Diferencia entre revisiones de «El fin de la eternidad»

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El protagonista es Andrew Harlan, Ejecutor en Eternidad.
 
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Eternidad es una institución situada al margen del tiempo que vela por el progreso de la humanidad, y cuyos personajes [[Viajes temporales|viajan entre siglos]] alterando la historia con el fin de obtener el máximo bienestar posible. La historia es continuamente revisada, por Observadores en base a cuyos datos los Programadores calculan posibles mejoras que los ejecutores llevan a cabo mediante cambios tan leves como sea posible para el fin deseado.
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Eternidad es una institución situada al margen del tiempo que vela por el progreso de la humanidad, y cuyos personajes [[Viajes temporales|viajan entre siglos]] alterando la historia con el fin de obtener el máximo bienestar posible. La historia es continuamente revisada, por Observadores en base a cuyos datos los Programadores calculan posibles mejoras que los Ejecutores llevan a cabo mediante cambios tan leves como sea posible para conseguir el fin deseado.
  
 
La historia comienza ''in media res'' para narrarnos después la historia de Harlan cuando éste se enamora de Noys, una muchacha del siglo 482, un siglo en el que Harlan debe actuar pero cuya acción tendrá consecuencias en la existencia misma de Noys.
 
La historia comienza ''in media res'' para narrarnos después la historia de Harlan cuando éste se enamora de Noys, una muchacha del siglo 482, un siglo en el que Harlan debe actuar pero cuya acción tendrá consecuencias en la existencia misma de Noys.
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== La novela: ==
 
== La novela: ==
  
[[Isaac Asimov|Asimov]] fue un excelente escritor de [[El cuento en la ciencia ficción|relatos]], con un estilo simple pero efectivo y unas ideas interesantes y bien desarrolladas. Sin embargo, la novela es un campo distinto en el que la historia debe ser narrada de forma más planificada y con un correcto desarrollo de los personajes. Asimov nunca llegó a dominar estas técnicas y esta novela no es una excepción.
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[[Isaac Asimov|Asimov]] fue un excelente escritor de [[El cuento en la ciencia ficción|relatos]], con un estilo simple pero efectivo, y unas ideas interesantes y bien desarrolladas. Sin embargo, la novela es un campo distinto en el que la historia debe ser narrada de forma más planificada y con un correcto desarrollo de los personajes. Asimov nunca llegó a dominar estas técnicas y esta novela no es una excepción.
  
 
Los personajes son poco creíbles, la organización de Eternidad como una especie de monjes célibes al servicio de la humanidad no resiste el menor análisis y las situaciones se suceden de forma poco plausible buscando sorprender al lector al final de cada capítulo, algo que tiene sentido como relato publicado por partes (de hecho, fue ofrecido a ''[[Galaxy Science Fiction]]'') pero que debería haber sido corregido al ver la luz como novela.
 
Los personajes son poco creíbles, la organización de Eternidad como una especie de monjes célibes al servicio de la humanidad no resiste el menor análisis y las situaciones se suceden de forma poco plausible buscando sorprender al lector al final de cada capítulo, algo que tiene sentido como relato publicado por partes (de hecho, fue ofrecido a ''[[Galaxy Science Fiction]]'') pero que debería haber sido corregido al ver la luz como novela.
  
Especial mención merece el tratamiento de la [[línea temporal]] y el planteamiento de [[paradojas temporales]]. La historia desaprovecha todas las posibilidades que ofrecen estos temas. Las líneas temporales se plantean como alterables de forma limitada; se considera que puede haber cambios, pero que éstos se difuminan en pocos siglos, que las modificaciones del s. 482 no afectan al s. 575. Algo similar ocurre con las paradojas; se consideran ejercicios intelectuales, pero en ningún momento se plantea la posibilidad de que sean algo real (apenas hay una escena en la que se presente un bucle que no es paradójico). Tampoco se visitan épocas históricas en las que los personajes deban moverse evitando alterar el presente. De hecho, aunque se mencionan siglos futuros, apenas hay un par de escenas fuera de Eternidad y son irrelevantes. Así, aunque los [[viajes temporales]] son una constante casi rutinaria, se desaprovechan todas las posibilidades que ofrecen.
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Especial mención merece el tratamiento de la [[línea temporal]] y el planteamiento de [[paradojas temporales]]. La historia desaprovecha todas las posibilidades que ofrecen estos temas. Las líneas temporales se plantean como alterables de forma limitada; se considera que puede haber cambios, pero que éstos se difuminan en pocos siglos, que las modificaciones del s. 482 no afectan al s. 575. Algo similar ocurre con las paradojas; se consideran ejercicios intelectuales, pero en ningún momento se plantea la posibilidad de que sean algo real (apenas hay una escena en la que se presente un bucle que, por supuesto, no es paradójico). Tampoco se visitan épocas históricas en las que los personajes deban moverse evitando alterar el presente. De hecho, aunque se mencionan siglos futuros, apenas hay un par de escenas fuera de Eternidad y son irrelevantes. Así, aunque los [[viajes temporales]] son una constante casi rutinaria, sus posibilidades poéticas y narrativas quedan inexploradas.
  
