Nueve vidas
Nueve vidas | |
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Autor: | Ursula K. Le Guin |
Otros títulos: | {{{Otros títulos}}} |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | Nine Lives |
Revista o libro: | Las doce moradas del viento |
Editorial: | {{{Editorial}}} |
Fecha | 1969 de {{{Año}}} |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | Incluido como prólogo de El mundo de Rocannon Las doce moradas del viento |
Otros datos: | |
Saga: | Sin objeto |
Premios obtenidos: | No se le conocen |
Otros datos: | No hay otros datos |
Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | [{{{URL-3F}}} Ficha] |
ISFDB | [{{{URL-ISFDB}}} Ficha] |
Otras fuentes | {{{URL-OtrasFuentes}}} |
Notas: | |
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Ursula K. Le Guin ({{{Año}}})
Ursula K. Le Guin (1969)
El relato tiene lugar en un planeta de la constelación Libra en la que un par de exploradores han encontrado una mina de uranio, mineral imprescindible en la Tierra.
Para explotar el yacimiento, son enviados a la colonia diez nuevos miembros. Éstos son clones, seres humanos con el mismo ADN. Estos clones, con idéntica genética y educación, son muy similares entre sí, lo que constituye una gran ventaja ya que, siendo casi iguales, las reacciones son casi las mismas y la coordinación casi perfecta.
Sin embargo, existen también problemas no previstos: por una parte su comunicación con los humanos "normales" es difícil. Los clones están habituados a relacionarse entre sí, a un gran número de sobreentendidos que facilitan el trabajo entre ellos. Pero, por el contrario, son incapaces de comprender y relacionarse con los demás; les resultan demasiado extraños.
Por otra parte, la pérdida de miembros del equipo (como ocurre en el relato) hace que se sientan mutilados. Han trabajado siempre en equipo y son como un mismo ser en varios cuerpos. La pérdida de uno de ellos es tan irremplazable como la pérdida de un miembro para un humano normal.
Ursula K. Le Guin escribió un prólogo para la edición de este relato dentro de la antología Las doce moradas del viento. En dicho prólogo la autora asegura no haber estado nunca tan cerca de la ciencia ficción dura como en este relato.
Es cierto que, a diferencia de la mayor parte de la ciencia ficción de Le Guin, los personajes de este relato deben enfrentarse a atmósferas no respirables o a retrasos en las telecomunicaciones. Sin embargo, está muy lejos del rigor de autores como Arthur C. Clarke o Kim Stanley Robinson. Buena prueba de ello es que de los diez clones cinco son varones y cinco hembras, cuando deberían ser todos del mismo sexo. Cierto que la autora inventa una manipulación para hacerlo creíble, pero resulta ser demasiado vaga.
Más importante que esto para distinguirla de la ciencia ficción dura más rigurosa es el hecho de que, como en la mayor parte de su obra, el eje de la historia no sean las implicaciones o particularidades de determinados hechos o descubrimientos científicos, sino la psicología de los clones.
Pese a ello, resulta un magnífico relato de una gran autora.
Premios:
Finalista:
- 1971: Premio Nebula