Las fuentes del Paraíso
Las fuentes del Paraíso | |
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Autor: | Arthur C. Clarke |
Otros títulos: | |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | The Fountains of Paradise |
Revista o libro: | Playboy |
Editorial: | |
Fecha | Fecha desconocida de 1979 |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | Las fuentes del paraíso |
Otros datos: | |
Saga: | |
Premios obtenidos: | Hugo Nebula |
Otros datos: | |
Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | Ficha |
ISFDB | Ficha |
Otras fuentes | |
Notas: | |
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Arthur C. Clarke (1979)
Las fuentes del paraíso es una típica novela de Arthur C. Clarke, una obra de ciencia ficción dura que narra con absoluto rigor un determinado objeto o acontecimiento (en este caso un ascensor espacial) al tiempo que flojea en todos los demás aspectos.
Tabla de contenidos
La trama:
Vannevar Morgan es un brillante ingeniero que, tras la exitosa construcción de un puente cruzando el estrecho de Gibraltar, afronta un nuevo reto: la construcción de un ascensor espacial. El problema, sin embargo, es que el punto óptimo para la construcción de dicho ascensor se encuentra en la isla de Taprobane, en lo alto de una montaña sagrada ocupada por un monasterio budista que se opondrá a la construcción de esta estructura.
Este podría haber sido un buen comienzo, una situación de enfrentamiento entre tradición y progreso que podría haber dado lugar a un diálogo interesante, pero Clarke lo desaprovecha por completo en el primer cuarto del libro para solucionarlo con un Deux ex machina torpe que pone fin a la situación sin la sensación de haber resuelto ningún conflicto.
A partir de aquí la novela avanza en escenas separadas entre sí varios años, de forma similar a como Clarke hizo en En las profundidades (1957). Pero si en esta novela anterior Clarke sí lograba narrar la evolución de un personaje, en Las fuentes del paraíso no hay nada de esto: tan sólo escenas separadas sin nada que las una o les dé coherencia.
Además de lo anterior, Clarke intercala escenas que no aportan nada a la trama principal y que dan la sensación de haber sido intercaladas más o menos al azar con el único objetivo de engordar el libro.
Esta torpeza narrativa se extiende a los personajes (si es que hay tal cosa), que resultan ser totalmente planos y carentes de evolución, más incluso de lo que es habitual en las obras de Clarke.
La novela:
Se trata, en definitiva, de una obra pobre, de personajes pobres, poco creíbles, sin un hilo argumental claro y sin el más mínimo interés literario.
Que lograra ganar los premios Nebula y Hugo resulta incomprensible.
Premios:
Obtenidos:
- 1980: Premio Nebula de novela
- 1980: Premio Hugo de novela
Finalista:
- 1980: Premio Locus de novela de ciencia ficción (tercer puesto)