Los crímenes de la playa
Los crímenes de la playa | |
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Autor: | J.G. Ballard |
Otros títulos: | Los asesinatos de la playa |
Datos de primera publicación(1): | |
Título original: | Confetti Royale The Beach Murders |
Revista o libro: | Rogue |
Editorial: | Rogue |
Fecha | Febrero de 1966 |
Publicación en español: | |
Publicaciones(2): | Aparato de vuelo rasante (Antología) Cuentos completos |
Otros datos: | |
Saga: | |
Premios obtenidos: | |
Otros datos: | Ficha en ISFDB |
Fuentes externas: | |
Tercera Fundación | [{{{URL-3F}}} Ficha] |
ISFDB | [{{{URL-ISFDB}}} Ficha] |
Otras fuentes | {{{URL-OtrasFuentes}}} |
Notas: | |
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J.G. Ballard (1966)
Los crímenes de la playa es un relato de espías en el que J.G. Ballard experimenta con la estructura narrativa, originalmente publicado con el título de Confetti Royale.
Su relación formal con la ciencia ficción es mínima, ya que tan sólo en un párrafo se menciona que el nivel del mar ha subido hasta el punto de dejar a Escocia como única tierra emergida en Inglaterra.
Sinopsis:
Quimby es un jefe de códigos prófugo. Siguiendo sus pasos hasta su escondite en la Costa Blanca, dos espías rusos y un agente de la CIA se verán envueltos en un juego peligroso en el que también quedará involucrada una princesa Romanov y una bailarina de limbo norteamericana.
El relato:
En una introducción al relato, el autor propone al lector que lo plantee como un juego de cartas, cada una de ellas un párrafo de la historia e identificada con una palabra. Ballard entrega la baraja ordenada alfabéticamente: Autoerotismo, Brassière, Cordobés, Drinamil... y el lector debe ordenarlas en una secuencia que tenga sentido.
Este es uno de los primeros intentos de Ballard por escapar de la linealidad del relato tradicional y de construir una obra en la que el lector se vea forzado a interactuar e incluso construir la historia. Hay que recordar que Ballard era un gran admirador y seguidor de Burroughs, y ensayaría diversos métodos para deconstruir un relato y escapar al monolitismo de una historia acabada. Otros intentos interesantes serían, por ejemplo Notas hacia un colapso mental (1970) o El índice (1977).
Por ello, el lector no debe obcecarse en encontrar la secuencia que teóricamente reconstruye la linealidad de la obra, porque la intención probable es que sea el lector quien adjudique esa secuencia según su intuición, su ánimo o el simple azar. El autor advierte de que el sentido último del juego planteado por Quimby -¿álter ego de Ballard o quizás del propio lector?- puede ser inaccesible.
Premeditado o no, esta manera de oscurecer las intenciones del personaje principal contribuye a la ambientación psicológica del tema, dado que se trata de un juego de inteligencia y de control de la información entre varios espías que pretenden engañarse unos a otros.
Un relato que conviene releer, investigar y explorar, entrando en el juego.
Versión digital:
Mike Bonsall creó una versión digital de la obra utilizando hipertexto que ayuda al lector a construir estos múltiples itinerarios literarios: