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Datos de publicación: | |
Título original: | Pulse enter para continuar |
Fecha de publicación: | Marzo de 2018 |
Guión: | Ana Galvañ |
Dibujo/Tinta: | Ana Galvañ |
Color: | Ana Galvañ |
Editorial: | Apa Apa Comics |
Otros datos: | |
Premios obtenidos: | |
Otros datos: | Sitio de la autora |
Pulse enter para continuar es un cómic de Ana Galvañ compuesto por cinco historias cortas. La primera de ellas fue publicada dentro de la antología Hoodoo Voodoo (Fosfatina, 2016), pero las otras cuatro han sido realizadas pensando en su publicación conjunta.
Aunque con temáticas formalmente diferentes, los cinco relatos conservan sin embargo una coherencia formal por su estilo y técnica narrativa, pero también una intención común que los agrupa como un todo.
El título escogido por Ana Galvañ para su obra ya ofrece una pista interesante, con su alusión a la obra de John Varley, Pulse Enter (1984), una novela corta afín al ciberpunk, con elementos tecnológicos que coqueteaban con la inteligencia de las máquinas y dejaba entrever un futuro digital cada vez más importante en la sociedad humana. Esta sensación de que Galvañ está hablando justamente sobre la relación de nuestra sociedad con una tecnología ya omnipresente vincula la obra decididamente con la ciencia ficción prospectiva.
La relación de cada historia con la ciencia ficción es a veces sutil, y se conjuga con toques de terror, con el absurdo y con el surrealismo, con recursos simbólicos.
La primera historia es tal vez la más surreal. Desprovista de diálogo o narrador, las imágenes van presentando a una mujer que parece desdoblarse en diferentes versiones, como si se tratara de la posibilidad de los universos múltiples de Everett, e incluye bucles temporales. En este caso resulta difícil hablar de una intención prospectiva, pero el relato sí que deja una sensación de inquietud que pone tono a la obra conjunta. El resto de les historias hablan sobre el aislamiento de muñeca androide, una entrevista de selección de personal, una historia de clones en el futuro y el hackeo de mente humana mediante virus subliminales). Las cuatro tienen en común esa sensación de estar siendo manipulados por motivos no del todo claros y por fuerzas que cada vez son más difíciles de identificar en esta sociedad de complejidad creciente.
El estilo de Ana Galvañ merece especial atención en este cómic. Por una parte, el grafismo se mantiene perfectamente reconocibles, gracias al uso de un lenguaje plástico común a las cinco historias con figuras esquematizadas, combinaciones de colores primarios, con degradados tipo aerógrafo junto a colores planos... Por otra parte, el diseño de página cambia constantemente y Galvañ experimenta con disposiciones muy diferentes para hacer progresar la narración.
El resultado son páginas que parecen obras con entidad propia, a veces casi cuadros en sí mismos, de una limpieza y claridad extraordinaria, fáciles de leer a pesar de su variedad y absolutamente deliciosos.
Una obra muy recomendable.