El show de Truman

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El show de Truman
Ficha técnica
Título original: The Truman Show
Nacionalidad: EE.UU.
Estreno 1: 1 de junio de 1998
Duración: 102 min.
Ficha artística
Dirección: Peter Weir
Guión: Andrew Niccol
Producción: Productora: Paramount Pictures
Fotografía: Peter Biziou
Música: Burkhard Dallwitz
Reparto: Jim Carrey, Laura Linney, Noah Emmerich, Natascha McElhone, Ed Harris, Holland Taylor
Información suplementaria
Otros datos: No hay otros datos.
Imdb: Ficha en Imdb
Notas:
  1. Fecha de primer estreno. No tiene por qué coincidir con el estreno en salas comerciales o emisión en abierto; puede ser en premieres, festivales u otras formas de distribución reducida o exclusiva.

Peter Weir (1998)

Con un guión de Andrew Niccol (director de Gattaca 1997), El show de Truman es una película que parte de la recreación de un show hiperrealista para hacer una crítica a cierto tipo de televisión y a la sociedad que la mantiene.

Las premisas:

Truman fue un niño adoptado por una compañía de televisión (la primera adopción por parte de una institución), pero nunca lo supo. La compañía creó un enorme decorado que encierra toda una isla, y en la que fue construido un pequeño pueblo, habitado por actores que fingen llevar una vida real, con el único objetivo de retransmitir la vida de Truman en directo, 24 horas al día, desde su mismo nacimiento.

Truman vive en este mundo artificial, tiene un trabajo, amigos, una esposa... toda una vida que es retransmitida a todo el mundo y de cuya artificialidad apenas es consciente.

Truman vive ignorante de que es la mayor estrella televisiva del planeta y que nada de lo que dice o hace escapa a la mirada de cámaras y micrófonos que infestan la ciudad.

La película:

Dotada de una carga humorística muy notable, especialmente al principio, la película es una crítica interesante a la televisión y los reality shows que recrean la vida de gente vulgar en la pantalla y que, contra todo pronóstico tienen una notable audiencia.

Peter Weir no duda en dejar clara su postura, presentando varias escenas maniqueistas en las que podemos apreciar a las claras la doble moral de Christof (une excelente Ed Harris) el creador y director del espectáculo. Christof no duda en manipular las situaciones, los planos o las conversaciones para lograr un mayor efecto dramático. Truman, en sus manos, es casi una marioneta, un trozo de carne cortado y presentado a la audiencia para su degustación.

Por supuesto, una manipulación del orden de la que plantea la película es impensable en la realidad, pero es una reflexión interesante acerca de la manipulación de la televisión, de la inexplicable fascinación que produce ver en la pantalla la vida de gente que, en realidad, no es diferente de nosotros y, sobre todo, de la falta de escrúpulos éticos de aquellos que manejan los programas cuando la audiencia está en juego.

Libertad individual y responsabilidad colectiva:

Se presentan, por lo tanto, dos reflexiones paralelas. Una, la más evidente, es la lucha del propio Truman por liberarse de esta manipulación, por acceder a la autodeterminación y poder elegir qué hacer con su vida. Si el espectador hace el esfuerzo necesario para ver la obra desde el punto de vista del protagonista, no tardará en encontrar paralelismos no tan evidentes con la vida real. Familia, amigos, una vida estable o simplemente los miedos propios ante lo desconocido, pueden ser ataduras tan fuertes que nos impidan progresar en la busca de lo que realmente deseamos. Las expectativas que los demás tienen de nosotros son una fuerza de manipulación que es necesario saber reconocer y colocar en su justa medida para poder ser auténticamente libres. La esposa de Truman (una magníficamente antipática Laura Linney) o su propia (falsa) madre serán dos de las principales figuras de autoridad que trataran de manipular a Truman en este sentido, atándolo a un falso sentido de la responsabilidad y a una falsa reciprocidad emocional.

Una segunda corriente de reflexión es planteada a través de la inconsistente actitud de los televidentes que a lo largo y ancho del mundo siguen el programa con devoción. Sin duda, uno de los recursos poéticos más interesantes de la película son estas escenas en las que se nos muestra cómo gente normal es manipulada (y se deja plácidamente manipular). Se genera una genuina corriente de simpatía hacia Truman, al tiempo que se espera que el show continúe sin importar que esto signifique prolongar el sufrimiento del protagonista. Saborean la mezcla que supone el planteamiento de una situación artificial con la respuesta genuina del único actuante desconocedor de que lo es. Son cómplices que, sin embargo, y en virtud de la interposición del aparato de televisión, no reciben ninguna culpa de lo que ocurre.

Muy interesante es una de las escenas finales. Cuando Truman finalmente escapa del show, lso telespectadores siguen con su rutina, cambian de canal, indemnes a lo ocurrido. La única perjudicada es la cadena de televisión, representada por sus productores y especialmente por la figura demiúrgica del creador, Christof, quien se retira derrotado. Los espectadores también ejercen su despótico poder sobre él, al mostrar a las claras que su trabajo puede ser olvidado con el simple acto de cambiar de canal. La crítica, tímidamente, se transforma: de estar dirigida a la televisión y a sus manipulaciones, pasa a señalar a los espectadores como jurados de lo que ocurre. Y anquen no se atreva el director a señalar que este jurado tiene una responsabilidad en lo que hace y no hace, la falta queda señalada.

Conclusión:

Pese a todo, estos temas, presentes en la obra, son tratados con un envoltorio ligero, y es perfectamente posible ver la película como un simple entretenimiento intrascendente. Solo un visionado crítico permite empezar a descubrir las capas subyacentes, progresivamente complejas.

En lo técnico-artístico, hay que señalar que los escenarios y la dirección de actores es excelente, dotando de un equilibrio casi perfecto entre naturalidad y artificialidad (actores fingiendo que son actores, actores fingiendo que no son actores en un mundo de actores, actores fingiendo que son personas normales que fingen ser normales cuando descubren que están sumidos en un mundo de actores). En este sentido, merece la pena destacar que esta interpretación fue una de las primeras en las que Carrey trataba de ampliar su registro cómico hacia lo dramático, con bastante buen resultado.

Buen guión, buena dirección, buen ritmo. Una obra entretenida que de la que se puede sacar mucho jugo.

Premios:

Obtenidos:

  • 1998: Premio Screen International para Peter Weir
  • 1998: Premio Bogey
  • 1999: Premio ASCAP
  • 1999: Premio Saturn a mejor película de fantasía
  • 1999: Premio Saturn a mejor guionista para Andrew Niccol
  • 1999: Premio BAFTA a mejor diseño de producción
  • 1999: Premio BAFTA a mejor guión original para Andrew Niccol
  • 1999: Premio BAFTA (David Lean Award) a mejor dirección para Peter Weir
  • 1999: Premio Blockbuster Entertainment a actor de reparto favorito para Ed Harris
  • 1999: Premio CFCA a mejor guión original.
  • 1999: Premio FCCA a mejor película extranjera
  • 1999: Premio FFCC a mejor director para Peter Weir
  • 1999: Premio Fotogramas de Plata a mejor película extranjera
  • 1999: Globo de oro a mejor guión original para una película
  • 1999: Globo de oro a mejor actuación de un actor en una película para Jim Carrey
  • 1999: Globo de oro a mejor actuación de un actor de reparto en una película para Ed Harris
  • 1999: Premio Hugo a mejor representación dramática


Finalista:

  • 1999: Oscar a mejor actor de reparto para Ed Harris
  • 1999: Oscar a mejor director para Peter Weir
  • 1999: Oscar a mejor guión original para Andrew Niccol
  • 1999: Premio Saturn a mejor actor para Jim Carrey
  • 1999: Premio Saturn a mejor director para Peter Weir
  • 1999: Premio de la Sociedad Americana de la Comedia a actor más divertido en un papel principal para Jim Carrey
  • 1999: Premio de la Sociedad Australiana del Cine a mejor película extranjera
  • 1999: Premio BAFTA a mejor filmografía para Peter Biziou
  • 1999: Premio BAFTA a mejor película
  • 1999: Premio BAFTA a mejor actuación en un actor de reparto para Ed Harris
  • 1999: Premio BAFTA a mejores efectos especiales
  • 1999: Premio Blockbuster Entertainment a actor favorito para Jim Carrey
  • 1999: Premio Blockbuster Entertainment a actriz de reparto favorita para Laura Linney
  • 1999: Premio de la Sociedad Británica de Cinematógrafos a mejor cinematografía para Peter Biziou
  • 1999: Critic Choice Award a mejor película
  • 1999: Premio CFCA a mejor actor para Jim Carrey
  • 1999: Premio CFCA a mejor director para Peter Weir
  • 1999: Premio CFCA a mejor película
  • 1999: Premio CFCA a mejor guión
  • 1999: Premio Chlotrudis a mejor guión para Andrew Niccol
  • 1999: Premio CDG a la excelencia en el diseño de vestuario
  • 1999: Premio DGA a Outstanding Directorial Achievement in Motion Pictures (?) para Peter Weir
  • 1999: Globo de oro a mejor director para Peter Weir
  • 1999: Globo de oro a mejor película o drama
  • 1999: Globo de oro a mejor guión para Andrew Niccol