Fi de Drake

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La fi de Drake o "inteligence factor", representa, en la ecuación de Drake, la fracción de aquellos planetas determinados por los términos anteriores (número de planetas en los que ha surgido la vida) en los que se desarrolla vida inteligente.

Por supuesto, la estimación de este factor depende de la correcta definición del término inteligencia. A fines prácticos, y dado que se trata de estimar con cuántas civilizaciones podemos tratar de comunicarnos, lo lógico sería tratar de averiguar el número de formas de vida que han desarrollado lenguaje.

En realidad, la simple inteligencia es una estación a medio camino de lo que deseamos saber, ya que se puede aducir que especies como los delfines, las ballenas o los chimpancés tienen una rudimentaria inteligencia. Sin embargo, la comunicación con estas especies, aún habitando nuestro mismo ecosistema, es excesivamente rudimentaria y no cumple con el espíritu que rige la ecuación.

Así pues, ¿se trata de encontrar simples muestras de inteligencia o más bien de detectar una inteligencia superior, a un nivel similar al nuestro? La respuesta parece ser la segunda.

Como en el caso de la estimación del factor de vida, Fi, nos encontramos con que sólo tenemos un caso conocido de inteligencia, el nuestro, lo que nuevamente hace muy difícil de estimar este término.

Existen alrededor de un millar de formas diferentes de vida en la Tierra, y sólo una es inteligente. ¿Quiere esto decir que el factor de inteligencia es de uno entre mil millones? Por el contrario, existe un único planeta conocido con vida, y ha resultado que ha terminado por desarrollarse una de ellas con inteligencia. ¿Es entonces la inteligencia el resultado natural de la evolución?

Nuevamente, la escasez de datos hace imposible de estimar este controvertido factor, uno de los que mayor variabilidad pueden ofrecer.

La evolución y la inteligencia:

Como viene siendo norma, quedamos expectantes ante los resultados de los grandes estudios acerca del origen de la vida, que podrán empezar a darnos indicios de hacia dónde se dirige ésta cuando surge; pero también tiene mucho que decirnos los estudios arqueológicos sobre nuestro propio pasado.

El homo sapiens no ha sido la única posibilidad de evolución inteligente y tiempo atrás el género homo contaba con otras ramas familiares hoy extintas.

La teoría más aceptada hoy en día hace descender a todo el género homo del homo habilis, que convivió con el Australopithecus. La presión ejercida por el habilis extinguió al Australopithecus, y se suele considerar al primero como la evolución del segundo.

Dentro del género homo, los nuevos descubrimientos en Atapuerca, combinado con estudios genéticos de los restos encontrados, avalan así mismo la teoría de dos líneas evolutivas a partir del habilis y sus descendientes. Una que evolucionó hacia el Neandertal y otra diferente que dio lugar a nuestra especie.

Recientemente, en el 2003, se han encontrado restos de otra nueva posible especie, el Homo floresiensis, unos humanos enanos (apodados hobbits por su tamaño) en una apartada isla de Indonesia que fueron contemporáneos del propio homo sapiens.

Es decir, sin contar las innumerables especies primitivas extintas por la presión en sus nichos ecológicos causada por la aparición de sus propios descendientes, resulta que en épocas muy recientes podemos contar hasta tres posibles especies inteligentes diferentes compartiendo el mismo tiempo (no siempre el mismo espacio).

El factor tiempo:

Hay que tener en cuenta además que la vida inteligente no surge inmediatamente nada más formarse un planeta en una región adecuada. Se estima que la Tierra se formó hace unos 4570 millones de años y que las primeras células procariotas aparecieron hace 3500 millones de años. 1000 millones de años para que apareciese la vida.

Y parece poco cuando se compara con el tiempo que le tomó a esta vida incipiente desarrollarse, evolucionar a través de etapas cada vez más complejas hasta desembocar en los primeros seres vagamente humanos. Los primeros homínidos bípedos, pre-Australopitecinos, aparecieron hace 6 ó 7 millones de años. A la vida le ha llevado 3500 millones de años desarrollar inteligencia.

Es un largo tiempo durante el que queda expuesta a numerosas catástrofes naturales que pueden acabar con las especies e incluso con todo el planeta. Asteroides destructores, explosiones de novas y supernovas...


Ecuación de Drake

N = (R*) × (P) × (ne) × (fl) × (fi) × (fc) × (L)