Cita con Rama

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Cita con Rama
Autor: Arthur C. Clarke
Otros títulos: No se le conocen
Datos de primera publicación(1):
Título original: Rendezvous with Rama
Revista o libro: Rendezvous with Rama
Editorial: Gollancz
Fecha Junio de 1973
Publicación en español:
Publicaciones(2): Cita con Rama
Otros datos:
Saga: Saga de Rama
Premios obtenidos: Nebula
Británico de Ciencia Ficción
Júpiter
Hugo
John W. Campbell Memorial
Locus
Seiun
Encuesta Locus
Otros datos:
Fuentes externas:
Tercera Fundación Ficha
ISFDB Ficha
Otras fuentes  
Notas:

  1. De la presente variante. Puede haber variantes anteriores. Consultar la fuente externa para ampliar información.
  2. Publicaciones en español las que la presente variante ha aparecido. Puede haber otras publicaciones de esta misma u otras variantes. Consultar la fuente externa para ampliar información.

Arthur C. Clarke (1973)

Cita con Rama es una novela de ciencia ficción dura de Arthur C. Clarke, y todo un paradigma en este estilo.

Sinopsis:

En el año 2131, el sistema de vigilancia espacial detecta mediante radiotelescopios un objeto interestelar que ha penetrado en el sistema solar. Nombrado al principio como 31/439, pronto es rebautizado como Rama cuando se comprueba que se trata de algo inusual. En efecto, pronto se confirma que no es un objeto natural: se trata de un cilindro perfecto de 50 kilómetros de largo y 20 de ancho, que gira sobre su eje a una velocidad de una vuelta cada 4 minutos y cuyo interior se haya hueco. Se trata, por lo tanto, de un inmenso vehículo extraterrestre.

Su velocidad y trayectoria es tal que se aproximará al Sol y luego saldrá rápidamente fuera del sistema solar. Detener a Rama para estudiarlo está por encima de las posibilidades humanas. Tan sólo es posible enviar una pequeña nave tripulada, el Endeavour, para investigarlo durante unos pocos meses.

La novela:

Rama, como Mundo Anillo (Larry Niven, 1970) pertenece a un tipo de ciencia ficción dura fuertemente basada en el sentido de la maravilla que producen lo que se han denominado Big Dumb Objects, colosales objetos artificiales de propósitos no siempre claros. En ambas novelas, la magnitud de la factura da una idea del inmenso poderío tecnológico de las razas extraterrestres que los crearon, y el núcleo central de ambas obras es la exploración de estos mundos.

Pero mientras que en Mundo Anillo desde un principio se añaden personajes y tramas propias de la Space Opera, Clarke se mantiene mucho más puro en la forma. Cita con Rama es una novela coral en la que ningún personaje tiene un protagonismo demasiado marcado. Los tripulantes del Endeavour o los científicos reunidos para aconsejarles se van alternando en distintos aspectos de la narración, que se convierte en un relato de exploración, un trabajo realizado en equipo por profesionales altamente preparados. Aprovecha Clarke para dar una lección amena sobre ciencia básica, empleada como si fuera una herramienta de una novela de detectives. Todo los fenómenos físicos que ocurren, el propio diseño de Rama, tienen una razón de ser, una explicación, y la descripción casi mecanicista de las causas y consecuencias es el hilo conductor de la novela.

Por esto mismo, el desarrollo de personajes es prácticamente inexistente. Apenas el capitán del Endeavour, Norton, es tratado con un poco más de profundidad. Por ejemplo, nos da a conocer su fascinación por el capitán James Cook, del Endeavour original, lo que refuerza aún más la idea de que la exploración benigna es el centro de la novela. También a través de él se nos da a conocer algunas pinceladas de la sociedad humana de este futuro, donde los modelos familiares parecen haber cambiado en algunos aspectos. Norton tiene dos mujeres, una en la Tierra y otra en Marte, y se intuye cierta liberalidad en sus relaciones extramaritales.

Es curioso comprobar que Clarke imaginó una tripulación mixta, pero no pudo mantener completamente a raya algunas concepciones propias de su época. De entre las decenas de personajes de la obra, sólo se mencionan tres mujeres en algún puesto de cierta relevancia y sólo dos tienen alguna línea de diálogo, con una escena final de encuentro amoroso que parece añadida de manera innecesaria, como si fuera un tributo a lo que el lector de entonces pudiera esperar encontrar.

Pero, como decimos, el desarrollo de personajes es irrelevante, y casi que se podría considerar esto como un punto fuerte de la obra. Porque, por supuesto, la parte que importa de la historia es la investigación de Rama. En su interior hay atmósfera, casi inexistente en el eje, pero lo bastante densa como para ser respirada en su superficie interior, hay un océano, fenómenos atmosféricos y muchos más misterios que quedan sin resolver en los escasos meses que dura la misión.

