Tercera ley de Clarke
"Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia."
Origen:
Esta es sin duda alguna la más conocida de las tres leyes de Clarke. De hecho, la mayoría de los aficionados al género desconocen por completo la existencia de las otras dos leyes previas.
Arthur C. Clarke formuló estas tres leyes en su libro Perfiles del Futuro: Una Investigación de los Limites de lo Posible.
Aplicación:
La tercera ley de Clarke ha sido tomada desde su enunciación como un axioma dentro de la ciencia ficción que permite la justificación de casi cualquier cosa.
Esto ha contribuido a difuminar más aún los límites entre fantasía y ciencia ficción merced al abuso de esta premisa.
Hay que recordar, sin embargo, que Clarke es un autor de ciencia ficción dura y enunció esta ley con pleno conocimiento de causa. Su afirmación no es una patente de corso para escribir cualquier fantasía y etiquetarla bajo la falsa apariencia de ciencia ficción. Ninguna premisa utilizada por los autores debería contravenir las leyes físicas descubiertas y este es un limite que no todos respetan.
La magia e incluso los milagros podrían contravenir las leyes naturales (aunque no las lógicas), pero entonces se estaría hablando de eso, de magia o milagros, y no de tecnología avanzada.
En cualquier caso, la renuncia a la justificación científica de las premisas de una historia convierte a ésta en un ejercicio de fantasía.