Diferencia entre revisiones de «Neuromante»

Revisión de 19:32 24 abr 2008

Nota: Este artículo se refiere a la novela de William Gibson. Para otros usos ver Neuromante (Desambiguación)

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William Gibson (1984)

En 1984 (año, por otra parte, muy significativo para la ciencia ficción) fue publicada Neuromante , de William Gibson, novela que supuso una revolución dentro del género. El año anterior había sido estrenada Blade Runner, de Ridley Scott, y ambas juntas, película y novela, fundaron la base para el movimiento llamado posteriormente ciberpunk.

El principal acierto de esta novela no fue tanto la invención de nuevos conceptos, sino dar forma conjunta a una serie de elementos, que ya habían sido descritos por otros autores, pero que nunca habían sido unidos en un todo compacto.

De esta forma aparecen reunidos temas como ordenadores, redes globales (a las que Gibson dio el nombre de matriz y para las que inventó el término ciberespacio), inteligencia artificial, colonias espaciales, vuelos extraatmosféricos, implantes neurales, clínicas piratas donde se reparan ninjas clónicos...

Otro de los aciertos, al menos a nivel narrativo, fue el modo de describir el mundo y la tecnología que rodea a los personajes. En este libro el autor no se detiene a explicar al lector aquellos elementos que no existen en el mundo real, sino que es el lector quien debe tratar de comprenderlos a partir de las conversaciones y actos de los protagonistas. Así, en el libro no se explica lo que es el simestim, del mismo modo que nadie explicaría hoy en día qué es una televisión. De esta forma se da naturalidad a la narración, haciendo que el lector se sumerja en el mundo que crea el autor, si bien dificulta en gran medida su lectura.

Este punto, el literario, es donde reside un mayor mérito por parte de Gibson. No sólo asimila en la narración las futuristas tecnologías como si fueran algo habitual, sino que esta asimilación se produce también en el estilo narrativo. Muestra el camino hacia una expresión mucho más moderna y visual, acorde y precursora de los cambios actuales en el leguaje y la sociedad.

La frase inicial de la novela es un perfecto ejemplo de esto: "El cielo sobre el puerto tenía el color de una pantalla de televisor sintonizado en un canal muerto." La fuerza de la imagen es apabulladora. La descripción de la contaminación es clara, inmediata. Y lo que es aún más importante para el nuevo estilo ciberpunk, la tecnología es introducida como un hecho cotidiano incluso en la palabra. Las viejas metáforas son abolidas, ya no cabe decir en esta época postelectrónica que el cielo tenía el aspecto de un incendio, o era turbio, o que la contaminación lumínica blanqueaba las nubes artificiales. Gibson concreta la distopía, sí; pero también experimenta con el lenguaje con un talante fresco y audaz que la mayoría de los escritores contemporaneos, supuestamente más eminentes, no poseen.

Pese a ser un libro difícil de leer, resulta impresionante la capacidad de Gibson de prever en qué modo el uso y proliferación de la tecnología cambiarían nuestra forma de vida. La novela aventura un futuro distópico en el que la ciencia y la tecnología han deshumanizado al individuo. Toda una llamada de atención a una sociedad cada vez más tecnificada y alejada del trato humano.

Es, sin duda, una de las mejores novelas de ciencia ficción escritas hasta la fecha y la primera de la Trilogía del Sprawl

Premios

Obtenidos:

• 1984: Premio Nebula de novela
• 1984: Premio Philip K. Dick Memorial
• 1985: Premio Hugo de novela
• 1985: Premio Ditmar (Australia) a la mejor novela de ficción internacional
• 1985: Premio SF Chronicle de novela
• 1987: Premio Seiun (Japón) a la mejor novela extranjera
• 1998: Encuesta Locus, mejor novela de ciencia ficción anterior a 1990: puesto 15º

Finalista:

• 1984: Premio Británico de Ciencia Ficción
• 1984: Premio Aurora de novela
• 1985: Premio John W. Campbell Memorial