Solaris (Película 1972)

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Andrei Tarkovsky (1972)

Sinopsis:

Dirección: Andrei Tarkovsky
Producción: MosFilm, URSS
Guión: Andrei Tarkovsky y Friedrich Gorenstein (basado en la novela de Stanislaw Lem)
Dirección artística: Mikhail Romadin
Música: Eduard Artemiev
Fotografía: Vadim Yusov
Reparto: Natalya Bondarchuk (Hari) Donatas Banionis (Kris Kelvin) Yuri Jarvet (Snauth) Anatoli Solonitsyn (Sartorius) Vladislav Dvorjetski (Burton) Nikolai Grinko (Father) Sos Sarkisyan (Gibaryan)

La película:

Para muchos, esta fue la respuesta de los rusos a 2001, una odisea espacial y, de hecho, fue estrenada bajo este lema. Tan sólo cuatro años después del éxito de Stanley Kubrick, desde la antigua Unión Soviética se adaptaba una de las obras más emblemáticas de la ciencia ficción del autor soviético (que no ruso) más reputado en este género.

Hay que reconocer que hay similitudes en ambas películas: el ritmo pausado, la soledad de los protagonistas en medio del espacio, el rechazo de la voz en off que hubiera sido la tentación de muchos otros... Pero estas similitudes no pueden ser achacadas a un intento por parte de Tarkovsky de imitar a Kubrick, porque estas son características muy propias de este director (véase Stalker o El sacrificio) y de todo el cine ruso, tendente al intimismo y al contraste entre la introspección y el apasionamiento (un apasionamiento torturado).

La película se sitúa temporalmente en un futuro cuya lejanía queda indeterminada. En una base orbital que estudia el planeta Solaris se han dado una serie de acontecimientos perturbadores que exigen la presencia de un evaluador imparcial, el psicólogo Kris Kelvin.

Contacto con otras inteligencias

Al igual que en la novela, Solaris se hace omnipresente en todas las relaciones y acontecimientos que se relatan, pero no por ello se convierte en protagonista. Se adivina que es la causa última de lo que sucede, pero esta causa pronto pierde importancia en favor de sus efectos. Solaris es enigmático, parece reaccionar ante la presencia de los científicos que habitan la base, el océano que lo cubre parece adoptar formas sometidas a una voluntad... Solaris puede ser la primera inteligencia extraterrestre que haya encontrado el ser humano en su expansión por la galaxia, pero es tan radicalmente distinto que el diálogo puede ser imposible. Se enmarca la historia dentro del problema del contacto con otros seres, pero no se desarrolla bajo esta línea.

Ser humano

Quizás como un intento por parte del planeta de establecer dicho contacto, el doctor Kelvin descubre al poco de su llegada la existencia de ciertos "visitantes" en la base espacial. En el caso de Kelvin, su mujer, que se suicidó hace un tiempo. Kelvin no ha superado realmente su pérdida y tras el pánico inicial empieza a enfocar la ocasión como una oportunidad ante la cual no quiere resistirse y que incluso se niega a evaluar, pese a ser este el cometido para el que le desplazaron allí.

Este acontecimiento casi mágico, imposible desde la capacidad humana, pero real para los protagonistas, es la llave que le permite a Tarkovsky indagar sobre la psicología humana, sobre nuestra misma esencia. Kris Kelvin abandonará sus intenciones racionalistas, su mismo espíritu crítico, por aferrarse a la posibilidad de recuperar a su esposa. El resto de tripulantes tendrán también sus reacciones peculiares, muchas veces mezquinas, llenas de temor y patetismo, pero profundamente humanas. Aislados del hogar natal y sometidos a tensiones inesperadas, estos científicos son experimentos en sí mismos, la oportunidad de estudiar al ser humano.

Finalmente, la propia nueva Hari (el visitante de Kelvin) será ella misma una oportunidad de estudio de lo que hace al ser humano, una especie de propuesta, una tesis desde el punto de vista del autor.

Inicialmente, la nueva Hari adoptará la personalidad que de la antigua Hari tiene Kelvin en sus recuerdos, con las grandes lagunas e incoherencias que esto representa. Pero a medida que la copia vaya viviendo sus propias experiencias, se irá separando del sentir de la original, desarrollando una personalidad propia hasta reivindicar incluso su propia humanidad.

Conclusión

En cuanto a su concepción filosófica y su caracter introspectivo, la película es una gran adaptación de la novela de Stanislaw Lem, y en este sentido la obra ha sido magnificamente completada por Tarkovsky, quien supo dotarla de cierta poesía visual. Las grandes dosis de melancolía que perfilan a los personajes, el ritmo lento, la propia idiosincrasia del cine ruso, pueden convertir a esta magnífica obra en un producto difícil de digerir. Aún así es muy recomendable y proporcionará una gran satisfacción a los adeptos de este tipo de cine.

Muchos años más tarde, Steven Soderberg realizó su propia versión (Solaris, 2002) de la historia, que en puridad ha de considerarse una adaptación a la cultura visual occidental de la obra de Tarkovsky más que de una adaptación directa de la novela de Stanislaw Lem.

Premios

  • Londres: Premio a la mejor película del año (1972)
  • Cannes: Gran Premio Especial del Jurado; Premio Ecuménico (1972)
  • San Francisco: Mejor Película; Premio del Jurado Interfilm (1972)
  • Panamá: Premio a la mejor interpretación femenina (Natalia Bondarchuk) (1973)
  • Carlovy Vary: Premio de la Asociación Internacional de Cine Clubs (1973)
  • Stradford: Diploma de Honor (1973)