Ciudad revientacráneos
| Ciudad revientacráneos | |
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| Autor: | Jeremy Robert Johnson |
| Otros títulos: | |
| Datos de primera publicación(1): | |
| Título original: | Skullcrack City |
| Revista o libro: | Skullcrack City |
| Editorial: | Lazy Fascist |
| Fecha | 7 de febrero de 2015 |
| Publicación en español: | |
| Publicaciones(2): | Ciudad revientacráneos |
| Otros datos: | |
| Saga: | |
| Premios obtenidos: | Wonderland |
| Otros datos: | |
| Fuentes externas: | |
| Tercera Fundación | Ficha |
| ISFDB | Ficha |
| Otras fuentes | |
| Notas: | |
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Jeremy Robert Johnson (2015)
Ciudad revientacráneos es una novela enmarcada dentro de lo que se ha dado en llamar género weird, una ciencia ficción excesiva, gamberra, algo histriónica y con fuertes intersecciones con el gore y el terror fantástico.
Las premisas:
S.P Doyle, en sus propias palabras, es un parásito infrahumano enterrado profundamente en la carne de un dios oscuro; es decir, un empleado de banca dedicado a ocultar las huellas de los múltiples fraudes y desmanes de sus compañeros, dispuesto a ejecutar las hipotecas de clientes desfavorecidos con tal de ganar la comisión, disfrutar de un coche de empresa o recibir un aumento de sueldo. Pero Doyla ha dicho basta a esta injusticia y ha puesto en marcha un plan que va a dinamitar el sistema desde dentro… El plan, no muy bien dibujado, consiste en tomar dosis espectacularmente abusivas de hexedrina, una droga que ralentiza la percepción del tiempo y ayuda a concentrase y encontrar relaciones entre datos aparentemente inconexos, con la esperanza de que así pueda rastrear los trapos sucios del banco y reunir suficientes pruebas para hacerles chantaje.
Lamentablemente, la droga tiene diversos efectos secundarios, como priapismo, paranoia y perdida de conexión con la realidad, que harán difícil para Doyle discernir qué parte de lo que acontece es real y qué parte es una exageración de su cerebro estropeado.
La novela:
El estilo de la obra es dinámico, desenfadado y abigarrado, mezclando toques de hiperrealismo con otros chocantes que buscan desequilibrar al lector o hacerlo sonreír, con una técnica que inevitablemente nos hace pensar en escritores como Palaniuk, en los que el humor negro está muy presente.
El personaje de Doyle, un prototípico antihéroe que recuerda a otros semejantes dentro del ciberpunk, mantiene un equilibrio interesante entre las reacciones que produce en el lector: rechazo, censura y ternura. Otros personajes secundarios son igualmente estereotipados, pero funcionan a la perfección en una trama que no deja tiempo para la reflexión, que corre desbocada de sorpresa en sorpresa, saltando de las brasas al fuego y del fuego a un fuego aún mayor.
Si se puede achacar un defecto a la novela es precisamente ese: el pulso narrativo es una espiral ascendente que juega a conmocionar subiendo siempre el nivel de la apuesta, forzando en el proceso la credulidad del lector, que finalmente puede ser arrojado fuera del pacto de ficción.
Aún así, resulta una obra divertida, irónica y abiertamente crítica (aunque sea una crítica obvia) a la sociedad de consumo y a la mercantilización del ser humano que conlleva.
Premios:
- 2016: Premio Wonderland a libro del año