Sin embargo, los ramanes construían todos los elementos vitales por triplicado, de forma que habrá otras dos Ramas cruzando el Sistema Solar. Este libro es, pues, el comienzo de una saga.

Ciencia ficción dura:

Desde los primeros capítulos Clarke aborda conceptos propios de la astrofísica para tratar el descubrimiento de Rama, tales como el estudio de la curva de luz el análisis por ordenador de las mediciones mediante radiotelescopio. La descripción de la mecánica celeste de una manera natural es uno de los puntos fuertes de la novela. Así, Clarke se muestra muy realista en los tiempos de tránsito de los viajes espaciales por el Sistema Solar. Aunque estima que en el futuro cercano el viaje entre Marte y la Tierra podrá ser realizado a placer en unas pocas horas, los tiempos de vuelo de la primera sonda que intercepta Rama, así como de la propia Endeavour, son de varias semanas. El Endeavour alcanza y se acopla a Rama, que se mueve a 100.000 kilómetros por hora, dentro de la órbita de Venus, lo que le da unas tres semanas de exploración antes de que se acerque peligrosamente al Sol.

La dinámica de los cuerpos en rotación también tiene notable protagonismo y Clarke cuidó numerosos detalles en el diseño de Rama. Con 10 kilómetros de radio exterior y una corteza de 2 kilómetros de espesor, la nave rota sobre su eje longitudinal a 0.25 revoluciones por minuto. Esto, que parece poco, es suficiente para generar una gravedad artificial mediante la aceleración centrifuga, que va aumentando desde el eje (sin gravedad) hasta la superficie interior donde se puede disfrutar de unos cómodos 5,48 m/s2, algo más de la mitad de que tenemos en la superficie de la Tierra.

También las fuerzas de Coriolis, inevitables en un sistema en rotación y frecuentemente olvidadas por muchos escritores, tienen un protagonismo en varios episodios. Estas fuerzas, ficticias, dan la apariencia de desviar objetos que tratan de moverse en línea recta dentro de un sistema en rotación, como Rama, produciendo efectos anti-intuitivos.

Otros aspectos que muestran el cuidado diseño mental de Clarke es la existencia de un acantilado de 500 metros de alto en la zona sur del mar central. Gracias a esto, un científico en la Tierra es capaz de deducir que Rama es capaz de acelerar a un máximo de 0,02 g, ya que por encima de ese límite el agua del océano desbordaría el acantilado.

El fenómeno de caída libre en un entorno de aceleración de la gravedad variable y menor a la terrestre también parece bien analizado en la obra y tiene, igualmente, varios momentos de protagonismo. Los cálculos, especialmente en lo relativo a la velocidad terminal de un objeto en Rama, no son triviales, pero bien interpretados permiten soluciones prácticas que en la novela sorprenden por su sencillez.

En definitiva, Rama es un festín de física aplicada de manera lúdica.

No tan acertado estuvo Clarke en la presunción de un décimo planeta más allá de Plutón, al que él denomina Perséfone. Desde que Percival Lowell sugiriera la necesidad de nuevos planetas para explicar las anomalías de las órbitas de Urano y Neptuno, la búsqueda de estos cuerpos fue un grial de la astronomía. Plutón no tenía suficiente masa para justificar estas anomalías y parecía evidente que tarde o temprano se daría con el cuerpo causante de las mismas. La respuesta, sin embargo, fue más prosaica. La sonda Voyager 2 hizo mediciones que corregían la masa de Neptuno, acabando con el misterio. Pero eso Clarke aún no lo sabía.

Curiosidades:

Clarke postula en su obra la necesidad de establecer un sistema de vigilancia espacial para prever y tomar medidas contra el impacto de posibles meteoritos contra la Tierra, la Spaceguard en su novela. Debido a la popularidad de la novela, cuando en 1992 se fundó un servicio de catalogación y vigilancia de asteroides, lo bautizaron con este nombre, con el entusiasta beneplácito de Clarke.

Clarke indica que, debido a la radiación espacial, los astronautas son esterilizados y su esperma congelado para fecundar su descendencia cuando sea necesario. Curiosamente, el primer embarazo conseguido mediante fecundación in vitro con un ovocito humano fue descrito en la revista The Lancet en 1973, el mismo año de publicación de Rama. No obstante, los experimentos con animales se remontan a 1959.

En pleno siglo XXII, Clarke imagina a científicos importantes debatiendo aún sobre la teoría correcta sobre el origen del universo. Un importante científico partidario de la teoría del Big Bang quiere impulsar la construcción de un interferómetro en la Luna para demostrarla. Algunos de sus colegas, sin embargo, son partidarios de la teoría del universo estacionario, compatible con la expansión del universo. Es cuando menos curiosa esta disquisición de Clarke, ya que, en 1965, Arno Penzias y Robert Wilson habían descubierto -accidentalmente- el fondo de radiación de microondas, pieza que se considera definitiva a favor de la teoría del Big Bang.

Premios obtenidos: