Diferencia entre revisiones de «El relato (Ecumen)»
M (→La novela:) |
(terminado) |
||
Línea 37: | Línea 37: | ||
En este sentido, El relato es menos equilibrado y sutil que otras obras del ciclo, especialmente, ''[[La mano izquierda de la oscuridad]]'' (1969) o ''[[Los desposeídos]]'' (1974), lo que le resta interés en sus aspectos antropológicos. Aún así, sigue siendo una historia cautivadora, con notable interés por la exploración que hace del concepto de narración y por su recreación de un doloroso momento histórico. | En este sentido, El relato es menos equilibrado y sutil que otras obras del ciclo, especialmente, ''[[La mano izquierda de la oscuridad]]'' (1969) o ''[[Los desposeídos]]'' (1974), lo que le resta interés en sus aspectos antropológicos. Aún así, sigue siendo una historia cautivadora, con notable interés por la exploración que hace del concepto de narración y por su recreación de un doloroso momento histórico. | ||
+ | |||
+ | == Algunos aspectos de la novela: == | ||
+ | |||
+ | La novela induce al lector a cuestionarse los límites del progreso tecnológico y sitúa este tipo de conocimiento -el científico-tecnológico- al mismo nivel que cualquier otro aspecto cultural, como el literario e, incluso, el religioso. | ||
+ | |||
+ | En cuanto al tema de los límites del progreso, Le Guin propone dos de manera bastante clara. Por una parte, el conocimiento entregado a los akanos no ha sido apropiadamente fundamentado en su sociedad y, en consecuencia, los productos que ofrecen son muy imperfectos, chapuceros. Esto concuerda con las teorías del aprendizaje integrado, constructivista que, para ser real, útil, firme, debe asentarse sobre bases de conocimiento previo. | ||
+ | |||
+ | A este primer límite, digamos que límite lógico, que obedece a leyes psicosociales, se le suma un segundo límite, de índole ética. Los akanos (trasunto de los comunistas chinos), para progresar en lo material, proscriben, persiguen, "re-educan"... Nos encontramos con un fanatismo tecnológico, materialista, que Le Guin denuncia sin recelo y que compara, a nivel de igualdad, con el fanatismo religioso presente en la Tierra. Todos los fanatismos son fanatismo, dice Le Guin, el progreso tecnológico, científico, material, debe evitarse que sea a costa de retrocesos en otros ámbitos más sutiles. | ||
+ | |||
+ | Los observadores y enviados del Ecumen en Aka se lamentan precisamente de esto, conocen este doble limite al progreso: los hainish son partidarios de compartir el conocimiento, pero también de hacerlo con cuidado para no producir efectos nocivos indeseados. | ||
+ | |||
+ | De manera aún más evidente, Le Guin plantea el ejemplo de Terra, en la que el progreso descuidado a conducido a una crisis que ha terminado empobreciendo al planeta. No obstante, este tercer aspecto es un tema de gran tradición en la [[ciencia ficción]] (la maldición de la ciencia) y Le Guin prefiere abordar los límites morales mencionados. | ||
+ | |||
+ | Durante toda la obra Le Guin propondrá ejemplos de cultura y derechos que han sido sacrificados en la pira del progreso, del anhelo de Aka por lanzarse a las estrellas. Decimos cultura porque todo el sistema de “El relato” es una manera diferente de entender la vida a la de los pragmáticos ejecutivos de la Corporación-Estado. La pérdida de obras, de experiencias, de costumbres, es una manifiesta merma del acervo akano, una pérdida que los enviados del Ecumen lamentan, que la protagonista deplora, y que se transmite al lector, que no puede no estar de acuerdo. | ||
+ | |||
+ | Pero, como decimos, no solo se pierde cultura, también se pierden derechos: por ejemplo, al estandarizar las relaciones sexuales, las relaciones [[homosexuales]] quedan proscritas. Aquí, Le Guin juega una carta tramposa: la prohibición de las relaciones homosexuales en la antiguamente tolerante Aka se debe precisamente a la injerencia del fundamentalismo religioso terrano, no a una consecuencia de abrazar el fanatismo tecnológico. Sin embargo, de manera más amplia, su argumento es válido: proscribir siempre es recortar, es pérdida, y siempre implica una libertad cesante, aunque sea la libertad religiosa o la libertad de errar y escoger el camino equivocado. | ||
