La amenaza de Andrómeda (Película)
Robert Wise (1971)
Sinopsis:
| Dirección: | Robert Wise |
| Producción: | Universal Pictures |
| Guión: | Nelson Gidding (basado en la novela de Michael Crichton) |
| Música: | Gil Melle |
| Fotografía: | Richard H. Kline |
| Reparto: | Arthur Hill, David Wayne, Kate Reid, James Olson, Paula Kelly, George Mitchell, Ramon Bieri |
La película:
Un satélite extraviado se estrella cerca de una remota aldea. Al acudir a recuperarlo se descubre que casi todos los habitantes del lugar han muerto por coagulación instantánea de la sangre, con la misteriosa excepción de un niño y de un anciano. Los supervivientes son trasladados a un avanzado laboratorio secreto diseñado para la contención de amenazas biológicas, donde un equipo seleccionado de científicos corre contra reloj para determinar la naturaleza del mortífero patógeno antes de que cause estragos en todo el mundo.
Crichton ha sabido leer muy bien los intereses de los lectores y su narración es amena y tensa, por lo que no es de extrañar que sea frecuentemente adaptado al cine.
En esta ocasión, además, se vale de sus conocimientos como médico para plantear un realista escenario de amenaza biológica; poco importa en el fondo si esta proviene del espacio exterior (como es el caso en la película) o es fruto de la imprudente experimentación humana, opción por la que se decantan otras obras como la también muy realista Estallido (1995).
Al igual que hiciese más tarde con Esfera, el autor propone la selección de un grupo multidisciplinar de científicos para el estudio de la amenaza y aprovecha de este modo para dar muestras de su conocimiento de diversos temas, si bien en este caso casi todos giran en torno a las pruebas de un laboratorio médico.
Un apunte importante es el origen del patógeno: una contaminación de un satélite espacial. Como hemos dicho, Crichton sabe leer los intereses y temores de sus lectores. En 1969 acababa de llegar el hombre a la Luna y las creencias científicas de la época sugerían que la vida podía ser algo muy común en el universo. Los astronautas que volvieron de nuestro satélite tuvieron que pasar una estricta cuarentena, así como todos sus equipos e instrumentos.
Hoy en día ya no parece tan probable el sufrir una contaminación en medio del vacío espacial o sobre la inhóspita superficie de un cuerpo sin atmósfera; aún así, los procedimientos biomédicos siguen siendo muy estrictos pues, por improbable que sea encontrar vida fuera de la Tierra, esta probabilidad existe y es imposible de estimar tanto su amenaza como las oportunidades científicas que ofrecería.
La Convención sobre Armas Biológicas que prohibe su producción y empleo, fue justamente abierta a la firma en 1972 y entró en vigor en 1975, lo que delata lo candente que era este tema en la época que se estrenó la película. De hecho, el temor y la desilusión de uno de los científicos seleccionados es intuir que el laboratorio secreto en el que están trabajando es en realidad un laboratorio ideado para la guerra biológica.
La obra es interesante, mantiene la tensión en todo momento y la equilibra con la descripción del trabajo científico. Los personajes están apenas esbozados pero resultan creibles gracias en parte al buen trabajo de la dirección y de los actores. Los efectos especiales son mínimos y no se echan en falta, aunque la ambientación recuerda inevitáblemente a la estética de la época, un tanto fantasiosa y arcaica al tiempo. La descripción de Andrómeda, el organismo protagonista, es sugerente y original, así como el resultado que conduce a su control.
Una buena película, recomendable.
