1997: Rescate en Nueva York
1997: Rescate en Nueva York | |
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Ficha técnica | |
Título original: | Escape from New York |
Nacionalidad: | Estados Unidos / Reino Unido |
Estreno 1: | 23 de mayo de 1981 |
Duración: | 99 min. |
Ficha artística | |
Dirección: | John Carpenter |
Guión: | John Carpenter, Nick Castle |
Producción: | Barry Bernardi, Larry J. Franco, Debra Hill |
Fotografía: | Dean Cundey, Jim Lucas |
Música: | John Carpenter, Alan Howarth |
Reparto: | Kurt Russell (Snake Plissken), Lee Van Cleef, Ernest Borgnine, Donald Pleasence, Adrienne Barbeau, Tom Atkins... |
Información suplementaria | |
Otros datos: | Vestuario: Stephen Loomis Maquillaje: Ken Chase Secuela: 2013: Rescate en L.A. |
Imdb: | Ficha en Imdb |
Notas: | |
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John Carpenter (1981)
Tabla de contenidos
La película:
Podríamos decir que es la típica historia de antiguo soldado de las fuerzas especiales devenido en antihéroe.
En 1988, habiendo crecido el crimen en Estados Unidos hasta un 400%, se decidió sacrificar Manhattan como isla carcelaria. Los criminales son condenados de por vida y arrojados allí. Dentro de la isla no existe ley ni policía y no se puede salir de ella por estar rodeada por un muro de 15 metros de altura, custodiado por guardias y helicópteros con orden de tirar a matar. El mar circundante y los puentes, además, están minados.
Claro, que sucede algo impensable: el Airforce One es secuestrado y estrellado en la isla. El presidente sobrevive a bordo de la cápsula de salvamento. Ahora, hay que rescatarlo. La policía lo intenta, pero pronto descubren que el presidente ha caído en manos de los prisioneros y que amenazan con matarlo al más mínimo intento de penetración por parte de las fuerzas del orden. Sólo queda la opción de una acción encubierta. Un hombre (nuestro problemático Snake) penetrará en la isla con un ultraligero, aterrizará en el World Trade Center (por entonces, aún de pie), arrebatará al presidente de manos de los presos y regresará con él, todo ello antes de 24 horas porque el señor presidente tiene que hablar en una importante conferencia ante las superpotencias en la que se juega la paz mundial.
Distopía:
No sabemos cómo es el mundo exterior, pero Manhattan es una ciudad por la que parece haber pasado un cataclismo. El subsuelo (metro y demás) está dominado por un tipo de presos especialmente salvajes que llegan al canibalismo, como si se trataran de Morlocks. En la superficie, el territorio se divide por bandas y barrios, todas muy agresivas. En general, Carpenter da por supuesto que un montón de criminales serán incapaces de organizarse para construir algún tipo de sociedad en la que sea posible un mínimo nivel de vida digna.
Claro, que el director-guionista tampoco se preocupa por proporcionar alimento a esta cárcel gigantesca, sino que los presos están dejados a su suerte. Con tal escasez de artículos de primera necesidad no es raro que hayan revertido a un salvajismo extremo, incluso el canibalismo parece una opción razonable.
En definitiva, el escenario en el que se debe infiltrar Snake es casi post-apocalíptico más que distópico.
Historias de escapismo.
Esta no es la primera historia de evasión imposible que se nos cuenta, ni siquiera dentro del género de la ciencia ficción. Existen ejemplos reales de islas cárcel, como la mostrada en El Conde de Montecristo, pasando por la muy real Isla del Diablo francesa (Papillon, 1973) hasta llegar a Alcatraz. Pero sin duda es la famosa cárcel infernal francesa la que más ha avivado al imaginación. En un sitio así, la vigilancia apenas es necesaria, las propias condiciones del entorno son suficientes para impedir a nadie escapar.
Como hemos dicho, dentro del género los ejemplos también son abundantes, siendo uno de los más importantes el caso de la serie El prisionero. Posteriormente, otras películas han mostrado este subgénero tan interesante para los norteamericanos, como Fortaleza infernal (1992) o Escape de Absolom (1994).
Plausibilidad:
Obviamente, no estamos ante un pormenorizado estudio de una posible evolución indeseable de la sociedad, sino que Carpenter se limitó a crear un imaginativo escenario para ambientar las aventuras. En este sentido, la película es un éxito que ha marcado estilo.
Pero un estudio ligero de sus premisas evidencia su falta de seriedad.
Manhattan es el centro económico del mundo. Es prácticamente inimaginable el coste de expropiación de toda la isla. Muy seguramente el gobierno no tendría dinero suficiente para pagar a las empresas las indemnizaciones. Eso sin contar con el colapso que supondría la movilización de todos esos recursos. ¿No había otros lugares más propicios? O, si necesariamente tenía que ser Nueva York, ¿por qué no aducir alguna razón de peso? Pero es difícil encontrar una que incline definitivamente la balanza por esta rica zona. Si la criminalidad ha crecido, lo habrá hecho en todo el país; cualquier sitio hubiera sido mejor.
Por otra parte, abandonar gente a su suerte es muy poco humanitario, aunque sean criminales. Sin alimentos ni materias primas, convertir a la Gran Manzana en una prisión completamente aislada es una sentencia de muerte, pero además a una muerte horrible. Hemos mencionado el salvajismo y el canibalismo. Una mujer tiene pocas opciones ahí dentro: ser comida, ser violada o convertirse en prostituta. Posiblemente, una combinación de varias de estas opciones será lo habitual. Y casi seguro, cuando termine desfigurada o se afee su aspecto, terminará muerta.
También las enfermedades deben pulular a sus anchas en un territorio en el que si no se amontonan los cadáveres es porque se los comen, con una carencia total de higiene. El común de los presos de seguro que no sobrevive más de dos o tres años.
Bajo estas temibles expectativas… ¿no sería más humanitario y económico matarlos mediante el limpio procedimiento de fusilamiento y fosa común? Recordemos, además, que en Estados Unidos está vigente la pena de muerte, por lo que no debe suponer para ellos ninguna traba moral ajusticiar a un criminal que de todas formas no tiene una esperanza de vida prolongada ni halagüeña.
No obstante, la total falta de organización o previsión por parte de los dirigentes de las bandas es el aspecto más llamativo. Parece que el “Duque”, el número uno de la isla, es un gansta del Bronx. Como tal, de seguro que no sabe ni sumar, habrá pensado Carpenter, y todas sus habilidades se limitarán a ser el más feroz de ellos, que, como animales que son, lo han reconocido como jefe.
¿Y los italianos, la implacable y eficiente mafia siciliana? ¿Y la no menos eficiente y despiadada mafia china?
En fin, esas son cuestiones secundarias, lo que importa es la aventura, y es entretenida.
Premios:
Finalista:
- 1982: Premios Saturn a mejor película de ciencia ficción
- 1982: Premios Saturn a mejor director
- 1982: Premios Saturn a mejor maquillaje
- 1982: Premios Saturn a mejor vestuario