Diferencia entre revisiones de «Saga de Star Trek»

Última revisión de 11:08 21 abr 2020

Nota: Este artículo se refiere a la saga de ciencia ficción. Para otros usos ver Star Trek.

La saga de Star Trek es una saga de series de televisión, películas, libros y cómics de ciencia ficción basados y ambientados en el universo de ficción creado por Gene Roddenberry para la serie original comenzada a emitir el 8 de septiembre de 1966.

Las premisas:

La saga tiene lugar en el futuro (s. XXII para la serie original), en un escenario casi utópico. La Tierra es la capital de la Federación Unida de Planetas (FUP), una institución democrática basada en la Naciones Unidas que garantiza una convivencia pacífica entre las distintas culturas y planetas.

Los desarrollos tecnológicos, en especial el replicador, han hecho obsoleto el dinero, aunque sigue existiendo el comercio. Así, el futuro imaginado en la saga es una utopía igualitaria en la que el hambre, la pobreza y las guerras internas han sido eliminadas.

Si bien no existen conflictos bélicos entre los integrantes de la FUP, existen otras civilizaciones externas a la misma que sí mantienen una actitud hostil (p.e. el imperio Klingon en la serie original, si bien acabaría integrándose en la FUP). Esto exige el mantenimiento de una Flota Estelar que, además de proteger a la FUP lleva a cabo labores de exploración e investigación científica).

Estas características (la existencia de civilizaciones multiplanetarias, su exploración y sus conflictos como ejes de la trama, la ambientación de la misma en los distintos planetas o las naves que viajan entre ellos...) permiten englobar esta saga claramente dentro del subgénero de la Space Opera, del que suponen un ejemplo casi paradigmático.

Importancia como herramienta retórica:

Aunque la Space Opera es tradicionalmente un género menor, más orientado al divertimento basado en el sentido de la maravilla, sería injusto calificar de tal a la saga, pues ya la serie original tenía una fuerte intención especulativa y de reivindicación política.

La Federación Unida de Planetas, su evolución y conflictos, extrapola a una escala galáctica la propia política terrestre. La federación es vista como el ideal al que debería tender la propia ONU, siendo la Tierra, como miembro más visible y activo, un reflejo, un deseo, de lo que tal vez podrían ser los propios Estados Unidos. Por ello, las estructuras políticas son muy similares y sus ideales (igualdad, libertad, fraternidad) son los mismos de la ilustración, inspiradora de la propia Constitución estadounidense.

A lo largo de los años, este escenario ha posibilitado abordar muy diversos temas políticos. En numerosas ocasiones, por ejemplo, especialmente a lo largo de la primera etapa de la serie, el Imperio Klingon ha ejercido de antagonista, con el cual la Federación mantiene una prolongada guerra fría que traslada a la pantalla un trasunto de la auténtica guerra fría entre Estados Unidos y el bloque comunista. La caída del comunismo, igualmente, quedó reflejada en la saga (Star Trek VI: Aquel país desconocido, 1991).

Otros antagonistas surgieron para sustituir a los klingon, mostrando con frecuencia interesantes dilemas al poner sobre la mesa cuestiones macropolíticas que exploraban la legitimidad de los intereses políticos de los distintos bloques.

Influencia cultural:

Debido a su popularidad, la serie se ha tenido una fuerte influencia en nuestra sociedad, convirtiéndose en todo un icono de lo que se supone que es la ciencia ficción. Así, la imagen que se asocia a los aficionados al género es la de de los fans de esta serie (los llamados trekkies), vestidos con sus pijamas de colores y haciendo el saludo vulcaniano, una imagen ligada al apartado más lúdico de la serie y dejando de lado toda el valor político y especulativo que Roddenberry quiso expresar en ella.

Buena prueba de su popularidad es que la NASA nombró a su primer transbordador espacial (una maqueta funcional para pruebas de aterrizaje que no salió al espacio) Enterprise, en honor a la nave espacial de la serie, y el elenco principal de actores fue invitado al acto de presentación.

Obras, medios y cronología:

Dada la extensión cronológica de los acontecimientos narrados, se pueden distinguir distintas etapas claramente diferenciadas en el conjunto, cada una correspondiente a un siglo diferente y con una tripulación diferente en un Enterprise (a veces más de uno) diferente y hasta en una línea temporal diferente.

El tremendo éxito de la serie original en los años sesenta produjo su inevitable salto a la gran pantalla en una serie de películas que continuaban las aventuras de la tripulación y que se siguieron estrenando años después de que la serie hubiera dejado de emitir nuevos capítulos.

Mientras aún se estaban realizando películas con la tripulación original, se relanzó la saga en la televisión con una nueva serie, Star Trek: La nueva generación (1987 – 1994), que trasladaba la acción cien años hacia el futuro, con una nueva tripulación y un entorno sociopolítico sutilmente diferente. Inevitablemente, el relevo de esta nueva generación tuvo su correspondencia en la gran pantalla, dando como resultado la producción de cuatro películas más ambientadas en esta nueva época.

Al principio de los años 2000 la tripulación de Pickard también buscaría el relevo tras quince años de estrenos y emisiones. En este punto, las nuevas series de televisión basadas en el universo de Roddenerry habían echado la vista atrás, buscando los orígenes de este mundo (ya entrevistos en Primer contacto) con creación de precuelas ambientadas en el siglo XXII y que antecederían a la serie original.

El mundo el cine tardó varios años en dar su propia continuidad a la saga y, cuando finalmente lo hizo, escogió el recurso del reboot. Ante la falta de nuevas ideas, se decidió recomenzar toda la saga desde su origen, revisando los personajes y episodios clásicos para adaptarlos al sentir de las nuevas generaciones. Así, Star Trek: The Future Begins (2009), vuelve a estar protagonizada por el capitán James T. Kirk y su tripulación, notablemente jóvenes y audaces, con sus historias y personalidades sutilmente cambiadas. Este reboot tiene lugar en una línea temporal distinta y paralela a la anterior, de forma que, aunque tiene lugar en la misma época, no choca argumentalmente con la línea original.

Todos estos productos y formatos se mezclan y se referencian el uno al otro, con lo que no nos encontramos ante sagas independientes para cine o televisión, sino con un producto compacto.

Así, extendiéndose a lo largo de cinco décadas, Star Trek es la saga de ciencia ficción más larga de la historia, después de Doctor Who (Sydney Newman, 1963).