Cosmic Detective

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Cosmic Detective
Datos de publicación:
Título original: Cosmic Detective
Fecha de publicación: Diciembre de 2021 (edición digital)

Verano de 2022 (edición en papel)

Guión: Jeff Lemiere, Matt Kindt
Dibujo/Tinta: David Rubín
Color: David Rubín
Editorial: Kickstarter
Otros datos:
Premios obtenidos:
Otros datos: 192 páginas

Jeff Lemiere, Matt Kindt, David Rubín (2021)

Un comienzo singular:

La idea para Cosmic Detective surge en mayo de 2020, en pleno confinamiento por la emergencia sanitaria por el Covid-19. Sus autores crearon un proyecto en la plataforma de financiación Kickstarter que, debido al gran reconocimiento de sus promotores, pronto alcanzó el objetivo económico para comenzar su realización.

Las premisas:

El escenario del cómic es un futuro no determinado pero que recuerda a las películas de cine negro de los años cincuenta del s. XX. En él existen unos extraños seres supuestamente inmortales cuyo nombre no conocerá el lector pues, aunque los protagonistas lo pronuncian, siempre se verá censurado.

La historia da comienzo cuando el protagonista acude a la escena de un crimen: el asesinato de uno de estos seres pretendidamente inmortales. El lector acompañará al protagonista, descubriendo no sólo que éste trabaja para una organización secreta que, desde las sombras, investiga a estos seres, sino el motivo del asesinato y sus terribles consecuencias.

El cómic:

El cómic es extraordinario. El guión es inteligente, sabe medir el ritmo de la acción y así como dosificar la información que proporciona al lector. En las páginas aparecerán personajes, elementos, objetos y escenarios extraños pero perfectamente coherentes con el tono de la trama. Así, el lector no sólo descubrirá junto con el protagonista qué ha pasado, sino que irá descubriendo un universo imaginativo y bien construido.

También los personajes están bien construidos, con motivaciones y evolución creíbles, tanto las del protagonista (un hombre con un trabajo extraño pero que está casado y trata de tener una vida familiar normal) como las de los otros personajes (con motivaciones que sólo tienen sentido en el escenario que recrea el cómic, pero que resultan plausibles y coherentes con dicho escenario).

Sin embargo, si algo destaca es el dibujo de David Rubin, ejecutado con trazo fuerte y unas maravillosas composiciones de página que saben transmitir dinamismo, pero también el sentido de la maravilla de los escenarios que dibuja.

Se trata, en resumen, de un cómic muy recomendable.

Influencias:

Es fácil rastrear en el cómic varias influencias de las que bebe, especialmente en el dibujo de Rubin. Nadie pasará por alto la viñeta homenaje al Nighthawks (1942) de Edward Hopper, pero también se puede percibir la admiración del dibujante por Jack Kirby, influencia que se hace definitivamente evidente en el guion y queda remachada con una dedicatoria explícita. Lemiere y Kindt plantean un escenario en el que hay una guerra entre dos razas de inmortales que han venido influyendo en la humanidad desde su nacimiento y que remite sin rodeos a los Eternos y a los Desviantes, ambos creados por una raza de extraterrestres muy superiores para quienes los humanos son menos que hormigas, apenas un recurso. Esta obra tiene el acierto de tomar la premisa, épica y distante, y trasladarla al hombre corriente, para explorar cómo un humano, inteligente pero convencional, podría afrontar este papel. La premisa de Kirby bebía mucho de la religión y el mito, pero persistía en colocar al ser humano en el centro de un plan superior. Así, si el ateísmo reniega de la existencia de este tipo de plan, la obra de estos tres autores toma la premisa con seriedad y desplaza, una vez más, al hombre del centro de la creación, devolviéndolo al punto de partida del ateísmo, si bien con una notable nota de pesimismo: si existe un plan superior, nosotros no tenemos ninguna agencia en él.