Alphaville
¡Atención, spoilers! Aquí se desvelan detalles de la trama y el argumento |
Alphaville | |
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Ficha técnica | |
Título original: | Alphaville, une étrange aventure de Lemmy Caution |
Nacionalidad: | Francia |
Estreno 1: | 5 de mayo de 1965 |
Duración: | 99 min. |
Ficha artística | |
Dirección: | Jean-Luc Godard |
Guión: | Jean-Luc Godard |
Producción: | Athos Films, Chaumiane, Filmstudio |
Fotografía: | Raoul Coutard (B/N) |
Música: | Paul Misraki |
Reparto: | Eddie Constantine, Anna Karina, Akim Tamiroff, Valérie Boisgel, Jean-Louis Comolli, Michel Delahaye, Jean-André Fieschi, Christa Lang, Jean-Pierre Léaud, László Szabó, Howard Vernon |
Información suplementaria | |
Otros datos: | No hay otros datos |
Imdb: | Ficha en Imdb |
Notas: | |
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Jean-Luc Godard (1965)
Jean-Luc Godard (1965).
La trama:
Alphaville es una ciudad situada en un planeta lejano a la Tierra. En esta ciudad la gente se comporta de forma rígida, mecánica, sin sentimientos. Se trata de una ciudad dominada por un ordenador central manejado por Von Braun, el científico que ha creado dicho ordenador y que pretende eliminar todo sentimiento de las personas para dirigir a la sociedad por el camino de la razón pura.
En Alphaville el idioma es modificado para eliminar palabras como "amor" o "conciencia" (una clara copia de la neolingua de 1984) y las biblias son sustituidas por diccionarios con las palabras correctas, entre otras rarezas.
A esta ciudad llega Lemmy Caution, un agente secreto, con el fin de localizar al profesor Von Braun y destruir Alphaville. Sin embargo, durante su misión se encuantra con Natacha, la bella hija del profesor, de la que se enamora.
La película:
Sobre esta trama tan tópica Jean-Luc Godard realiza un experimento cinematográfico terríblemente elaborado, aburrido y pretencioso.
La estética de la película, pese a estar ambientada en el futuro, recuerda a los años '30 (algo que imitaría Andrew Niccol en Gattaca (1997) con mucho más éxito), sensación acentuada por frases en voz en off que recuerdan a las películas clásicas de cine negro o una música que trata de ser inquietante y sólo resulta machacona.
Goddard supedita la película a una fotografía que, si bien es espectacular, es excesivamente estática. La película se convierte así en una sucesión de bonitas diapositivas en blanco y negro, primeros planos de los personajes, planos panorámicos de edificios de estética futurista, perspectivas forzadas de largos pasillos... sin que haya realmente sensación de paso del tiempo. Algunos de estos planos rozan el ridículo, como meter chicas bonitas desnudas en cubos de metacrilato a modo de adorno, chicas bonitas subidas a las mesas de los despacho sin que haya una explicación lógica o nadadoras artísticas retirando de una piscina los cuerpos de los fusilados.
En todo momento se nota que Goddard es un intruso en la ciencia ficción: los personajes utlizan los años luz como unidad de tiempo (error de principiante); en ocasiones los planos son cortados por fugaces letreros luminosos, como si Goddard temiera que la gente (el público intelectual al que dirige su film) no pareciara que se trata de una película de ciencia ficción y pensara que un breve vistazo a un letrero en el que pusiera E = mc2 lo hiciera parecer más futurista...
Goddard insiste también en creer que la poesía es contraria a la ciencia y que todo científico loco que desea obtener un mundo racional tuviera que erradicarla.
En ocasiones su fijación con los poemas roza el ridículo, como cuando el malvado ordenador realiza al personaje "preguntas tipo test como medida de seguridad":
- "- ¿Cuál es el privilegio de los muertos?
- - No morir otra vez.
- - ¿Sabe usted qué trasforma la noche en luz?
- - La poesía."
frases grandilocuentes, pero absurdas en el contexto de unas "preguntas tipo test como medida de seguridad".
Hay otros diálogos absurdos, como cuando el protagonista asegura que no puede existir deseo (sexual) sin que haya habido antes amor, o cuando una taxista le pregunta al protagonista si prefiere ir por los barrios del norte o del sur:
- "- ¿Cuál es la diferencia?
- - En los del norte hay nieve y en los del sur hace sol
- - De todas formas yo viajo al final de la noche: me da igual.
La acción se desarrolla de forma lenta, aburrida y previsible hasta llegar a un final tan absurdo como el de destruir un ordenador malvado reciténdole un poema, o salvando a una Natacha enloquecida con tan sólo recordarle la existencia de la palabra "amor".
Premios:
- 1965: Oso de oro del festival de Berín