The Boys (Serie)

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The Boys (Serie)
Ficha técnica
Título original: The Boys
Nacionalidad: EE.UU.
Estreno 1: 26 de julio de 2019
Duración: Episodios de 1 h.
Ficha artística
Dirección: Varios (Creadores: Eric Kripke, Evan Goldberg, Seth Rogen)
Guión: Varios (Basada en el cómic homonimo de Garth Ennis y Darick Robertson)
Producción: Varios
Fotografía: Varios
Música: Christopher Lennertz
Reparto: Karl Urban, Jack Quaid, Antony Starr, Erin Moriarty, Dominique McElligott, Jessie T. Usher, Laz Alonso, Chace Crawford, Tomer Capon, Karen Fukuhara, Nathan Mitchell, Elisabeth Shue, Jennifer Esposito
Información suplementaria
Otros datos:  
Imdb: Ficha en Imdb
Notas:
  1. Fecha de primer estreno. No tiene por qué coincidir con el estreno en salas comerciales o emisión en abierto; puede ser en premieres, festivales u otras formas de distribución reducida o exclusiva.

Varios (Creadores: Eric Kripke, Evan Goldberg, Seth Rogen) (2019)

The Boys es una serie de televisión basada en el cómic homonimo de Garth Ennis y Darick Robertson que trata el género de los superhéroes de forma sumamente crítica.

Sinopsis:

La serie comienza cuando A-Train, el hombre más rápido del mundo y miembro de los 7 (el grupo de los mejores superhéroes) atraviesa, literalmente, a la novia de Hughie, un humilde empleado de una tienda de electrónica, convirtiéndola en una pulpa informe esparcida por la calzada. Este incidente pone en contacto a Hughie con Bill Butcher, quien se presenta a él como un agente del FBI que investiga a los superhéroes. Por otra parte, la serie narra la llegada de Annie a los 7 como la nueva superheroína Starlight. Sin embargo, su llegada a la sede se ve empañada por un episodio de acoso sexual.

Alrededor de estos dos hilos se va tejiendo una trama de investigación alrededor de Vought International, la compañía que posee los derechos de los superhéroes. Así, la serie muestra cómo esta compañía funciona como gestora de los derechos de imagen de los superhéroes, con un poderoso departamento de marketing que elabora historias emotivas y, básicamente, falsas o amañadas en las que la imagen de los superhéroes está totalmente editada; pero también como agencia de seguridad privada, cediendo a las ciudades el uso de los superhéroes como vigilantes a cambio de sumas millonarias; y también como lobby, chantajeando y corrompiendo a políticos con el fin de expandir su negocio a las fuerzas armadas para vender el uso de los superhéroes al ejército.

La serie: Superhéroes, humor negro ultraviolento y estudio de las situaciones de poder.

Garth Ennis, guionista del cómic, alcanzó la fama gracias a su trabajo en Predicador, un cómic que ya anticipaba las señas de identidad que caracterizan a The Boys: aversión a la figura estandarizada del superhéroe, humor negro y violento, y exploración de la temática del control y las psicopatologías que produce en los individuos que lo ejercen y la sociedad que lo consiente.

En The Boys (tanto el cómic como la serie) los superhéroes son tratados de forma singularmente negativa, mostrándolos (en su mayoría) no sólo como seres hinchados de ego que desprecian a los humanos normales, llevándolos a cometer actos inmorales o delictivos en defensa de sus intereses personales, sino también como personas débiles, con tendencia al alcoholismo o las drogas como consecuencia del férreo control que Vought International hace de sus vidas, o de la continua exposición mediática, que les impide desarrollarse o llevar vidas sentimentales sanas.

Sin embargo, la serie no se limita a echar por tierra el tópico del superhéroe salvador. Las tramas de chantaje y corrupción sirven para lanzar duras críticas al sistema de lobbys como corruptores no ya de los políticos, sino de la política en sí, alejándola de su fin último de servir a la sociedad y convirtiéndola en una maquina que las grandes empresas usan para expandir sus beneficios. La serie es también crítica con el fenómeno de la religión organizada, en especial con el fenómeno de los líderes religiosos que se enriquecen dirigiéndose a multitudes enfervorecidas, así como con el uso de la propaganda nacionalista y el populismo como herramientas políticas. Muchos de los discursos de los superhéroes son emotivos llamamientos a la unidad de su país usando la bandera para crear un estado de opinión dirigido por la emoción y no por el razonamiento, claro caldo de cultivo del fascismo.

Los superhéroes ejercen el poder físico, pero a su vez son controlados por Vought International. En este cuadro, la religión es una herramienta más de control, una muy efectiva y provechosa; el gobierno trata de imponer su autoridad a la Vought, pero no lo consigue; los propios ejecutivos de la Vought tratan de mantener el dominio sobre alguno de sus superhéroes, asfixiados por el mundo falso en el que se ha convertido su vida. Y, finalmente, el grupo de protagonistas, un puñado de personas normales enfrentadas a situaciones que les superan, tratan de poner coto a lo incontrolable. Ninguno de los individuos implicados resulta ser verdaderamente libre, y la misma sociedad parece haber asumido la situación como algo irremediable, justificando un situación claramente injusta.

Otro de los puntos llamativos de la serie es su enorme grado de violencia. No se trata de las peleas, tiroteos o explosiones típicos de las películas o series de superhéroes. En The Boys las peleas son, simplemente, una carnicería en la que los superhéroes convierten a los villanos en pulpas sangrientas o trozos de cuerpos descuartizados que vuelan por la pantalla. Esto, junto con el placer con que los presuntos héroes destrozan a quienes desprecian y sienten inferiores, da lugar a escenas fuertes y, en ocasiones, difíciles de tragar sin torcer el gesto. Esta violencia, seña característica de Garth Ennis, es tratada con abundantes dosis de humor negro, lo que permite al espectador distanciarse lo suficiente para apreciar la cruda psicopatía de los personajes.

El trabajo actoral, por otra parte, es más que correcto, con interpretaciones creíbles pese a lo improbable, lo absurdo de las situaciones. Karl Urban, como "Butcher" (el carnicero) desprende carisma en pantalla y su imponente físico hace creíble su enfrentamiento a los "super". Elisabeth Shue, como la ejecutiva de la compañía, consigue sostener un papel delicado por su posición ante "El Patriota" (Homelander), un psicopático Superman inquietantemente interpretado por Antony Starr. Jack Quaid como Hughie es un muy adecuado protagonista sentimental con el que el espectador es capaz de empatizar sin problemas...

En resumen, una serie que se sale de lo que es el tópico de los superhéroes no sólo para criticarlo como género, sino para usarlo como crítica de la sociedad y especialmente contra el capitalismo sin control, utilizando para ello (irónicamente) un vehículo altamente llamativo y de apariencia superficial.