¡Somos civilizados!
¡Somos civilizados! | |
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Autor: | Mark Clifton, Alex Apostolides |
Otros títulos: | {{{Otros títulos}}} |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | We're Civilized |
Revista o libro: | 'Galaxy Science Fiction' |
Editorial: | Galaxy Publishing Corporation |
Fecha | Agosto de 1953 de {{{Año}}} |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | 'Imperios galácticos (Recopilación de Brian W. Aldiss) |
Otros datos: | |
Saga: | No pertence a ninguna saga |
Premios obtenidos: | No se le conocen |
Otros datos: | No hay otros datos |
Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | [{{{URL-3F}}} Ficha] |
ISFDB | [{{{URL-ISFDB}}} Ficha] |
Otras fuentes | {{{URL-OtrasFuentes}}} |
Notas: | |
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Mark Clifton, Alex Apostolides ({{{Año}}})
Mark Clifton, Alex Apostolides (1953)
Se trata de un relato muy breve que trata el problema de la comunicación entre civilizaciones.
Comienza con la narración de la primera misión a Marte. Los personajes principales, el capitán Griswold y Berkeley (un científico), tienen posturas claramente diferenciadas respecto a cómo enfocar el contacto.
El primero tiene un enfoque tradicional: se vé a sí mismo como un misionero que no sólo toma posesión de un valioso recurso, sino que pretende llevar nuestra cultura a otras civilizaciones. El segundo, consciente de su puesto, a las órdenes del capitán, no objeta nada, pero no puede más que ver con pesimismo cómo se está enfocando el encuentro y la toma del planeta.
Tras un primer contacto desafortunado, la acción vuelve a la Tierra, donde se agasaja a los héroes de Marte. Sin embargo, una nave extraterrestre llega entonces a nuestro planeta y las posición humana cambia de conquistadora a conquistada.
El relato trata de mostrar que la cultura o la civilización no pueden ser impuestas, sino que cualquier contacto con otras civilizaciónes (no necesariamente extraterrestres, tenemos en nuestro planeta demasiados ejemplos) debe hacerse desde el mutuo respeto a las diferencias.
Un relato afín a lo expuesto por Ray Bradbury en sus Crónicas Marcianas (1950), varios años antes, especialmente al episodio Aunque siga brillando la luna que enfrenta a Spender con el resto de la tripulación de su cohete.