmente del género de superhéroes para adentrarse en la historia política y el suspense, ambientado todo en una ucronía muy cercana, casi idéntica a nuestra realidad.
Tabla de contenidos
La historia:
Mitchell es el jefe de los ingenieros civiles municipales de Nueva York y como tal se requiere su opinión cuando se encuentra un extraño artefacto adosado al puente de Brooklyn. El artefacto parecía inofensivo, pero cuando Mitchell se acerca a él, se desprende y al cogerlo, explota, desfigurándole. Desde ese instante, Hundred “oye” a las máquinas, toda la ciudad parece estar hablándole, y cuando Mitchelll les grita que se callen, acontece el gran apagón del 18 de octubre de 1999.
Este es el primer suceso reinterpretado por Vaughan en un guión lleno de detalles y construido sobre la historia reciente de la ciudad, añadiéndole -eso sí- su primer y único superhéroe.
El relato comienza en media res, con Mitchell desempeñando las funciones de alcalde de Nueva York, e incluso antes, con una escena introductoria en la que se dispone a relatar lo ocurrido durante sus cuatro años de mandato. A través de numerosos flash-backs, simultáneamente se nos irá desvelando detalles de su vida pasada y de su breve periodo como superhéroe, La Gran Máquina.
Género de superhéroes:
Vaughan tiene el tremendo acierto de negarse a crear un superhéroe clásico, aislado en su lucha contra el mal donde nunca hay “daños colaterales”.
Hundred, convencido a medias de que debe emplear su talento recién adquirido para algo bueno, comienza a diseñar extraños aparatos que le permitirán “combatir” el crimen. Pero Mitchell es un simple aficionado, y la policía no tardará en perseguirle por ser él mismo un peligro para la seguridad ciudadana con sus persecuciones a gran velocidad y sus órdenes para detener en seco trenes y automóviles.
Se trata de un análisis sencillo pero obvio: un gran poder requiere de un gran control. La superhumanidad de los héroes clásicos no reside en sus portentosas habilidades, sino en que al ejecutarlas, pese a las explosiones, los golpes, los derrumbes y los choques, siempre parece que los antagonistas se encuentran en un escenario perfecto, sin víctimas (algo aún más sospechoso en el caso de los supervillanos).
Mitchell, como buen ingeniero, terminará por darse cuenta de que su lucha individual es un esperpento, ineficaz y peligrosa.
Así, tomará la decisión de presentarse para alcalde con la intención de ayudar al ciudadano con sus problemas reales.
11 de septiembre:
Aunque constituye un acontecimiento fuera de la trama propia del cómic, es innegable que la idea se construye fundamentalmente en torno a esta premisa: ¿Qué hubiera pasado si alguien hubiera conseguido evitar el atentado?
Vaughan trabaja con las limitaciones que impone la lógica y así, La Gran Máquina, merced a sus poderes, consigue únicamente evitar el que el segundo avión impacte contra la torre sur del World Trade Center.
Esta será la única verdadera acción superheroica que conseguirá realizar Mitchell, teñida inevitablemente de fracaso, al no poder ser perfecta. La torre norte ya estaba en llamas y la gente saltaba por las ventanas huyendo del fuego.
No obstante, este acción proporciona a Hundred el crédito suficiente para ganar en las elecciones y comenzar su carrera como alcalde.
Como bien dice Vaughan, por boca de su personaje, el ciudadano americano, en época de crisis, desea creer en los héroes, necesita héroes que le hagan sentir seguro.
A partir de este momento, Vaughan seguirá haciendo un repaso a acontecimientos significativos en lo político y en lo social, tocando casi todos los temas candentes: el racismo indistinguible de la incorrección política, el matrimonio homosexual, las manifestaciones contra la guerra de Irak…
Y entremezclada con la política se irá desarrollando una trama de misterio, centrada fundamentalmente en el origen de los poderes de Michell. Todo parece apuntar hacia una tecnología no humana, que al tratar de ser reproducida producirá efectos indeseables, como un hombre que habla con los animales y se erige en su libertador, una emisión de radio que reproduce una canción inexistente de Nirvana o una mujer que pierde la cabeza cuando oye voces que la empujan a desmontar humanos para repararlos.
El dibujo:
Tony Harris sigue un proceso semejante al del rotoscopio, en el sentido que para numerosas viñetas se basa en originales fotográficos donde amigos suyos adoptan las poses que imagina en la acción.
Esto da un aspecto extraño a la figura humana que dibuja, especialmente a los rostros. Sin duda, son más fieles a la realidad que los de la mayoría de cómics, donde incluso los más realistas se sirven de un gran contenido icónico que los idealiza y los hace más asimilables.
Por otra parte, las poses adoptadas, con frecuencia –en especial en los primeros números- son excesivamente gestuales, poco normalizadas.
Todo ello se aleja de la apariencia típica del mainstream americano que puede perturbar al principio. Pero también es cierto que contribuye decididamente a dar ese tono realista a la historia, requerido para trazar una frontera aún más clara entre el cómic de superhéroe (al que no pertenece) y la ficción política.
Conclusión:
Una trama general muy interesante, con diversos arcos argumentales autoconclusivos que consiguen enganchar desde el primer momento. Un dibujo de gran calidad. Un producto bien trabajado, lleno de detalles y ciertamente novedoso.
Premios:
Obtenidos:
- 2005: Premio Eisner a mejor serie nueva
- 2005: Premio Eisner a mejor guionista a Brian K. Vaughan por Ex Machina, Y: El último hombre y Runaways
Finalista:
- 2005: Premio Eisner a mejor número individual por #1: The Pilot
- 2005: Premio Eisner a mejor historia seriada por #2-5: State of Emergency
- 2005: Premio Eisner a mejor serie continua
- 2005: Premio Eisner a mejor color (J.D. Mettler)
- 2005: Premio Harvey a mejor serie nueva
- 2005: Wizard Fan Awards a serie favorita
- 2006: Premio Eisner a mejor número individual por #11: Fortune Favors
- 2006: Premio Eisner a mejor historia seriada por #12–14: Fact v. Fiction
- 2006: Premio Eisner a mejor serie continua
- 2006: Premio Eisner a mejor artista de cubierta (Tony Harris)
- 2007: Premio Eisner a mejor entintado (Tony Harris/Tom Feister)
- 2007: Premio Eisner a mejor artista de cubierta (Tony Harris)