Star Trek VII: La próxima generación
Star Trek VII: La próxima generación | |
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Ficha técnica | |
Título original: | Star Trek: Generations |
Nacionalidad: | EE.UU. |
Estreno 1: | [[{{{Estreno}}}]] de 1994 |
Duración: | 118 min. |
Ficha artística | |
Dirección: | David Carson |
Guión: | Rick Berman, Ronald D. Moore, Brannon Braga (basado en la serie de Gene Roddenberry) |
Producción: | Rick Berman |
Fotografía: | John A. Alonzo |
Música: | Dennis McCarthy |
Reparto: | Patrick Stewart (Jean-Luc Picard), Jonathan Frakes (William T. Riker), Brent Spiner (Data), William Shatner (Capitán Kirk), James Doohan (Montgomery Scott), Walter Koenig (Pavel Chekov)... |
Información suplementaria | |
Otros datos: | No hay otros datos |
Imdb: | [{{{Imdb}}} Ficha] en Imdb |
Notas: | |
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David Carson (1994)
David Carson (1994)
La película:
Esta no debería ser considerada una película más de la serie sino la transición entre la tripulación comandada por el emblemático capitán Kirk y su homólogo casi un siglo después, el capitán Picard. Era esta una ocasión inmejorable para entregar con estilo un testigo que ya había sido tomado en las series de televisión.
Realmente, no empieza nada mal, cuando en el vuelo inaugural del Enterprise B, al mando del sucesor de Kirk, surgen problemas y la nave, sin estar preparada (como siempre) debe acudir en rescate de unas naves atrapadas en una extraña singularidad energética. Kirk, Chekov y Scotty se encuentran invitados a ese vuelo como celebridades, héroes ya retirados. Pero cuando surgen las dificultades, Kirk deberá una vez más asumir el rol de capitán.
Podía ser el principio de una de las tantas aventuras de Kirk, pero no es así. En el transcurso de la acción, Kirk desparece, arrojado al espacio en medio de una explosión. Ha muerto.
73 años después, nos encontramos con Picard y su tripulación, personajes comunes de las serie de televisión y completos desconocidos para aquellos no fanáticos que no se hayan tragado todos los capítulos.
Aquí es donde empieza a fallar la jugada. Ni la vida privada de estos personajes ni sus aventuras tienen por qué ser familiares a los espectadores de la película y los guionistas sortean lo mejor que pueden la rémora de esta historia televisiva.
Sin embargo, es en el intento de reunir en la misma historia a los dos capitanes donde este llamativo armazón empieza a desmoronarse. Todo el ingenio gira en torno a la singularidad que destrozó aquellas naves hacer más de siete décadas y se llevó la vida del capitán Kirk. Llamada grandilocuentemente Nexos, esta singularidad es un lugar donde el tiempo no discurre a la manera clásica y una persona dentro de él puede viajar a diferentes momentos de su pasado con sólo desearlo.
Efectivamente, si Kirk ha sido atrapado por el Nexus, es posible entonces reunir de nuevo a los dos capitanes.
Lamentablemente, se desperdicia banalmente una posibilidad dramática tan interesante, aliñándola con numerosos y forzados sentimentalismos, motivaciones para los personajes excesivamente afectadas por el formato televisivo.
El Nexus, que podía ser una singularidad energética más o menos plausible (quizás no rigurosamente científica, pero con apariencia de verdad para el común de los mortales), adquiere pronto atributos metafísicos. Quien cae en el Nexus es tan tremendamente feliz que no desea salir de él. ¿Por qué? Porque todo lo que imagine es realidad. No se trata ya de viajar en el tiempo, sino de materializar toda una vida que nunca ha ocurrido. Mujer, hijos, familia, otro siglo incluso.
Y todo simplemente para crear un dramatismo innecesario en torno a la figura de los dos capitanes, cómo ambos se enfrentarán a esta posibilidad de felicidad y la rechazarán en favor del deber. Para colmo de dramones, Picard recibe al principio de la película la noticia de que su hermano y su sobrino han perecido, con lo que se da la circunstancia de que puede reencontrase con ellos en el Nexus.
Resulta realmente patético ver cómo guionistas de supuesta habilidad utilizan a un empalagoso chico de diez años como mero camisa roja.
Todos estos recursos lacrimógenos son vulgares, merman el ritmo de la historia y, mucho peor aún, no son necesarios.
Podía haber sido una buena historia. El Nexus podía haber conservado vivo a Kirk durante 73 años, en espera de ser rescatado por Picard. Juntos podían haber superado una estimulante crisis, podía haberse visto realmente un relevo.
En su lugar, tenemos una intrascendente aventura más de la nueva generación.
Mi recomendación es visionar tan sólo los primeros minutos de la cinta, hasta la desaparición de Kirk, y luego imaginarse una historia mejor. No es difícil.
Premios:
Siglo XXII | Siglo XXIII | Siglo XXIV |
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