Theremín

El theremín (también llamado "eterófono") es uno de los primeros instrumentos musicales electrónicos. Fue inventado en 1919 por el físico y músico ruso Lev Serguéievich Termen. Posteriormente, Termen afrancesaría su nombre a León Thérémin, apellido del que recibe el nombre su instrumento).

El instrumento:

El theremín consiste en una caja, originalmente de madera y voluminosa, pues contenía válvulas de vacío. En los modelos actuales la caja es mucho menor y, generalmente, de aspecto metálico. De esta caja salen dos antenas, una de ellas vertical, la otra horizontal y en bucle. La primera antena maneja el tono del aparato, la segunda su volumen.

Una de las singularidades del theremín es que se emplea sin que haya contacto físico entre el intérprete y el instrumento. El instrumentista aleja y acerca las manos de las antenas. Es esta distancia variable la que permite controlar tono y volumen.

El timbre original del aparato era algo intermedio al del violoncelo o la voz humana. Hoy en día existen registros más amplios, habiendo aparatos que hacen uso de la tecnología midi para reproducir sonidos de otros instrumentos, si bien de forma poco creíble.

El principio físico del aparato se basa en que el interprete debe estar conectado a tierra, por lo que su mano hace de extremo de un condensador variable en función de la distancia que separa la mano de las antenas. El aparato dispone de dos generadores de radiofrecuencias; la primera es fija, la segunda varía en función de distancia de la mano del intérprete a la antena. De esta forma, la diferencia entre ambas frecuencias da lugar a un tono que es transmitido a un altavoz.

Su peculiar funcionamiento no permite separar o acentuar notas. Por esto parece más un generador de efectos de sonido que un instrumento musical. Pese a ello, ha habido notables intérpretes de este instrumento.

El Theremín en el cine de ciencia ficción:

El cine de ciencia ficción no fue el primero en emplear el theremin; se empleó en Sólo (1930) la primera película sonora soviética, o en películas relacionadas con la mente como Recuerda (1945) de Alfred Hitchcock, debido a que su sonido produce una sensación de inquietante amenaza.

Por este sonido tan peculiar e inquietante, el theremín fue usado en películas de ciencia ficción de los años '50. El primer ejemplo fue Ultimatum a la Tierra (1951), película en la que Bernard Herrmann emplea dos theremines. Se empleó también en El enigma de otro mundo (1951) Vinieron del espacio (1953)... En Mars Attacks (1996) Tim Burton lo emplea para evocar la estética de los años '50 en la que se apoya su parodia.