+ | |||
+ | La [[religión]] o, mejor dicho, el sentimiento religioso, evidentemente, juega un papel importante dentro del conjunto de ideas que se exploran en la obra. De nuevo, Le Guin vuelve a poner frente a frente, para comparar con desventaja, la religión organizada y centralizada de los Padres Unistas de la Tierra, frente a la religiosidad descentralizada de El relato. Este relato, trasunto del tao, es tratado por Le Guin con extremada deferencia, se podría decir que devoción, lo que podría llevar a afirmar que la autora no es imparcial; pero no por ello sus reflexiones son menos válidas. | ||
+ | |||
+ | En conjunto, por su marcado claroscuro, una obra menos sutil que otras de la autora, que se resuelve de manera tal vez predecible, pero que aún consigue aportar algo al conjunto de la obras del Ecumen. | ||
== Ubicación temporal dentro del Ciclo de Hainish: == | == Ubicación temporal dentro del Ciclo de Hainish: == | ||
Línea 54: | Línea 74: | ||
Si hacemos la suma, esto sitúa la acción de ''El relato'' entre dos y dos siglos y medio tras la llegada de los hainish a Terra. | Si hacemos la suma, esto sitúa la acción de ''El relato'' entre dos y dos siglos y medio tras la llegada de los hainish a Terra. | ||
− | La mención del uso del ansible, por otra parte, coloca la acción con posterioridad a lo narrado en ''Los desposeídos''. Los Primeros Observadores de Aka, terrenos, llegados setenta años atrás, poseían ya esta tecnología, lo que quiere decir que la llevaban consigo al salir de Terra, que a su vez necesitó de | + | La mención del uso del ansible, por otra parte, coloca la acción con posterioridad a lo narrado en ''Los desposeídos''. Los Primeros Observadores de Aka, terrenos, llegados setenta años atrás, poseían ya esta tecnología, lo que quiere decir que la llevaban consigo al salir de Terra, que a su vez necesitó de alguien que llevara en un vuelo espacial la teoría de Shevek desde [[Anarres]] a Terra y a Hain. La suma de esos intervalos puede variar bastante dependiendo de la distancia entre Aka y Terra, pero podemos estimarlos en al menos un siglo. |
Finalmente, no se menciona la guerra interplanetaria con el planeta [[Formalhaut II]], lo que podrán indicar que aún no se han dado los acontecimientos narrados en ''[[El mundo de Rocannon]]'' (1966). | Finalmente, no se menciona la guerra interplanetaria con el planeta [[Formalhaut II]], lo que podrán indicar que aún no se han dado los acontecimientos narrados en ''[[El mundo de Rocannon]]'' (1966). | ||
Todo ello permite situar la novela entre ''[[El nombre del mundo es bosque]]'' (1976) y ''[[El mundo de Rocannon]]'' (1966), al menos a partir del año 2400 de nuestra era. | Todo ello permite situar la novela entre ''[[El nombre del mundo es bosque]]'' (1976) y ''[[El mundo de Rocannon]]'' (1966), al menos a partir del año 2400 de nuestra era. | ||
− | |||
− | |||
− | |||
− | |||
== Premios: == | == Premios: == |
Revisión de 21:01 24 mar 2022
El relato (Ecumen) | |
---|---|
Autor: | Ursula K. Le Guin |
Otros títulos: | |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | The Telling |
Revista o libro: | The Telling |
Editorial: | Harcourt* |
Fecha | Septiembre* de 2000 |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | La mano izquierda de la oscuridad |
Otros datos: | |
Saga: | Ciclo de Hainish |
Premios obtenidos: | Locus Endeavour |
Otros datos: | |
Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | Ficha |
ISFDB | Ficha |
Otras fuentes | Publicado previamente en alemán en junio de 2000. |
Notas: | |
|
Ursula K. Le Guin (2000)
El relato es una de las novelas del Ciclo de Hainish, de Ursula K. Le Guin. Fue publicada en el inglés original en septiembre de 2000 por la editorial Harcourt, pero parece que fue publicada antes en su traducción al alemán, con el título de De vertelling, por la editorial Meulenhoff, en junio de 2000.
