Historias del bucle (Serie)
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Historias del bucle (Serie) | |
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Ficha técnica | |
Título original: | Tales from the Loop |
Nacionalidad: | EE.UU. |
Estreno 1: | 3 de abril de 2020 |
Duración: | Episodios de 50 min. |
Ficha artística | |
Dirección: | Varios directores; creador, Nathaniel Halpern |
Guión: | Nathaniel Halpern (basada en el libro de Simon Stalenhag) |
Producción: | Ellen Rutter |
Fotografía: | Ole Bratt Birkeland y otros |
Música: | Philip Glass, Paul Leonard-Morgan |
Reparto: | Jonathan Pryce, Daniel Zolghadri, Rebecca Hall, Paul Schneider, Ato Essandoh, Duncan Joiner, Nicole Law, Lauren Weedman |
Información suplementaria | |
Otros datos: | |
Imdb: | Ficha en Imdb |
Notas: | |
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Varios directores; creador, Nathaniel Halpern (2020)
La serie está basada en un libro de ilustraciones acompañadas de breves narraciones.
Las premisas:
El escenario un pequeño pueblo del norte de los EE.UU. (Suecia en el libro original) en unos años '80 alternativos en el que se asiente El Bucle. Ésta es una instalación que investiga una física extraña y cuyo trabajo influye en el pueblo. Así, robots no antropomórficos recorren el bosque o sirven de apoyo a trabajadores, son posibles inesperados viajes en el tiempo o a universos paralelos, y objetos abandonados pueden servir para el intercambio de cuerpos.
La serie:
Sobre estas premisas se entretejen una serie de historias autoconclusivas (si bien tienen un orden determinado). Algunos personajes son recurrentes, apareciendo como secundarios en un episodio para ser tratados con mayor profundidad en otro.
El ritmo es lento y pausado, centrado en un guión sólido que dibuja unos personajes creíbles y bien construidos y cuyas relaciones y reacciones ante lo extraño son el eje de la historia. Así, aunque la serie muestra al pueblo entremezclado con una tecnología que a nuestros ojos es sofisticada pero que para sus habitantes es cotidiana, lo importante en cada episodio son sus personajes y las relaciones entre ellos.
Dado que la idea original es una serie de ilustraciones, la estética tiene un peso fundamental en la serie. Todos los objetos, instalaciones y edificios presentan una mezcla chocante entre lo que a nuestros ojos es una tecnología avanzada pero que para los habitantes del pueblo son máquinas dedicadas a usos tan prosaicos como el manejo de chatarra. Así, los objetos se muestran gastados, con las marcas de deterioro que cabe esperar de un objeto que se usa de forma cotidiana, las instalaciones de El Bucle son un edificio con pasillos con cuadros eléctricos que manejan simples electricistas, despachos con fotos familiares, salas de reuniones que podrían encontrarse en cualquier empresa humilde...
Se trata, en definitiva, de una serie que se apoya fuertemente en la estética para narrar lo que no dejan de ser historias humanas, pese a su claro contexto de ciencia ficción.