El mayor interés de la novela es el papel de la [[La mujer en la ciencia ficción]] mujer. Sólo hay un personaje femenino, Noys, y, salvo al final, es poco más que un adorno de la historia o un premio para el protagonista. El enamoramiento del protagonista es el [[McGuffin]] de la novela, pero bien podría haber sido su deseo de poseer un objeto raro de una determinada época. Apenas cuenta como personaje.
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Hoy en día, el mayor interés de la novela es contemplar el papel asignado a [[la mujer en la ciencia ficción]] a mediados del siglo XX. Sólo hay un personaje femenino, Noys, y, salvo al final, es poco más que un adorno de la historia o un premio para el protagonista. El enamoramiento del protagonista, más que un verdadero motor poético, es el mero [[McGuffin]] de la novela, como bien podría haber sido su deseo de poseer un objeto raro de una determinada época. Apenas cuenta como personaje.
  
Igualmente llamativo es el papel que Asimov asigna a las mujeres a lo largo de los siglos. La posibilidad de que las mujeres sean económicamente independientes o de que puedan tener el control de su vida sentimental es algo que se plantea como tan extraordinario que deben dedicarse párrafos a mostrar cómo el protagonista (originario del s. 95) trata de asimilarlo al tiempo que el autor trata de hacer ver al lector que, aunque de forma extraordinaria, la idea de una mujer independiente no es algo que necesariamente suponga el fin de una sociedad; en todo caso, y por si acaso, es algo que no ocurre en la novela.
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Mucho más llamativo, incluso, es el papel que Asimov asigna a las mujeres a lo largo de los siglos. La posibilidad de que las mujeres sean económicamente independientes o de que puedan tener el control de su vida sentimental es algo que se plantea como tan extraordinario que deben dedicarse párrafos a mostrar cómo el protagonista (originario del s. 95) trata de asimilarlo al tiempo que el autor trata de hacer ver al lector que, aunque de forma extraordinaria, la idea de una mujer independiente no es algo que necesariamente suponga el fin de una [[sociedad]]. En todo caso, y por si acaso, es algo que no ocurre en la novela.
  
Se trata, en resumen, de un ejemplo de cómo la novela se escapaba las posibilidades narrativas de Asimov y su único interés es el ver los cambios que ha sufrido el papel de la mujer en el género. Para un lector que busque entretenimiento es una obra prescindible.
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Aunque esta obra tuvo notable éxito en su momento, hoy en día resulta prescindible más allá de su interés como documento histórico, ya que ni es audaz en sus posibilidades [[especulativas]] ni resulta un entretenimiento convincente. Se trata, en resumen, de un ejemplo de cómo la novela, como formato, se escapaba a las posibilidades narrativas de Asimov y casi su único interés es el de comprobar los cambios que ha sufrido el papel de la mujer en el género.
  
 
[[Categoría:Literatura de ciencia ficción|Fin de la eternidad]]
 
[[Categoría:Literatura de ciencia ficción|Fin de la eternidad]]

Revisión de 19:46 4 ene 2016

El fin de la eternidad
Autor: Isaac Asimov
Otros títulos: No se le conocen
Datos de primera publicación(1):
Título original: Nineteen Eighty-Four
Revista o libro: The End of Eternity
Editorial: Doubleday
Fecha Agosto de 1955
Publicación en español:
Publicaciones(2): El fin de la eternidad
Otros datos:
Saga:
Premios obtenidos:
Otros datos:
Fuentes externas:
Tercera Fundación [{{{URL-3F}}} Ficha]
ISFDB [{{{URL-ISFDB}}} Ficha]
Otras fuentes {{{URL-OtrasFuentes}}}
Notas:

  1. De la presente variante. Puede haber variantes anteriores. Consultar la fuente externa para ampliar información.
  2. Publicaciones en español las que la presente variante ha aparecido. Puede haber otras publicaciones de esta misma u otras variantes. Consultar la fuente externa para ampliar información.

