Diferencia entre revisiones de «La mujer trampa»
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Revisión de 20:25 14 abr 2010
La mujer trampa | |
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Datos de publicación: | |
Título original: | La Femme Piege |
Fecha de publicación: | 1986 |
Guión: | Enki Bilal |
Dibujo/Tinta: | Enki Bilal |
Color: | Enki Bilal |
Editorial: | Dargaud (1986) Posteriormente reeditado por Les Humanoïdes Associés (1990) |
Otros datos: | |
Premios obtenidos: | No se le conocen |
Otros datos: | No hay otros datos |
Enki Bilal (1986)
La mujer trampa es el segundo álbum de la trilogía Nikopol. Los hechos narrados en él son independientes en gran medida de lo ocurrido en La feria de los inmortales (primer volumen de la trilogía) y ocurren dos años después. El protagonista es diferente y el único nexo, en realidad, es el tandem Nikopol-Horus.
Argumento:
La narración comienza el 11 de febrero de 2025. Nikopol, internado en un centro psiquiátrico en donde se recupera de los traumáticos acontecimientos que le llevaron a la locura, sueña que Horus se está liberando y que regresa a la Tierra.
Entre tanto, en Londres, la periodista Jill Bioskop redacta una serie de artículos acerca de la guerra de narcotráfico en Chelsea entre diferentes facciones alienígenas y humanas. Retransmite sus artículos a través de un aparato llamado script-walker que recuerda algo a la máquina de escribir de El almuerzo desnudo, obra que puede tener influencias aquí, por su carácter surrealista, camuflado como extraños acontecimientos de ciencia ficción en la obra de Bilal.
Al parecer, el script-walker envía los artículos de Bioskop al pasado, a la redacción del periódico francés Libération, quien los ha publicado (el 14 de octubre de 1993) como una curiosidad, una falsificación que no puede desenmascarar. Jill está investigando esto, ayudada por John, un extraterrestre de la raza alferatziana con el que mantiene una relación sentimental. Pero John muere durante un atentado en Chelsea y Jill decide tomar unas píldoras erosionadoras de la memoria que le entregó John, para olvidar su traumática pérdida. Jill empieza a olvidar, pero también a confundir la realidad, que se vuelve cada vez más extraña. Empezará una cadena de fatales homicidios en defensa propia; como una mantis religiosa irá acabando con la vida de diversos hombres que pretenden acosarla para, después de matarlos, deshacerse de los cuerpos y tomar nuevas píldoras y olvidar el suceso.
El asunto adquiere mayor extrañeza cuando se cruza en su camino el dios egipcio liberado, Horus, quien también deja tras de sí un marcado camino sangriento.
Los personajes y acontecimientos tienen poco que ver con La feria de los inmortales y si no fuera porque el final sirve para retomar la historia de Alcide Nikopol, se podría decir que son obras totalmente independientes.
Como curiosidad, en La mujer trampa se nos desvela el misterio de la presencia de tantos extraterrestres en la Tierra, a través de la serie de artículos enviados por Jill a la redacción del Libération en el 93. Se trata de la gran anomalía o “lluvia extraterrestre”, un extraño accidente que sobrevino en varias regiones del hemisferio norte de forma simultanea, diez años atrás según la narradora, es decir, en el 2015. Es decir, los extraterrestres aparecieron sin más, sin que se pueda explicar cómo, y creando numerosos problemas de convivencia. No se trata, por lo tanto, de que el viaje espacial haya sido perfeccionado ni de visitas planificadas por otras civilizaciones superiores.
El estilo:
La mujer trampa muestra un estilo narrativo un tanto extraño, muy personal, propiciado por la protagonista, Jill Bioskop, y su trabajo como periodista. La mayoría de las viñetas, todas aquellas relacionadas con Jill, se muestran como cuadros fotográficos, escenas instantáneas de gran definición explicadas por una voz en off. Este recurso se adapta extraordinariamente bien al etilo de dibujo de Bilal, muy hierático. De forma similar, utiliza las pesadillas de Nikopol o el uso de diarios para continuar con ese relato a través de imágenes de cada instante, casi como una fotonovela.
Igualmente hay que decir que el personaje de Jill es uno de los más interesantes de entre el elenco de Bilal, ya de por sí carismático. No se nos dice, pero su pelo y sus lágrimas azules, así como su piel absolutamente blanca, nos hacen pensar que se trata de una extraterrestres. Su cuerpo atlético, su carácter confuso y desapegado (producto de las drogas erosivas que está tomando) la acercan a la iconografía ciberpunk.
Adaptaciones:
Existe una adaptación cinematográfica de este cómic, realizada por el propio Enki Bilal, titulada Immortel, ad vitam (2004) y que toma también parte de su inspiración del primer volumen de la trilogía, La feria de los inmortales.