Cuando el dormido despierte
Cuando el dormido despierte | |
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Autor: | H.G. Wells |
Otros títulos: | Cuando el dormido despierte... Cuando despierte el durmiente |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | When the Sleeper Wakes The Sleeper Awakes |
Revista o libro: | The Graphic (London) y Harper's Weekly (NY) (1899) The Sleeper Awakes (1910) |
Editorial: | The Graphic y Harper & Brothers (1899) Thomas Nelson & Sons (1910) |
Fecha | Fecha desconocida de 1899/1910 |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | Cuando el dormido despierte |
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Saga: | |
Premios obtenidos: | |
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Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | Ficha |
ISFDB | Ficha |
Otras fuentes | |
Notas: | |
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H.G. Wells (1899/1910)
Cuando el dormido despierte... fue publicada originalmente por entregas entre el 7 de enero y el 5 de mayo simultáneamente en dos revistas: The Graphic, en Inglaterra, y Harper's Weekly, en Estados Unidos, con ilustraciones de Henri Lanos. La historia fue escrita y especialmente cerrada con cierta premura por parte de Wells. Por ello, cuando en 1910 tuvo oportunidad de publicarla en forma de novela, aprovechó para revisarla, actualizando algunos aspectos tecnológicos y limando y podando pasajes. La versión de 1910, publicada por Thomas Nelson & Sons, cambió su título a The Sleeper Awakes.
La trama:
Graham es un joven inglés con un terrible problema de insomnio. Lleva seis días sin dormir deambulando por la costa cuando se encuentra con Isbister, un pintor diletante, quien le recoge y le lleva a su pensión. Allí, inopinadamente, Graham cae en un estado de catalepsia que le mantiene en coma durante dos siglos.
Despierta en los albores del siglo XXII para descubrir que la modesta fortuna que le pertenecía ha ido creciendo en este tiempo y actualmente es, de facto, propietario de medio mundo, administrada por un consejo empresarial que gracias a hábiles maniobras han ido ganando influencia por todo el planeta. Reyes y gobiernos han desaparecido absorbidos por la dictadura plutocrática y a pesar del espectacular progreso tecnológico la sociedad está escindida entre una minoría de adinerados que degeneran en el placer y enormes masas de desfavorecidos que degeneran en la más absoluta miseria.
La novela:
El propio Wells no estaba muy contento con el resultado final de su primera versión, realizada de manera apresurada para cumplir los plazos de entrega. Cuando diez años después tomó la tarea de revisarla para publicarla como novela, aclara en el prefacio que se sentía desvinculado de ella y que no pudo reescribirla como algo propio sino solamente podar y corregir como su estuviera editando un trabajo ajeno.
La estructura de capítulos en folletín es bastante evidente, así como la afirmación del autor de que tuvo que cerrarla de manera apresurada. Pero esto podría ser asumible por el lector. Por contra, el excesivo didactismo de Wells en numerosos capítulos lastra enormemente el ritmo. Se entiende que uno de los pretendidos puntos fuertes de la obra sería su capacidad de anticipación, un error muy común en la ciencia ficción amateur. Y sí, Wells tiene algunos aciertos, pero también numerosos tiros errados. Estos yerros tampoco serían imperdonables siempre que el autor no los hubiera forzado a un primer plano; pero como decimos, el didactismo de algunos capítulos es simplemente insufrible, con párrafos y más párrafos dedicados a descripciones técnicas o sociales que el lector contemporáneo sabe que están equivocadas. En ese sentido, la novela ha envejecido muy mal.
Y sin embargo, es una obra realmente influyente por sus ideas, que son las que el autor ya plasmará en algunas otras obras, especialmente en La máquina del tiempo (1895) y en La guerra de los mundos (1898). Al igual que en estas, están muy presentes la crítica al colonialismo y el imperialismo británico, y se plasman de manera mucho más decidida las ideas socialistas de Wells, con una especial admonición contra los peligros de permitir que la riqueza y el poder se concentre en unos pocos merced a las nuevas tecnologías emergentes. El mundo está cambiando rápidamente, dice Wells, y si se permite que el control de estos cambios lo sustenten unos pocos oligarcas, el resultado puede ser una auténtica distopía liberal.
Resulta también curioso rastrear algunas filias del autor, como su evidente admiración por la aviación (cuyo poder sabría plasmar mejor en La forma de lo que vendrá, 1933). Y también alguno de sus prejuicios y errores conceptuales: aunque Wells fue un hombre de un indudable talante progresista, no podía deshacerse del todo de las ideas heredadas de la concepción de británica del mundo.
En conclusión, una obra interesante a nivel de ideas y por su papel histórico dentro del género, pero una lectura prescindible a cualquier otro nivel, con graves defectos literarios y que puede llegar a aburrir.
Influencia:
El recurso del hombre que cae en un largo sueño para despertar en el futuro quedó instaurado con esta obra. En 1929, este sería el nóvum esencial en Buck Rogers (Phillip Francis Nowlan y Dick Calkins), o en El dormilón (Woody Allen, 1973).
También la serie de televisión Futurama utiliza este recurso para viajar al futuro. Más aún, aparte de que la idea de partida de la serie es que Fry es crionizado durante mil años, en el sexto episodio de la primera temporada (A Fishful of Dollars) encontramos una referencia a esta segunda idea de Wells, la de que una pequeña fortuna, a interés compuesto, pasado el tiempo suficiente, puede devenir en una ridículamente enorme cantidad de dinero.