Isaac Asimov (1955)

Las premisas:

El protagonista es Andrew Harlan, Ejecutor en Eternidad.

Eternidad es una institución situada al margen del tiempo que vela por el progreso de la humanidad, y cuyos personajes viajan entre siglos alterando la historia con el fin de obtener el máximo bienestar posible. La historia es continuamente revisada, por Observadores en base a cuyos datos los Programadores calculan posibles mejoras que los Ejecutores llevan a cabo mediante cambios tan leves como sea posible para conseguir el fin deseado.

La historia comienza in media res para narrarnos después la historia de Harlan cuando éste se enamora de Noys, una muchacha del siglo 482, un siglo en el que Harlan debe actuar pero cuya acción tendrá consecuencias en la existencia misma de Noys.

La novela:

Asimov fue un excelente escritor de relatos, con un estilo simple pero efectivo, y unas ideas interesantes y bien desarrolladas. Sin embargo, la novela es un campo distinto en el que la historia debe ser narrada de forma más planificada y con un correcto desarrollo de los personajes. Asimov nunca llegó a dominar estas técnicas y esta novela no es una excepción.

Los personajes son poco creíbles, la organización de Eternidad como una especie de monjes célibes al servicio de la humanidad no resiste el menor análisis y las situaciones se suceden de forma poco plausible buscando sorprender al lector al final de cada capítulo, algo que tiene sentido como relato publicado por partes (de hecho, fue ofrecido a Galaxy Science Fiction) pero que debería haber sido corregido al ver la luz como novela.

Especial mención merece el tratamiento de la línea temporal y el planteamiento de paradojas temporales. La historia desaprovecha todas las posibilidades que ofrecen estos temas. Las líneas temporales se plantean como alterables de forma limitada; se considera que puede haber cambios, pero que éstos se difuminan en pocos siglos, que las modificaciones del s. 482 no afectan al s. 575. Algo similar ocurre con las paradojas; se consideran ejercicios intelectuales, pero en ningún momento se plantea la posibilidad de que sean algo real (apenas hay una escena en la que se presente un bucle que, por supuesto, no es paradójico). Tampoco se visitan épocas históricas en las que los personajes deban moverse evitando alterar el presente. De hecho, aunque se mencionan siglos futuros, apenas hay un par de escenas fuera de Eternidad y son irrelevantes. Así, aunque los viajes temporales son una constante casi rutinaria, sus posibilidades poéticas y narrativas quedan inexploradas.

Hoy en día, el mayor interés de la novela es contemplar el papel asignado a la mujer en la ciencia ficción a mediados del siglo XX. Sólo hay un personaje femenino, Noys, y, salvo al final, es poco más que un adorno de la historia o un premio para el protagonista. El enamoramiento del protagonista, más que un verdadero motor poético, es el mero McGuffin de la novela, como bien podría haber sido su deseo de poseer un objeto raro de una determinada época. Apenas cuenta como personaje.

Mucho más llamativo, incluso, es el papel que Asimov asigna a las mujeres a lo largo de los siglos. La posibilidad de que las mujeres sean económicamente independientes o de que puedan tener el control de su vida sentimental es algo que se plantea como tan extraordinario que deben dedicarse párrafos a mostrar cómo el protagonista (originario del s. 95) trata de asimilarlo al tiempo que el autor trata de hacer ver al lector que, aunque de forma extraordinaria, la idea de una mujer independiente no es algo que necesariamente suponga el fin de una sociedad. En todo caso, y por si acaso, es algo que no ocurre en la novela.

Aunque esta obra tuvo notable éxito en su momento, hoy en día resulta prescindible más allá de su interés como documento histórico, ya que ni es audaz en sus posibilidades especulativas ni resulta un entretenimiento convincente. Se trata, en resumen, de un ejemplo de cómo la novela, como formato, se escapaba a las posibilidades narrativas de Asimov y casi su único interés es el de comprobar los cambios que ha sufrido el papel de la mujer en el género.