Diferencia entre revisiones de «Quince horas de cielo sobre Damasco»
| Línea 8: | Línea 8: | ||
| Premios= No se le conocen | | Premios= No se le conocen | ||
| Otros= No hay otros datos | | Otros= No hay otros datos | ||
| + | | URL-Ficha= | ||
| + | | URL-Fuente= | ||
| + | | Fuente= | ||
}} | }} | ||
Revisión de 18:32 19 abr 2009
| Quince horas de cielo sobre Damasco | |
|---|---|
| Autor: | Víctor Conde |
| Otros títulos: | {{{Otros títulos}}} |
| Datos de primera publicación(1): | |
| Título original: | Quince horas de cielo sobre Damasco |
| Revista o libro: | Gigamesh nº32 |
| Editorial: | {{{Editorial}}} |
| Fecha | 2002 de {{{Año}}} |
| Publicación en español: | |
| Publicaciones(2): | Fabricantes de Sueños 2002-2003 |
| Otros datos: | |
| Saga: | Relato independiente |
| Premios obtenidos: | No se le conocen |
| Otros datos: | No hay otros datos |
| Fuentes externas: | |
| Tercera Fundación | [{{{URL-3F}}} Ficha] |
| ISFDB | [{{{URL-ISFDB}}} Ficha] |
| Otras fuentes | {{{URL-OtrasFuentes}}} |
| Notas: | |
|
| |
Víctor Conde ({{{Año}}})
Víctor Conde (2002)
Damasco es un mundo virtual diseñado para servir como entorno idílico para los turistas. Tiene playas, sol, cacerías… y otras cosas más difíciles de conseguir en la realidad, como enfrentamientos entre mansiones victorianas u hoteles de bambú navegando a lomos de ballenas.
Todo es magnífico hasta que surge una emergencia: un virus informático muy poderoso está atacando el mundo virtual, desconectando a lo usuarios remotos en catastróficos ataques que pueden causar lesiones cerebrales e incluso la muerte.
La historia de Víctor Conde nos presenta a un pequeño grupo de informáticos buscando al virus para destruirlo antes de que desencadene un ataque mayor.
Una historia corta, sin demasiada trascendencia. Lo más reseñable es su ambientación en el Metaverso, el universo referencial creado por Víctor Conde en El tercer nombre del Emperador. En este entorno, la humanidad está diseminada por toda la galaxia, pero las comunicaciones son instantáneas y los viajes duran unas pocas horas gracias a la tecnología taquiónica.