Tabla de contenidos
La trama:
Sutty es un terrana enviada como Observadora del Ecumen a Aka, un planeta dominado por un Estado-Corporación que ha asumido con entusiasmo la misión de lanzarse a las estrellas gracias a la tecnología suministrada por los primeros visitantes interplanetarios que recibieron, los terranos.
La labor de los observadores del Ecumen en el planeta es complicada: la tecnología que se les ha entregado a los akanos está impulsando poderosamente su avance, pero la Corporación ha proscrito el pasado. La filosofía del Ecumen se basa, precisamente, en la compartición de conocimientos, por lo que los observadores llevan años de sutiles negociaciones y equilibrios políticos para que les sea concedido el permiso de investigar libremente sobre ese pasado que ha sido, y sigue siendo, sistemáticamente borrado.
Cuando a Sutty le es, finalmente, concedido este permiso, empieza a descubrir que la antigua cultura de Aka aún sobrevive en las regiones más apartadas, un sistema filosófico y de vida, de registro histórico y cultural, todo entremezclado, que la gente denomina "el relato".
La novela:
El relato es una obra enormemente característica de la escritura de Le Guin y, en especial, de su concepción del Ciclo de Hainish. La protagonista, Sutty, es una observadora externa, supuestamente imparcial, que examina el extremo contraste entre dos civilizaciones: por una parte, el Estado Corporación, que ha asumido fanáticamente la filosofía del individuo-consumidor como motor del progreso; y por otra parte, la cultura que intenta erradicar, más centrada en el equilibrio entre los diversos aspectos de la vida, la relación entre las personas, una visión menos pragmática y mucho más difícil de definir y que se resume en el concepto de El relato, que da título a la novela.
La propia Le Guin, en un prólogo acerca de "Como escribí El relato", revela que la inspiración para este contraste de civilizaciones fue El Gran Salto Adelante, el momento histórico en el que el presidente de la China comunista, Mao, trató de proscribir el taoísmo como un lastre para el progreso de la sociedad.
El relato de la novela, por lo tanto, resulta un trasunto de la filosofía taoísta, paralelismo explícitamente mencionado por Sutty, terrana que conoce el Tao; pero, a un tiempo, el nombre escogido nos da una pista de que la novela también es un elogio y un estudio del proceso narrativo, de ideas que Le Guin desarrollaría en algunos de sus libros de ensayo.
Hay que decir que Sutty, en la novela, es consciente de que no es una observadora imparcial, debido a su experiencia en la Tierra, en la que movimientos ultra-religiosos han tratado también de erradicar por la fuerza otras culturas, que se han visto perseguidas. Esta no imparcialidad se trasluce en la propia no imparcialidad de la novelista, que parece que utiliza a la protagonista como trasunto de sí misma y vehículo de sus propias ideas.
En este sentido, El relato es menos equilibrado y sutil que otras obras del ciclo, especialmente, La mano izquierda de la oscuridad (1969) o Los desposeídos (1974), lo que le resta interés en sus aspectos antropológicos. Aún así, sigue siendo una historia cautivadora, con notable interés por la exploración que hace del concepto de narración y por su recreación de un doloroso momento histórico.
Algunos aspectos de la novela:
La novela induce al lector a cuestionarse los límites del progreso tecnológico y sitúa este tipo de conocimiento -el científico-tecnológico- al mismo nivel que cualquier otro aspecto cultural, como el literario e, incluso, el religioso.
En cuanto al tema de los límites del progreso, Le Guin propone dos de manera bastante clara. Por una parte, el conocimiento entregado a los akanos no ha sido apropiadamente fundamentado en su sociedad y, en consecuencia, los productos que ofrecen son muy imperfectos, chapuceros. Esto concuerda con las teorías del aprendizaje integrado, constructivista que, para ser real, útil, firme, debe asentarse sobre bases de conocimiento previo.
