Herejías del Dios Inmenso
Brian W. Aldiss (1966)
El relato está escrito en primera persona y pretende ser un texto que un alto cargo de una orden religiosa escribe al consejo de Ancianos y en el que describe las principales herejías surgidas alrededor del Dios Inmenso, dios que se describe a lo largo del texto.
Éste resulta ser "algo" que un día se posó sobre la Tierra. Su tamaño era colosal (del orden de los siete mil kilómetros). Sus patas destrozaron cordilleras, crearon nuevos mares y su simple peso hundió la corteza permitiendo el paso del mar y separando continentes. Su cuerpo alteró la circulación de la atmosfera y cuando, en un momento dado, se desplaza, mueve el eje de giro de la Tierra alterando las estaciones. Por último, el Dios Inmenso se marcha y su impulso saca a la Tierra de su órbita, alejándola más y más en el espacio.
Esto es lo que motiva el texto: el escribiente sospecha que algo impío ha debido suceder para alejar al Dios Inmenso y pide que se realicen más sacrificios para que vuelva, a pesar de que se estén quedando sin vírgenes.