Solaris (Película 2002)
- Nota: Este artículo se refiere a la película de Steven Soderbergh. Para otros usos ver Solaris.
Solaris (Película 2002) | |
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Ficha técnica | |
Título original: | Solaris |
Nacionalidad: | EE.UU. |
Estreno 1: | 19 de noviembre de 2002 |
Duración: | 94 min. |
Ficha artística | |
Dirección: | Steven Soderbergh |
Guión: | Steven Soderbergh (Basado en la novela homónima de Stanislaw Lem) |
Producción: | Jon Landau, James Cameron y otros para 20th Century Fox |
Fotografía: | Steven Soderberghh |
Música: | Cliff Martinez |
Reparto: | George Clooney (Chris Kelvin), Natascha McElhone (Rheya), Viola Davis (Gordon), Jeremy Davies (Snow), Ulrich Tukur (Gibarian) |
Información suplementaria | |
Otros datos: | No hay otros datos |
Imdb: | Ficha en Imdb |
Notas: | |
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Steven Soderbergh (2002)
En realidad, esta adaptación de Soderbergh no lo es tanto de la novela original de Stanislaw Lem como de la versión de 1972, realizada por Andrei Tarkovsky. En cualquier caso, supone una revisión radical de la estética y el ritmo de ambas.
La historia es la misma que en el libro y en la versión de Tarkovsky: los habitantes de una estación en órbita alrededor del planeta Solaris experimentan sucesos extraños: seres queridos muertos en el pasado parecen tomar vida en la base. El protagonista es Kris Kelvin, un psiquiatra enviado para ayudarlos.
Una de las principales características de esta película es su extraño ritmo, lo que unido a una estética fría y aséptica, a unas conversaciones corteses y educadas pero distantes y a la música de Cliff Martinez resulta extrañamente inquietante.
Sin embargo, se trata de una buena película que resume lo mejor del libro y el film de Tarkovsky: la duda acerca de la humanidad de los seres que aparecen en la base o los problema de comunicación entre Solaris y los humanos.
Tabla de contenidos
Diferencias entre las versiones:
Acudiendo a una rápida simplificación, se puede decir que la versión de Tarkovsky es menos comercial que la de Soderberg, quien aligera el argumento restando importancia al propio enigma del planeta y centrándose en el asunto de los "visitantes". Solaris queda reducido a un mero escenario, la excusa facilitadora del inconcebible suceso. No profundiza la versión americana en los problemas de comunicación que, aunque son mencionados, no son abordados. Soderbergh está menos interesado en especular acerca de la posibilidad de establecer un diálogo con un ser radicalmente diferente a nuestra naturaleza y parece mucho más atraído por los conflictos psicológicos y morales de la (re)encarnación de esos seres de apariencia humana, enviados por el planeta sin que se pueda adivinar por qué motivo.
¿Los habitantes de la estación son objeto de un estudio, de una tortura…? Kris Kelvin prefiere no indagar en ello. Tras el pánico inicial de encontrar resucitado junto a él a un ser querido trágicamente perdido, contemplará el milagro como una segunda oportunidad, un acontecimiento absolutamente personal y en absoluto racional. Kelvin no quiere saber si la mujer que está junto a él es humana o no: su prioridad es conservarla, como un medio de exorcizar errores pasados.
Solaris se convierte en una historia emocional y psicológica; en último término, en una historia de amor “más allá de la muerte”. Y hace este tópico posible sin necesidad de melodramáticos recursos mágicos al tiempo que la terrible tensión imperante (el estrés y la psicosis) impiden caer en empalagosos clichés.
Tarkovsky ejecutó una obra mucho más racional (aunque en ningún momento renunció a esta historia de amor) y si bien ambas versiones son intimistas, narradas con un ritmo lento y frugal con las palabras, la elección de Soderberg por la vertiente emocional es la principal diferencia entre ambas.
Esta oposición entre racional-Tarkovsky y emocional-Soderberg es apoyada por los recursos estilísticos utilizados por ambos, fundamentalmente la música y la fotografía. Tarkovsky apuesta por una saturación de luz fría y blanca que deja la sensación de haber sido tomada en blanco y negro. En contrate, Soderbergh recupera la descripción que Lem hizo del planeta, una mezcla de fucsias y azules en evolución, muy brillantes y cálidos, moviéndose al compás de una música levemente electrónica en tonos bajos punteados.
En definitiva, Soderbergh toma la parte de la película de Tarkovsky que le interesa y la reinterpreta en un tono más emocional pero notablemente afín.
Premios:
Obtenidos:
- 2003: Golden Satellite a mejor sonido (Larry Blake)
Finalista:
- 2003: Saturn a mejor actor (George Clooney)
- 2003: Saturn a mejor actriz (Natascha McElhone)
- 2003: Saturn a mejor película de ciencia ficción
- 2003: Oso de oro del Festival Internacional de Berlín a Steven Soderbergh
- 2003: Premio Black Reel a mejor actriz de reparto (Viola Davis)
- 2003: Premio IFTA a mejor actriz (Natascha McElhone)
- 2003: Golden Satellite a mejor actuación en un actor de reparto (Jeremy Davies )