Diferencia entre revisiones de «Dune (película Villeneuve)»

Revisión de 16:48 25 sep 2021

Nota: Este artículo se refiere la película en dos partes basada en la novela de Frank Herbert. Para otros usos ver Dune.

Denis Villeneuve (2021 (primera parte))

Las premisas:

Se trata de la adaptación a la gran pantalla de la novela homónima de Frank Herbert, dirigida por Denis Villeneuve.

El universo de la saga de Dune es complejo y abigarrado. En él se unen, por un lado, la compleja estructura política de un imperio galáctico en el que se enfrentan el Emperador, las Casas Nobles, la Cofradía Espacial (que ostenta el monopolio de los viajes interestelares) y las Bene Jesserit (que deciden los cruces de linajes entre las Casas); por otro, el hecho de que toda esta estructura está basada en el comercio de la Especia, una substancia que sólo se da en el planeta Arrakis (o Dune) y que es imprescindible para los viajes interplanetarios, que son imposibles sin ella; y, por último, la propia ecología del planeta Arrakis, un mundo desértico habitado por gigantescos gusanos de arena y por tribus humanas nómadas que habitan en el desierto.

En este escenario la historia da comienzo cuando la Casa Atreides releva del control de Arrakis a la Casa Harkonnen, que lo ha administrado hasta el comienzo de la trama lucrándose obscenamente con el comercio de la Especia. Este relevo en el control del planeta y de la producción de Especia se enmarca en un juego político en el que la Casa Atreides está en ascenso, respetada por las otras Casas, mientras que la Casa Harkonnen, gracias al control del mercado de la Especia es más rica que la propia Casa imperial.

La película:

Villenueve afrontaba un gran reto, tras la decepdcinante versión dirigida por de David Lynch en 1984, cuyo recuerdo aún perdura en el momento del estreno de la nueva versión.

Dividida en dos partes con un metraje de más de dos horas y media de duración sólo para la primera parte, el director dejaba claro que pretendía hacer frente al total de la obra, sin los recortes de trama necesarios para una duración más tradicional (y que, sin duda, fueron determinantes en el fracaso de Lynch). Así, Villeneuve realiza una adaptación fiel a la obra original, dejando de lado episodios menores y elementos superfluos (que no son demasiado en el enrevesado tejido de las tramas de la obra original).

La necesidad de plantear todos estos hilos no es el único motivo de la larga duración de la película. Villeneuve se recrea en momentos que, sin aportar nada a la trama, son importantes en la definición y desarrollo de los personajes y en la definición de sus motivaciones, especialmente de Paul Atreides, el protagonista. Así, son importantes sus sueños (episodios oníricos que anticipan acontecimientos que han de ocurrir), pero también momentos como aquellos en los que se detiene en contemplar las flores de su planeta natal (no hay flores allí donde se dirige) o el momento en el que pisa por primera vez la arena del desierto de Arrakis e inhala la Especia.

El ritmo alterna entre escenas pausadas en los que los personajes se desarrollan e interactúan tanto entre ellos como con el entorno, con otras de acción trepidante y espectacular que, sin embargo, no deviene en momentos innecesarios que sólo pretenden impresionar sin aportar nada a la trama. Así, a pesar de la larga duración de la película, Villeneuve es parco y todas las escenas tienen un motivo.

El punto fuerte de la película, sin embargo, es el visual: la espectacularidad de las naves espaciales, la maquinaria de recolección de Especia, los ornitópteros (un diseño que destaca en una película que destaca por sus diseños), la arquitectura, los paisajes, vestuarios... Villeneuve exhibe en Dune el sentido estético del que ya hizo gala en Blade Runner 2049 (1917) y crea una atmósfera que se adapta a la perfección a la trama, enmarcándola y dándole textura y credibilidas.

Se trata, en resumen, de la adaptación que la novela necesitaba.