La cara oculta de la Luna
La cara oculta de la Luna | |
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Datos de publicación: | |
Título original: | La cara oculta de la Luna |
Fecha de publicación: | 29 de septiembre de 2017 |
Guión: | Rafael Verdejo Román |
Dibujo/Tinta: | Sergio Galisteo Baena |
Color: | Sergio Galisteo Baena |
Editorial: | The RocketMan Project |
Otros datos: | |
Premios obtenidos: | |
Otros datos: | 66 páginas 17×24 cm |
Rafael Verdejo y Sergio Galisteo (2017)
La cara oculta de la Luna es un cómic de aventuras con una estética steampunk, que mezcla premisas de ciencia ficción y terror fantástico.
La historia:
31 de diciembre de 1900, en París, el siglo se despide con un espectáculo en el que se presenta ante la concurrencia a la tripulación y el cohete que van a viajar a la Luna. La nave, bautizada Endimión en honor del mitológico amante de la diosa Selene, ha sido diseñada por Nikola Tesla y el matrimonio Curie, quienes dos años antes habían descubierto el primer elemento radiactivo.
El cohete despega sin problemas y llega a la Luna en 6 días; pero allí descubrirán una presencia oscura, exiliada de la Tierra hace más de cien años, y que pretende utilizar el cohete para volver.
El cómic:
El escenario planteado en la obra es ciertamente sugerente y numerosos detalles contribuyen a darle textura, especialmente la inclusión de personalidades históricas con grandes connotaciones en el género. Así, son mencionados el propio Tesla y su enfrentamiento con Edison, la figura de Marie Curie y sus aportaciones a la nueva física que estaba floreciendo entonces o, del lado más esotérico, la figura del Conde Alessandro di Cagliostro -un ocultista del siglo XVIII- y el terrible caso de Gilles de Rais, Mariscal de Francia quien luchara junto a Juana de Arco y cuyos crímenes, al ser descubiertos, conmocionarían a todo el país.
Siendo un relato corto y autoconclusivo, la narración no resulta atropellada a pesar de la gran cantidad de información que se incluye como parte de la ambientación. El uso de preludios y flashbacks proporcionan unos adecuados antecedentes a los personajes, que quedan suficientemente descritos como para insertarlos en la historia. El final propuesto resulta clásico, casi convencional, pero coherente y satisfactorio.
En el apartado gráfico hay que destacar el uso del color. La mayoría de las páginas son, en realidad, monocromas, utilizando sepias para los recuerdos, rojos para el viaje espacial o un luminoso blanco y negro para las escenas lunares, ocasionalmente salpicado de rojo o azul y con un fuerte entintado que recuerda a la obra de Frank Miller. El dibujo es correcto, con perspectivas notablemente dinámicas, aunque un poco flojo en algunos rostros.
En general, una obra muy interesante, especialmente si se tiene en cuenta que se trata de autores noveles, muy cuidada y de gran calidad.