Diferencia entre revisiones de «Aquablue»

Revisión de 21:52 18 ene 2023

Aquablue es un cómic francés de ciencia ficción ambientado en el planeta que le da título.

Las premisas:

Nao es un bebé cuando la nave en la que viajan sus padres es impactada por un asteroide, a resultas de lo cual, resulta destruída.

Nao se salva en una cápsula de emergencia donde queda al cuidado de un robot hasta que, a la edad de diez años, logran llegar a Aquablue, un planeta océano con unos pocos archipiélagos emergidos en los que habita una raza extraterrestre acuática de cultura primitiva que lo adopta.

Cuando Nao cumple dieciocho años y va a pasar su rito de madurez y casarse con su prometida, la hija del jefe de la tribu, llegan a Aquablue unos viajeros de la Tierra: Maurice Dupre, un antropólogo que desea investigar la cultura local, y, por otro lado, Gordon Phlebs y Ulla Morgenstern, el primero un representante de la compañía de energía Texec, que desea explotar los recursos locales y, la segunda, jefa de los mercenarios que ésta compañía ha contratado para defender sus intereses.

Obviamente, pronto estalla el conflicto entre Texec y los habitantes de Aquablue.

El cómic:

El cómic está bien realizado: el dibujo es limpio y expresivo, la distribución de viñetas es dinámica, las escenas de acción fluidas, el color es cálido...

Los personajes y la trama, sin embargo, no están tan bien dibujados. Por una parte, los personajes son planos, con motivaciones simples y sin evolución. La trama, aunque está cargada de acción, resulta floja y recurre a numerosos deus ex machina: los "malos" siempre fallan, los "buenos" siempre tienen el armamento o protección adecuada, los lugares a los que desean ir siempre están en el lugar más adecuado para plantear una situación de acción o resolverla, los encuentros fortuitos son demasiado improbables... el guión exige una notable suspensión de la incredulidad.

Reivindicación ecologista:

El argumento se adentra en la reivindicación del movimiento ecologista y la conservación del medio ambiente (algo interesante y comprometido en la década de los '80), pero sigue un esquema demasiado simple (el mismo que siguieron después Los últimos días del Edén' (John McTiernan, 1982) o Avatar (James Cameron, 2009): el avaricioso occidente (la Tierra en este caso) en su búsqueda de máximo beneficio no duda en arrasar el medio ambiente y destruir un paraíso para depredar sus recursos.

Este argumento ignora la responsabilidad del ciudadano que busca satisfacer las necesidades que requieren esos recursos, idealiza un entorno natural ignorando el hambre y las enfermedades asociadas a ella y, sobre todo, peca de racismo cuando el líder de la revuelta ecologista es un hombre occidental que debe guiar a los nobles "buenos salvajes" para guiarlos a la victoria, para la cual él es imprescindible.

En todo caso, el cómic es entretenido y se deja leer con facilidad.