Edificios en la ciencia ficción

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Aunque la ciencia ficción ha hecho un énfasis especial en la ciencia y la tecnología, la arquitectura y, en concreto, los edificios, han sido también tratados por los autores, aunque sólo fuera como elemento escénico.

Los edificios como escenarios:

Toda obra ocurre en algún lugar y, por lo tanto, este lugar debe formar parte de la historia, contextualizándola. De esta forma, no es lo mismo una obra que tenga lugar en un escenario distópico que una que tenga lugar en una aparente utopía.

Podemos ilustrar esto mediante dos ejemplos contrapuestos: por una parte el degradado edificio de los Apartamentos Bradbury en Blade Runner y por otro la casa de Gerome Morrow en Gattaca. Las diferencias son notables: el primero es un edificio que amenaza ruina, con elementos estructurales de madera podridos, goteras, suelos encharcados por la lluvia, basuras y suciedad esparcidas por los espacios comunes... en Gattaca, por el contrario, los escenarios son limpios, impólutos... la arquitectura, claramente minimalista, destaca la frialdad de los personajes. Nos encontramos en lo que parece una utopía, pero no hay el menor rastre de humanidad en ningún lugar. En Blade Runner, por el contrario, aunque los edificios están sucios y deteriorados, están también abarrotados de objetos personales.

Aunque los mismos edificios no cambien, sus dotaciones permiten a los autors valerse de ellos para dar a entender el grado de progreso de la sociedad que tratan de retratar. Quienes entran en este juego se centran, especialmente, en la domótica.

Si de algo podemos estar seguros es de que la tecnología se ha abaratado tremendamente. Desde que la ciencia ficción se estableció como género, allá por los años '40, hasta los años '80 no hubo grandes cambios en cuanto a la tecnología presente en los hogares. En esos cuarenta años entraron en los hogares radios, televisores, equipos de alta fidelidad y magnetoscópios... no es mucho para cuatro décadas.

Sin embargo, desde los años '80 hasta la actualidad, hemos visto a los clásicos televisores de tubo ser sustituídos por pantallas planas de diferentes tecnologías; hemos pasado del magnetoscopio al DVD y al Blu-Ray; los vinilos han sido sustituídos por los CD y por los reproductores de MP3; han aparecido los ordenadores e Internet... y todos estos equipos se han ido integrando poco a poco, de forma que desde Internet nos podemos bajar contenidos multimedia (bien ficheros de dudosa legalidad mediante programas P2P, bien de forma legal mediante servicios como iTunes) y reproducirlos directamente en el ordenador o en la pantalla del televisor y el amplificador. Obviamente, esta tendencia seguirá y es quí donde la imaginacion de los autores se dispara.

Pese a que estos inventos parecen traer cada vez mayores niveles de bienestar, muchos autores son conscientes de que, en la misma medida en que la tecnología avanza, también lo ha hecho la masificación y deshumanización de las ciudades. Por esa razón no es inhabitual ver que las mismas obras que muestran todos estos aparatos muestran también a los protagonistas viviendo en apartamentos reducidos.

Edificios emblemáticos:

Muchos edificios han acabado siendo elementos icónicos de una obra. Un ejemplo de esto lo tenemos de nuevo en Blade Runner y su emblemática pirámide Tyrell.

Arquitectura ficción:

Pero algunos autores han ido más allá y han hecho de la Arquitectura misma un elemento de especulación.

No se trata sólo de los grandes edificios que se ven en películas como Yo, robot, sino de conceptos más avanzados como el de las arcologías. Éstas son estructuras que han evolucionado a partir del concepto de reacacielos, pero dotándolo de un mayor nivel de autonomía. Así, las arcologías reúnen en sí usos residenciales, comerciales y hasta industriales, reciclan el agua, tienen fuentes de producción de energía...