Diferencia entre revisiones de «El reino de las hormigas»
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Última revisión de 21:59 30 ago 2024
El reino de las hormigas | |
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Autor: | H.G. Wells |
Otros títulos: | |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | The Empire of the Ants |
Revista o libro: | The Strand Magazine |
Editorial: | George Newnes |
Fecha | Diciembre de 1905 |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | |
Otros datos: | |
Saga: | |
Premios obtenidos: | |
Otros datos: | |
Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | Ficha |
ISFDB | Ficha |
Otras fuentes | |
Notas: | |
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H.G. Wells (1905)
El reino de las hormigas es un relato de cierta extensión publicado por primera vez en The Strand Magazine en diciembre de 1905.
La historia nos traslada a Brasil, a una parte de la jungla. El capitán Guérilleau ha recibido órdenes de dirigirse al auxilio de algunos poblados remontando el río con un cañonero y acompañado de Holroyd, el ingeniero inglés que le hace entrega del barco. El peligro que se reporta es el ataque de cierto tipo de hormiga muy belicosa.
Desde el principio, Guérilleau teme que todo sea una maniobra para dejarlo en ridículo. A medida que remontan el río y van consiguiendo noticias de lo ocurrido, el ingeniero inglés va aumentando su interés por el extraño comportamiento de las hormigas, mientras que el capitán brasileño aumenta paralelamente su preocupación por hacer el ridículo: ¿qué se puede hacer con un buque de guerra contra un ejército de hormigas?
Pronto se hace evidente que estas hormigas son muy diferentes a cualquier otro insecto. Holroyd capta que tienen estrategias muy definidas y que parecen observar y estudiar los adversarios que encuentran, incluso le parece percibir que poseen objetos, quizás hasta posean una inteligencia comparable a la humana.
Wells resulta inusualmente hábil en dibujar los caracteres de los protagonistas principales, quizás debido a que las reglas internas del relato permiten recurrir a los estereotipos sin menoscabo del pacto de ficción. Además el relato contiene alguna crítica implícita y explícita a la sociedad capitalista y centrada en el hombre occidental, seña de otras obras suyas. El final, aunque pueda ser poco plausible, sí que propone una pregunta prospectiva, no muy diferente a la planteada en La guerra de los mundos (1898).