El peatón
El peatón | |
---|---|
Autor: | Ray Bradbury |
Otros títulos: | |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | The Pedestrian |
Revista o libro: | The Reporter |
Editorial: | |
Fecha | 7 de agosto de 1951 |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | Las doradas manzanas del Sol |
Otros datos: | |
Saga: | |
Premios obtenidos: | |
Otros datos: | Adaptado a la televisión en The Ray Bradbury Theater |
Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | Ficha |
ISFDB | Ficha |
Otras fuentes | |
Notas: | |
|
Ray Bradbury (1951)
Un relato muy sencillo, minimalista en los elementos utilizados, que transmite una cierta sensación de tristeza, propia del lirismo de Bradbury.
En el futuro noviembre de 2053, un hombre camina de noche por las calles vacías de la ciudad. Aunque las calles están vacías, no se trata de una ciudad desierta, todo el mundo se encuentra en sus casas viendo la televisión.
El protagonista, el peatón, es tal la única persona que queda en toda la ciudad que aún prefiere el placer de dar un paseo frente a la alternativa de sentarse frente a la caja del televisor.
Bradbury no entra a juzgar si la "tele" o la programación son buenas o malas, de hecho indica que la criminalidad ha descendido hasta el punto de que casi no es necesaria la policía. Pero el paisaje que dibuja refleja nostalgia por el modo en que se pierden las antiguas costumbres sociales, sustituidas por esa tecnología alienante. En la época de Bradbury se trataba de la televisión, y hoy en día este medio sigue siendo una gran fuente de aislamiento; sin embargo, ya no es el único y se está viendo que los videojuegos o internet (o los juegos en red) son aún más absorbentes, adictivos y perjudiciales para el entramado social tradicional.
La tecnología mata el trato humano... no necesariamente, pero sí en la práctica.
Recuerda en ocasiones este argumento a Fahrenheit 451, por lo que tal vez pueda considerarse como una primera aproximación a la idea de la novela. En ella, los libros estaban proscritos y la norma social era reunirse en torno a un aparato que no dejaba de ser un televisor sofisticado.
Ambas obras muestran preocupación y tristeza por esta evolución de la sociedad americana (y la de todo el planeta, en realidad), pero mientras que en el final de la novela aún queda un conato de esperanza y rebeldía, en el relato no es así.