A este primer límite, digamos que límite lógico, que obedece a leyes psicosociales, se le suma un segundo límite, de índole ética. Los akanos (trasunto de los comunistas chinos), para progresar en lo material, proscriben, persiguen, "re-educan"... Nos encontramos con un fanatismo tecnológico, materialista, que Le Guin denuncia sin recelo y que compara, a nivel de igualdad, con el fanatismo religioso presente en la Tierra. Todos los fanatismos son fanatismo, dice Le Guin, el progreso tecnológico, científico, material, debe evitarse que sea a costa de retrocesos en otros ámbitos más sutiles.
Los observadores y enviados del Ecumen en Aka se lamentan precisamente de esto, conocen este doble limite al progreso: los hainish son partidarios de compartir el conocimiento, pero también de hacerlo con cuidado para no producir efectos nocivos indeseados.
De manera aún más evidente, Le Guin plantea el ejemplo de Terra, en la que el progreso descuidado a conducido a una crisis que ha terminado empobreciendo al planeta. No obstante, este tercer aspecto es un tema de gran tradición en la ciencia ficción (la maldición de la ciencia) y Le Guin prefiere abordar los límites morales mencionados.
Durante toda la obra Le Guin propondrá ejemplos de cultura y derechos que han sido sacrificados en la pira del progreso, del anhelo de Aka por lanzarse a las estrellas. Decimos cultura porque todo el sistema de “El relato” es una manera diferente de entender la vida a la de los pragmáticos ejecutivos de la Corporación-Estado. La pérdida de obras, de experiencias, de costumbres, es una manifiesta merma del acervo akano, una pérdida que los enviados del Ecumen lamentan, que la protagonista deplora, y que se transmite al lector, que no puede no estar de acuerdo.
Pero, como decimos, no solo se pierde cultura, también se pierden derechos: por ejemplo, al estandarizar las relaciones sexuales, las relaciones homosexuales quedan proscritas. Aquí, Le Guin juega una carta tramposa: la prohibición de las relaciones homosexuales en la antiguamente tolerante Aka se debe precisamente a la injerencia del fundamentalismo religioso terrano, no a una consecuencia de abrazar el fanatismo tecnológico. Sin embargo, de manera más amplia, su argumento es válido: proscribir siempre es recortar, es pérdida, y siempre implica una libertad cesante, aunque sea la libertad religiosa o la libertad de errar y escoger el camino equivocado.
La religión o, mejor dicho, el sentimiento religioso, evidentemente, juega un papel importante dentro del conjunto de ideas que se exploran en la obra. De nuevo, Le Guin vuelve a poner frente a frente, para comparar con desventaja, la religión organizada y centralizada de los Padres Unistas de la Tierra, frente a la religiosidad descentralizada de El relato. Este relato, trasunto del tao, es tratado por Le Guin con extremada deferencia, se podría decir que devoción, lo que podría llevar a afirmar que la autora no es imparcial; pero no por ello sus reflexiones son menos válidas.
En conjunto, por su marcado claroscuro, una obra menos sutil que otras de la autora, que se resuelve de manera tal vez predecible, pero que aún consigue aportar algo al conjunto de la obras del Ecumen.
Ubicación temporal dentro del Ciclo de Hainish:
Ian Watson plantea una cronología para el Ciclo de Hainish basándose en la descripción que Le Guin hace de la Tierra en Los desposeídos (1974), según la cual el planeta había caído en una crisis ecológica y social debido a la sobreexplotación. Le Guin describe que la población de la Tierra descendió drásticamente debido a esta crisis y que se estableció un Estado hipercentralizado controlador de todos los recursos para que la población remanente pudiera sobrevivir. La llegada de los hainish habría auxiliado a la Tierra de esta crisis al aportarles nueva tecnología y dotarles del viaje espacial.
Esta situación concuerda bien con la descripción del momento en la Tierra que experimenta Sutty, realizado en el capítulo inicial. Ella y su familia son desplazados asiáticos, de la India, hasta la nueva Vancouver, dado que la antigua está sumergida por la crecida de las aguas.
