Terminator 2: El día del juicio final

James Cameron (1991)

Sinopsis:

Dirección:	James Cameron
Producción:	Stephanie Austin, James Cameron, Gale Anne Hurd, Mario Kassar
Guión:	James Cameron, William Wisher Jr
Música:	Brad Fiedel (canción de Guns N Roses)
Fotografía:	Adam Greenberg
Reparto:	Arnold Schwarzenegger, Linda Hamilton, Edward Furlong, Robert Patrick, Earl Boen, Joe Morton

La película:

Repite casi todo el equipo del primer Terminator para realizar una secuela que se hizo esperar pero que no dejó de impactar por sus nuevos efectos especiales.

Arnold Scharzenegger vuelve a ¿encarnar? a la máquina imparable T-800, aunque esta vez es de "los buenos". El terminator "malo" será un nuevo modelo mucho más avanzado, el T-1000, capaz de disfrazarse y cambiar de forma al estar compuesto de una especie de metal electroreológico. Esta tecnología se llevó gran parte del protagonismo de la película, que si bien tiene algunas pretensiones filosóficas no deja de ser un producto de masas orientado a la taquilla y la vistosidad.

Eso sí, hay que reconocer a James Cameron que supo aprovechar perfectamente su presupuesto y el producto terminado es entretenido, lleno de ritmo y equilibrado.

En cuanto a ciencia ficción, esta apenas es el pretesto para ambientar una historia de persecuciones y luchas espectaculares. Supo insertar Cameron algunas escenas bastante bien traidas en las que pretende reflexionar sobre la consabida tendencia del ser humano a la destrucción y sobre todo acerca del deseo (y la posibilidad) de cambiar un futuro que parece alzarse inevitable.

Al igual que en Regreso al futuro, la posibilidad de efectuar cambios en el futuro (sean estos sutiles o drásticos) plantea la existencia de o bien paradojas o bien universos paralelos.

Cameron no pretende abordar ninguno de estos temas en la película y son apartados en beneficio de una trama lineal en la que el futuro queda realmente desposeído de su realidad y parece más bien algo que puede ser borrado o corregido como si se tratara de una historia en la pantalla de un ordenador.

Esta tendencia muy americana a la simplificación (o a la evitación) se puede ver en numerosos ejemplos de películas que tratan los viajes en el tiempo que parecen postular que la realidad es sólo una y a la vez es modificable, por ejemplo en El sonido del trueno.

El personaje de Terminator:

Esta vez, Arnold Scharzenegger tiene un "papel" mucho más complejo, con bastantes más líneas de diálogo. También abandona el rictus imperturbable propio de un robot y se permite sonrisas, miradas cómplices y chistes.

La explicación sencilla es que el bueno de Arnold se veía ya capacitado para afrontar tamaño reto; pero los guionistas supieron dar una explicación pausible a este hecho, en principio chocante. El T-800 está dotado de una inteligencia artificial que le permite aprender, y su reprogramación y su contacto con seres humanos le está humanizando.

Premios:

1992

• Oscar (4) a mejor sonido, efectos de sonido, efectos visuales y maquillaje. Nominada (2) a mejor fotografia y edición
• Premios Saturn (5) a mejor película de ciencia ficción, mejor director, actriz, actor novel y efectos especiales. Nominada (4) a mejor guión, actor, maquillaje y actor de reparto
• Nominada a mejor película extranjera por la Academia Japonesa
• Premios BAFTA (2) a mejor sonido y efectos visuales
• Premio Golden Screen (Alemania)
• Premio Hugo a la mejor representación dramática
• Premios MTV a la mejor película, mejor secuencia de acción, actor, actriz, joven actor, y mujer más deseable
• Mejor película extranjera en el Mainichi Film Concours (Japón)
• Premio Bradbury de la Science Fiction and Fantasy Writers of America