El gran lienzo
El gran lienzo | |
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Datos de publicación: | |
Título original: | La grande toile |
Fecha de publicación: | septiembre de 2006 |
Guión: | Diego Agrimbau |
Dibujo/Tinta: | Gabriel Ippóliti |
Color: | Gabriel Ippóliti |
Editorial: | Albin Michel |
Otros datos: | |
Premios obtenidos: | |
Otros datos: | 46 páginas |
Diego Agrimbau y Gabriel Ippóliti (2006)
El gran lienzo es un cómic, continuación de La burbuja de Bertold (2005), de los argentinos Diego Agrimbau y Gabriel Ippóliti y publicado por primera vez en Francia de la mano de la editorial Albin Michel. En castellano sería editado por Norma Editorial en 2008.
La trama:
Lorenzo, el ingeniero del teatro neumático de la obra anterior, ha huido del colapso de Butania, rumbo al sur, y en su camino se encuentra con Lailuka, una pintora que se dirige hacia Unánima, una ciudad habitada por artistas plásticos de todo estilo, reunidos para acometer la mayor obra pictórica de la historia de la humanidad, pintar sobre el lienzo blanco de la Antártida un cuadro de 6000 metros cuadrados que sólo será visible desde el espacio.
Sin embargo, los miles de artistas reunidos, divididos en facciones, no se ponen de acuerdo en qué debería plasmarse en él.
El cómic:
La burbuja de Bertold y El gran lienzo pertenecen a la serie Último sur, en la que los autores plasman un mundo futuro alejado de las visiones hipertecnológicas o los escenarios apocalípticos habituales, para enfocarse más bien en una visión repleta de simbolismo en la que se entremezcla la crítica y el examen de las sociedades con la exploración de las posibilidades expresivas del arte.
Quizás por ello, el apartado visual y plástico del cómic resulta una de sus bazas fundamentales. Ippóliti utiliza técnicas de dibujo y color que hoy en día son casi artesanales y evocan la gran época de la bande dessinée francobelga y autores como Enki Bilal.
Si en La burbuja de Bertold la examinada era el arte del teatro y su capacidad para mover conciencias e implicar a la audiencia en la obra, ahora la pintura es usada como un vehículo para tratar sobre el inconformismo del artista y la pulsión entre la conveniencia del acuerdo y la necesidad de rebelión.
En esta ocasión, la carga psicológica de la obra no queda tan perfectamente plasmada como en el libro anterior, quizás por tratarse de un tema con el que el lector medio tiene menos afinidad. Su temática es más abstracta.
Aún así, un resultado interesante.