Además, se menciona la llegada de un Enviado del Ecumen, Dalzul, un terrano en realidad, que habría partido de la Tierra más de un siglo antes, viajado a Hain y estudiado en la universidad de Ve y vuelto a la Tierra en calidad de Enviado. Por otra parte, los recuerdos de Sutty de su juventud en la Tierra reflejan un momento tumultuoso (la mencionada crisis social) en el que un fuerte movimiento religioso, los Unistas, se han hecho con el poder a nivel planetario (el estado centralizado mencionado en Los desposeídos).
Contando, por tanto, que la historia de Sutty empieza más de un siglo tras el primer contacto de Hain con Terra, luego Sutty viajaría a Hain a formarse como Observadora del Ecumen. Lo que añade medio siglo más a la historia. Es en este momento cuando Terra (aún bajo el poder Unista) hace contacto con Aka, siendo los Primeros Observadores en Aka los terranos enviados en la nave interplanetaria que redescubriera el planeta.
En este punto, se menciona el envío de la información sobre Aka recopilada por los observadores hacia el ansible de Terra, que sería probablemente saboteado por los Padres Unistas durante una época especialmente tumultuosa durante la cual Terra cortó comunicaciones con Hain. A pesar de todo, parte de la información es recuperada y enviada a Hain, donde es reconstruida. Esta es la información de la que aprende Sutty la antigua cultura akana, esencialmente, su lengua hablada y escrita, y una parte muy mínima de su literatura.
Tras su formación, Sutty es enviada a Aka como Observadora, en un viaje de 60 años luz, y al llegar encuentra que la cultura que ella ha empezado a estudiar prácticamente ha desaparecido, sustituida por la Corporación estatal.
Si hacemos la suma, esto sitúa la acción de El relato entre dos y dos siglos y medio tras la llegada de los hainish a Terra.
La mención del uso del ansible, por otra parte, coloca la acción con posterioridad a lo narrado en Los desposeídos. Los Primeros Observadores de Aka, terrenos, llegados setenta años atrás, poseían ya esta tecnología, lo que quiere decir que la llevaban consigo al salir de Terra, que a su vez necesitó de alguien que llevara en un vuelo espacial la teoría de Shevek desde Anarres a Terra y a Hain. La suma de esos intervalos puede variar bastante dependiendo de la distancia entre Aka y Terra, pero podemos estimarlos en al menos un siglo.
Finalmente, no se menciona la guerra interplanetaria con el planeta Formalhaut II, lo que podrán indicar que aún no se han dado los acontecimientos narrados en El mundo de Rocannon (1966).
Todo ello permite situar la novela entre El nombre del mundo es bosque (1976) y El mundo de Rocannon (1966), al menos a partir del año 2400 de nuestra era.
Premios:
- 2001: Premio Locus
- 2001: Premio Endeavour
Ciclo de Hainish | ||||
---|---|---|---|---|
Libros de la saga | Cronología / calendario | Planeta | ||
Gregoriano | Liga de los Mundos | Ecumen | ||
Los desposeídos (1974) | 2300 | - | - | Urras-Anarres |
El nombre del mundo es bosque (1976) | 2368 | 18 | - | Athshe (Nueva Haití) |
El relato (2000) | (?) | (?) | - | Aka |
El mundo de Rocannon (1966) | 2684 | 334 | - | Rokanan (Formalhaut II) |
Planeta de exilio (1966) | 3755 | 1405 | 376 | Werel (Alterra) |
Ciudad de ilusiones (1967) | 4370 | 2020 | 991 | Terra |
La mano izquierda de la oscuridad (1969) | 4870 | 2520 | 1491-1497 | Gueden (Invierno) |
Las doce moradas del viento (1975) | Varios | Rokanan, Gueden, 4470, Urras | ||
Un pescador del mar interior (1994) | Varios | Hain, Ve, M-60-340-nolo, Ganam, O | ||
Cuatro caminos hacia el perdón (1995) | 5458 | 3108 | 2079-2102 | Yeowe-Werel, Hain |
El cumpleaños del mundo (2002) | Varios | Gueden, Seggri, O, Eleven-Soro, Yeowe-Werel |