Diferencia entre revisiones de «Evolution (Película 2001)»

Última revisión de 17:33 16 oct 2022

Ivan Reitman (2001)

Evolution es una comedia de corte científico que aborda el tema de la posible amenaza biológica por la llegada de organismos extraterrestres a la Tierra.

La trama:

Cuando los profesores Harry Block e Ira Kane se acercan a investigar la caída de un meteorito en el desierto de Arizona, encuentran que los restos están cubiertos de un extraño material que parece orgánico. Cuando el doctor Kane analiza dicho material, descubre que efectivamente es orgánico, pero no es terrestre, ya que su ADN consta de diez pares de bases, lo que parece conferir a ese tipo de vida una asombrosa habilidad para mutar y evolucionar a gran velocidad, recorriendo en unas pocas horas el camino que a los organismos terrestres les ha llevado millones de años.

Emocionados por el descubrimiento, que les puede otorgar fama y reconocimiento, los profesores deciden ocultarlo a las autoridades mientras continúan estudiándolo. Sin embargo, sus proyectos se verán frustrados cuando el ejército asuma el mando y les deje fuera de la investigación.

Esto dejará de tener importancia cuando se haga evidente que la rápida evolución de las formas de vida de origen extraterrestre amenazan la supervivencia de la vida autóctona terrestre.

La película:

Todo parece indicar que el director, Ivan Reitman, tomó como horma su mayor éxito hasta la fecha, Cazafantasmas (1984), para reeditarlo bajo una nueva temática. En principio, tenía buenos elementos para conseguirlo: Tenemos un grupo de científicos de vidas académicas desacreditadas. Uno de ellos, un galán (David Duchovny); el otro, un cómico (interesante Orlando Jones). Tenemos una figura femenina fuerte (Julianne Moore). Acontecimientos extraordinarios (la invasión extraterrestre) cuya malignidad es relativa (lo que permite mantener el tono de comedia), algo de humor negro, un buen ritmo...

Sin embargo, el éxito no se repite. Evolution es, sin duda, entretenida y amable, pero no cautiva como lo hiciera la historia de los cazadores de fantasmas. Quizás falta algo del cinismo neoyorquino de aquella, tal vez es que no hay unos trajes con mochilas atómicas y rayos de plasma, a buen seguro que Duchovny no tiene el gancho para la comedia gamberra de Bill Murray...

Ciencia ficción:

La premisa de la panspermia ha sido abordada con frecuencia en la ciencia ficción. Especialmente, la posibilidad de que una biología muy diferente a la terrestre llegue a la Tierra y suponga una amenaza es el tema de una gran película como La amenaza de Andrómeda (Robert Wise, 1971), donde los protocolos científicos y militares son imaginados con mucha mayor coherencia. Por supuesto, Evolution es una comedia, y su rigor científico no pretende ser el mismo.

Sus premisas, no obstante, son interesantes, por cuanto tienen de acertado y de equivocado.

Nos referimos, en primer lugar, a la propuesta de que un código genético compuesto por diez pares de bases puede hacer que el metabolismo biológico se incremente hasta el punto de hacer evolucionar a los organismos miles de millones de veces más rápido. En la película se afirma que el ADN terrestre tiene sólo cuatro pares, lo cual es un error: el ADN en la Tierra tiene cuatro bases, dos pares en total. Diez pares de bases supondría, a buen seguro, un incremento de la complejidad y la combinatoria a la hora de codificar proteínas. Pero, ¿por qué debería suponer esto un incremento del ritmo biológico? Dicho de otra manera, ¿por qué el tener muchos más nucleótidos va a hacer que los organismos se reproduzcan más rápido?

La segunda premisa del guión, que permite dar con la solución para acabar con la amenaza, es que los organismos respiran reduciendo el nitrógeno atmosférico hacia amoniaco, en vez de tomar el oxígeno para producir dióxido de carbono. Una biología alternativa plausible e interesante.

Lamentablemente, un mal entendimiento del funcionamiento de la química lleva a los guionistas a afirmar que el organismo extraterrestre tiene una biología basada en el nitrógeno, en vez de en el carbono. Esto es poco probable, aunque puede ser admisible. La posibilidad del carbono de establecer cuatro enlaces covalentes, unido a su pequeño radio atómico, es lo que le confiere la versatilidad que lo hace idóneo para la vida. El nitrógeno, por contra, sólo puede establecer tres enlaces covalentes y, ocasionalmente, un cuarto enlace dativo, mucho más débil, por lo que su idoneidad es menor. Sólo se podría haber dado una forma de vida basada en el nitrógeno cuando nos encontráramos en ausencia o alta escasez de carbono, mucho más combinable.

Pero, asumiendo la posibilidad de vida basada en el nitrógeno, resulta que de aquí el doctor y biólogo protagonista, por una extrapolación que tiene más que ver con la alquimia que con la química, deduce que, si el arsénico es venenoso para los organismos terrestres basados en carbono, para los extraterrestres lo será el selenio, por la posición que ocupa en la tabla periódica. Esta suposición es, cuando menos, aventurada.

Pongamos un contraejemplo: El efecto del arsénico en el organismo es el de inhibir la actividad enzimática y especialmente los procesos relacionados con la respiración celular. Así, siguiendo esta lógica poco rigurosa, se podría argumentar que, dado que el organismo extraterrestre no respira oxígeno sino nitrógeno (situado a la izquierda del oxígeno), entonces el elemento venenoso debería ser el situado a la izquierda del arsénico, el germanio.

Lo cierto es que la bioquímica molecular es un conjunto de equilibrios realmente complejo. Todo un nuevo ADN extraterrestre codificaría un conjunto diferente de proteínas que establecerían rutas metabólicas completamente distintas con las cuales el arsénico podría o no interferir (y lo mismo para el germanio y el selenio). Por ello, lo mejor sería no hacer suposiciones e introducir una muestra biológica para analizar por el poderoso ordenador del despacho del doctor Ira Kane, que supo identificar los diez pares de bases alienígenas en unas horas desconociendo incluso qué se trataba de nucleótidos no terrestres. Con tal capacidad de análisis seguro que le sería sencillo descubrir el auténtico camino biológico a interceptar y cómo hacerlo.

Premios:

Finalista:

• 2001: Golden Schmoes a mejor película de ciencia ficción