Viaje a un planeta wu-wei
| Viaje a un planeta wu-wei | |
|---|---|
| Autor: | Gabriel Bermúdez Castillo |
| Otros títulos: | No se le conocen |
| Datos de primera publicación(1): | |
| Título original: | Viaje a un planeta wu-wei |
| Revista o libro: | Libro independiente |
| Editorial: | Acervo |
| Fecha | Fecha desconocida de 1976 |
| Publicación en español: | |
| Publicaciones(2): | Libro independiente |
| Otros datos: | |
| Saga: | |
| Premios obtenidos: | |
| Otros datos: | |
| Fuentes externas: | |
| Tercera Fundación | Ficha |
| ISFDB | [ Ficha] |
| Otras fuentes | |
| Notas: | |
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Gabriel Bermúdez Castillo (1976)
Las premisas:
La novela comienza con el protagonista, Sergio Armstrong, esposado en un poste en una plaza a espera de ser juzgado (y, previsiblemente, condenado) por un atentado contra un edificio oficial de la Ciudad (una base orbital alrededor de la Tierra).
Tras la condena es arrojado a la Tierra, donde se espera que muera por falta de recursos. Pero Sergio lleva tiempo planeando todo lo sucedido y el atentado no era, en realidad, más que un subterfugio para escapar de la Ciudad y llegar a la superficie, donde comienza una misión de búsqueda.
Durante esta misión Sergio conocerá a los habitantes de la Tierra, personajes singulares, de usos, costumbres y motivaciones muy distintos de los de la Ciudad, que Sergio debe ir aprendiendo, pues en la Ciudad se desconoce todo acerca de lo que ocurre en la Tierra, a pesar del escaso comercio de minerales que existe.
La novela:
La novela es extraña. A pesar de comenzar en una base orbital, pronto adopta un estilo muy diferente, una mezcla de novela de aventuras en el oeste (con sus forajidos, sus colonos...), de fantasía (con castillos plagados de espíritus y nigromantes que firman con sangre pactos con ellos) y de aventuras en la selva (con extraños monstruos semi-humanos). Pese a todo, unas explicaciones algo forzadas del final permiten mantener la obra dentro del género de la ciencia ficción, si bien el lector no puede dejar de sentir que se ha abusado del pacto de ficción.
Las situaciones son sorprendentes e imaginativas y, aunque el desarrollo de las premisas fuerza los límites del género, los hechos que narra no violan su propia lógica interna. Los personajes están también bien dibujados y, aunque sencillos, casi estereotipados, no dejan de tener matices interesantes y sorprendentes dentro de lo que se espera de ellos.
Resulta también notable el uso del lenguaje. El estilo, aunque poblado de adjetivos es, en general, sencillo (aunque parece esa sencillez engañosa que es difícil de conseguir), pero el vocabulario es amplio y sorprendente.
El punto más flojo del libro es, sin embargo el final, lo que resulta inconveniente por el mal sabor que deja tras una lectura amena. El final revela la sorprendente misión del protagonista para, poco después, alargarse en una narración que explica el origen del planeta en el que la historia tiene lugar, un largo ad hoc que, si bien no es aburrido, resulta un recurso forzado para explicar un contexto que la historia no ha sabido revelar.
